La policía brasileña ha arrestado este lunes a uno de los propietarios de la discoteca de la ciudad de Santa María, al sur del país, donde murieron 231 jóvenes en un incendio el domingo, y a dos de los músicos que actuaban en el momento de la tragedia.
Los arrestos, con carácter provisional, han sido solicitados por el comisario responsable de investigar el incendio más trágico de Brasil en los últimos cincuenta años.
Uno de los detenidos es el empresario Elissandro Spohr, conocido como “Kiko” y propietario de la discoteca Kiss, cuya licencia para funcionar había vencido en agosto del 2012.
El empresario fue arrestado en la vecina ciudad de Cruz Alta, a donde, según su abogado, había viajado para ser atendido en un hospital con síntomas de intoxicación respiratoria por temor a permanecer en Santa María.
También ha sido ordenado el arresto del otro dueño de la discoteca, aunque la detención no se ha practicado debido a que el empresario es uno de los 112 heridos aún hospitalizados.
Además, han sido arrestados dos integrantes del grupo musical Gurizada Fandangueira, la banda que tocaba en el momento en que comenzó el fuego y a la que se atribuye el origen del incendio. El acordeonista de la banda, Danilo Jaques, pereció en el incendio, según informaron ayer sus compañeros.
Según las primeras indagatorias, el incendio comenzó cuando uno de estos músicos encendió un artefacto pirotécnico cuyas chispas alcanzaron la espuma utilizada como aislante acústico en el techo de todo el establecimiento.
Además del uso de un artefacto no permitido dentro de un establecimiento cerrado, el pánico provocado por la rápida expansión de la humareda y la supuesta decisión de los vigilantes de cerrar las puertas para evitar que el público saliese sin pagar han provocado la tragedia, según los bomberos.
La difícil evacuación y la avalancha de personas corriendo hacia la única salida causaron numerosas muertes por asfixia.