Venezuela: Expertos cuestionan tratamiento informativo de los medios de comunicación

La situación que se vive en Venezuela genera una especial arista cuando se trata de la información y la comunicación. En ese contexto, las acusaciones recíprocas de intenciones golpistas y de abusos a los derechos humanos se ven incrementadas con las coberturas mediáticas. El análisis de los expertos sobre la manera en que están operando los medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales, permite entender qué tan válida es la información que se recibe.

La situación que se vive en Venezuela genera una especial arista cuando se trata de la información y la comunicación. En ese contexto, las acusaciones recíprocas de intenciones golpistas y de abusos a los derechos humanos se ven incrementadas con las coberturas mediáticas. El análisis de los expertos sobre la manera en que están operando los medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales, permite entender qué tan válida es la información que se recibe.

¿”Guerra mediática” entre Gobierno y oposición? ¿Manipulación de los opositores mediante imágenes en las redes sociales? ¿Intentos por desestabilizar al Gobierno de Nicolás Maduro?

Todos estos elementos son temas recurrentes en las emisiones y publicaciones con que los medios de comunicación, especialmente las cadenas internacionales, cubren diariamente la actual situación venezolana.

Se habla entonces de una “guerra mediática”, pero que no considera sólo a los venezolanos, sino especialmente a importantes y poderosos sectores de alcance mundial.

El analista internacional Raúl Sohr, junto con avalar la existencia de dicho escenario, aclara que en Venezuela existe un Gobierno legítimo recientemente electo de manera democrática, cuestionando así la cobertura internacional que desarrollan los medios de comunicación, donde la prensa chilena no es la excepción.

“Situaciones como la venezolana se viven en muchos países latinoamericanos y no tienen la cobertura exhaustiva que ha tenido la situación de Venezuela. La cobertura de los medios estadounidenses ponen un énfasis muy profundo en materia de derechos humanos y abusos por parte del Gobierno, de una manera que no se aprecia en otros países”, explicó el experto.

En ese mismo plano, aclaró que “en el caso de Chile, que tiene una situación de medios de comunicación bastante a la derecha, sigue completamente esa línea”.

Sobre los medios de comunicación venezolanos, Sohr recordó que existe una gran variedad, tanto escritos como televisivos, oficialistas y de oposición, asegurando que si bien las presiones son reales, también existe libertad de expresión, rechazando los juicios que aluden a una actitud dictatorial por parte de las autoridades.

De hecho, el propio analista afirmó que en ningún caso corresponde hablar de una lucha entre una democracia y una dictadura o entre un Gobierno que estaría en vías de convertirse en tal, lo cual representa, según él, un abuso de la realidad y es precisamente lo que han estado realizando diversos medios de comunicación que poseen una agenda política propia.

Además, manifestó que es muy difícil dar un golpe de Estado si los militares respaldan al Gobierno, tal como ocurre en este momento en Venezuela. A menos, tal como aclara, que la oposición logre dividir al sector castrense.

Manipulación y descontextualización

Desde Venezuela, el analista Sergio Rodríguez, en conversación con Diario Uchile, apuntó a una intencionalidad de sectores opositores y de medios de comunicación internacionales por mostrar una situación que, si bien en los hechos es localizada, se pretende que aparezca como de un alcance nacional.

Es así como los desmanes, tal como explicó Rodríguez, se desarrollan en sectores de la clase media alta, con vándalos que actúan después de que finalizan las manifestaciones de los estudiantes, incluso en lugares donde los gobiernos municipales son de la derecha.

Además, denunció el mal uso que se le está dando a las redes sociales como herramientas de información, a propósito de imágenes que son replicadas indiscriminadamente por los grandes medios. “Todo esto pareciera responder a un plan preconcebido, en el que los medios de comunicación, especialmente los internacionales, muestran una realidad que no está ocurriendo en el país”, argumentó.

venezuela

Asimismo, se refirió al caso del diario Clarín de Argentina, “que puso en primera plana una foto que se demostró que está trucada, pero nadie ha desmentido eso. Ni siquiera desde Clarín han dado una excusa”.

El analista insistió en que el factor más importante viene del exterior más que del interior, en cuanto a fabricar una idea irreal de los hechos que están ocurriendo. “Yo no digo que no existan manifestaciones y protestas estudiantiles, pero es un error transformar la violencia irracional y el odio fascista en movilizaciones estudiantiles que no se corresponden con la realidad”, sentenció.

Incluso, si bien Rodríguez destacó que mientras los propios dirigentes estudiantiles y dirigentes de la derecha antichavista han rechazado la violencia, denunció que “ese discurso es acallado por los medios de comunicación internacionales, que pretenden instalar en el centro de la protesta las acciones violentas y los desmanes”.

Y es que para el analista venezolano “la mejor forma de desinformar es descontextualizar. Si los hechos se muestran fuera de contexto pueden significar cualquier cosa”.

El poder de la información

Los destinos de los Gobiernos se están jugando en estos nuevos espacios públicos mediados y estructurados por grandes corporaciones que pertenecen a grupos muy específicos, más allá de que sean los usuarios quienes divulgan los mensajes.

Así lo expresó el académico Carlos Ossa, investigador del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, explicando respecto del manejo de la información que existen grupos que han movilizado de manera bastante inédita los recursos comunicacionales como parte de lo que puede llamarse la “Ciberpolítica”.

Para el experto en comunicación política y cultura visual, lo correcto es hablar de un enfrentamiento por la información, y no precisamente para dar a conocerla, sino que con el propósito de usarla intencionadamente como un nuevo elemento de las rutinas del poder. Y es que ante este enfrentamiento mediático, tal como confirmó Ossa, cada parte busca instalar su punto de vista como la única verdad incuestionable, sin matices y absolutamente inducida.

“La información juega un papel relevante en la estabilidad política de una Nación, así como también lo juega la economía y el rol que puedan tener las Fuerzas Armadas. Por lo tanto, habría que pensar que la posibilidad de un golpe de Estado o de una crisis institucional que termine con una ruptura, debe considerar esos tres factores”, comentó.

En ese contexto, también se refirió a la particular situación de los venezolanos, asegurando que “si se instala la idea de que Venezuela en este momento es tierra de nadie, obviamente que eso también incrementa la sensación de vulnerabilidad de la gente y la exigencia de que se restituya el orden al más pronto plazo”.

Es aquí donde el tema de las redes sociales se instala como un importante elemento a considerar, pues tal como explicó Carlos Ossa, aparentemente representan un auténtico espacio donde son los protagonistas quienes cuentan la historia, por lo que darían mayores garantías de credibilidad de lo que esté sucediendo.

“Las redes sociales aparecerían como una alternativa al discurso informático oficial, gracias a lo cual podrían ser usadas para presentar los mismos acontecimientos intencionados pero validados con el rostro de la ciudadanía”, aclaró el académico.

Junto a eso, detalló que “uno nunca puede mostrar lo que realmente ocurre, pues lo que se muestra son interpretaciones. En ese sentido, las redes sociales están interpretando los acontecimientos a partir de las posiciones que tienen los propios usuarios, que pueden ser chavistas y antichavistas”.

Finalmente, el propio experto concluyó que siempre en este tipo de procesos políticos los más perjudicados son los ciudadanos, porque sólo pueden informarse a partir de sesgos y perspectivas manipuladas y controladas, tanto en el uso de la palabra como de la imagen.





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