Entrega de Leopoldo López a la policía agudiza tensión en Venezuela

Luego de que el Gobierno de Venezuela declarara la orden de captura en contra del dirigente opositor Leopoldo López por los delitos de terrorismo, homicidio intencional e instigación a delinquir, este martes el político se entregó ante la policía militarizada y advirtió que su arresto no sería en vano. Analistas internacionales consideraron que este episodio agudizará la polarización en ese país.

Luego de que el Gobierno de Venezuela declarara la orden de captura en contra del dirigente opositor Leopoldo López por los delitos de terrorismo, homicidio intencional e instigación a delinquir, este martes el político se entregó ante la policía militarizada y advirtió que su arresto no sería en vano. Analistas internacionales consideraron que este episodio agudizará la polarización en ese país.

En medio de la agitación política que se vive en Venezuela, este martes los trabajadores petroleros de Caracas celebraron en una marcha multitudinaria la firma de un contrato colectivo. La convocatoria finalizó con una concentración en la plaza Miraflores.

De manera paralela, sectores de derecha llegaron a manifestarse en rechazo al Gobierno de Nicolás Maduro, acusando represión por parte de las autoridades. Los manifestantes se reunieron en la plaza José Martí, donde el dirigente opositor Leopoldo López se entregó ante la Guardia Nacional. El político pesa con una orden de captura, por los  incidentes del pasado miércoles en una protesta que dejó tres muertos.

Para el analista venezolano Sergio Rodríguez, la entrega de López forma parte de la estrategia mediática que lleva adelante la oposición.

“Estas últimas manifestaciones han tenido un sello particular y diferente que todas las que han tenido lugar durante los gobiernos de Chávez y Maduro. Esta es la primera manifestación que ha tenido mayor impacto en el exterior que en Venezuela. Ha habido grandes movilizaciones por parte de la derecha, pero la situación se mantiene en un status quo y este señor Leopoldo López se quiere victimizar y la justicia tendrá que actuar”, afirmó Rodríguez.

El académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda, consideró que el arresto de Leopoldo López puede abrir un nuevo expediente en el proceso venezolano, que ahora vive un momento de encrucijada entre factores políticos y judiciales. Sin embargo, apuntó que esto dependerá de cómo se lleve adelante el proceso de arresto.

Al respecto explicó que este episodio “es conveniente para la oposición e incluso para el mismo partido de Leopoldo López. Al avivar estas manifestaciones en contra del gobierno, el curso del proceso venezolano podría seguir a una desestabilización. Sin embargo, si se observan escrupulosamente y estrictamente los canales judiciales previstos, se podría neutralizar el efecto político que provoca este arresto, que es agudizar la polarización política venezolana y de alguna manera, podría darle tiempo al gobierno para presentar un programa o un proyecto alternativo”, señaló Aranda.

En tanto, el ex presidente de Perú, Alejandro Toledo se pronunció este martes sobre  la situación de Venezuela y lamentó ante la comunidad internacional el incumplimiento de la Carta Interamericana, instrumento que estableció la alteración al orden democrático como “un obstáculo insuperable” para la participación de los gobiernos en instancias de la OEA.

“No puede ser que la fuerza de las armas pueda silenciar la voz de la esperanza de los jóvenes y lamento que la Carta Democrática Interamericana que se firmó en Lima durante mi gobierno, sea una carta muerta. Yo espero que Venezuela se reconcilie, se reagrupe pacíficamente, pero el autoritarismo nunca quiere dejar el poder”, señaló Toledo.

Por su parte, el Presidente de Venezuela hizo un llamado a sus pares Sebastián Piñera y Juan Manuel Santos, de Colombia, a no involucrarse en los asuntos internos de ese país.

Durante la jornada, Estados Unidos anunció que están evaluando las acciones que tomará el Gobierno luego que Venezuela expulsó a tres diplomáticos estadounidenses, acusados por conspirar en universidades privadas para promover las manifestaciones estudiantiles.





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