Mucho ajetreo este lunes en los despachos del Palacio del Elíseo, la sede de la presidencia francesa donde por la mañana François Hollande recibió durante dos horas a Jean-Marc Ayrault. Ya en la tarde, antes de que fuera oficial, hubo filtraciones a la prensa de que efectivamente Ayrault había presentado su dimisión y la de su equipo. Luego vino el lacónico comunciado de Matignon, sede de la jefatura de gobierno, anunciando la renuncia de Ayrault.
Varias fuentes aseguran que el ministro de Interior Manuel Valls, uno de los políticos con mejor calificación en los sondeos, será el nuevo encargado de formar un gobierno. El presidente François Hollande anunciará su decisión este lunes en la televisión a las 20 horas, hora local, prime time en Francia.
Debacle socialista en las elecciones municipales
A pesar de conservar la alcaldía de París y haber conquistado Aviñón, el Partido Socialista (PS) sufrió una contundente derrota en las elecciones municipales. Así lo destacan los principales diarios este lunes: “Caída del socialismo municipal” (Le Monde, centro-izquierda), “El partido socialista atomizado” (Libération, izquierda) y “Un tsunami azul se abate sobre Hollande” (Le Figaro, derecha).
Los principales dirigentes del PS reconocieron de inmediato este revés electoral. El gobierno de Hollande se encontraba muy fragilizado luego de que la derecha tradicional le arrebatara al menos 155 ciudades de más de 9.000 habitantes que estaban hasta ayer en manos de la izquierda. Particularmente doloroso para el gobierno es la pérdida de un bastión socialista, Limoges, ciudad “rosada” desde 1912.
Otra conquista importante para la derecha, imprevisible hasta hace algunas semanas, es Toulouse, 4ª ciudad de Francia. La derecha arrebata también Pau, Angers y Quimper. Se confirma asimismo que Marsella, 2ª ciudad de Francia, permanece azul. “El primer partido de Francia es la UMP” (derecha, oposición), clamó Jean-François Copé, el presidente de esa formación, quien reivindicó una “ola azul” sin precedentes desde 2002.
De ahí que el titular de Le Figaro evoque un “tsunami” de la derecha. En términos de cifras, sin embargo, la diferencia no parece abismal: según los resultados provisionales oficiales, la derecha sumó el 45,91% del total de votos frente a la izquierda (40,57%) y a la extrema derecha (6,84%). Pero el paisaje político francés se ha transformado por completo, un violento giro que no vivía este país desde hace varios decenios.
Si la magnitud de la derrota puede prestarse a polémica, lo que sí es indudable es el sobresaliente resultado de otro de los principales actores de estos comicios: el abstencionismo. Una vez más, los franceses que no votaron marcaron un nuevo récord desde 1958: 36,3%. Esta cifra confirma el profundo descontento de una gran parte del electorado con la política.
La extrema derecha se hace con 11 ciudades
El FN de Marine Le Pen logró imponerse en al menos 11 ciudades, incluyendo Frejus y Beziers. “Vamos a acabar de una vez por todas con esa idea delirante de que somos un peligro para la República. Vamos a demostrar que nuestros candidatos son buenos alcaldes”, dijo Le Pen.
El avance del FN refleja el éxito de la estrategia de Marine Le Pen desde 2011, cuando tomó las riendas del partido para “normalizarlo” y borrar la imagen extremista que tenía bajo la dirección de su padre, Jean-Marie Le Pen. Su discurso contra los inmigrantes, antieuropeo y antiliberal, seduce cada vez a más franceses y podría asegurarle también un buen resultado en las elecciones europeas del 25 de mayo, el próximo objetivo del partido.
Mucho ajetreo este lunes en los despachos del Palacio del Elíseo, la sede de la presidencia francesa donde por la mañana François Hollande recibió durante dos horas a Jean-Marc Ayrault. Ya en la tarde, antes de que fuera oficial, hubo filtraciones a la prensa de que efectivamente Ayrault había presentado su dimisión y la de su equipo. Luego vino el lacónico comunciado de Matignon, sede de la jefatura de gobierno, anunciando la renuncia de Ayrault.
Varias fuentes aseguran que el ministro de Interior Manuel Valls, uno de los políticos con mejor calificación en los sondeos, será el nuevo encargado de formar un gobierno. El presidente François Hollande anunciará su decisión este lunes en la televisión a las 20 horas, hora local, prime time en Francia.
Debacle socialista en las elecciones municipales
A pesar de conservar la alcaldía de París y haber conquistado Aviñón, el Partido Socialista (PS) sufrió una contundente derrota en las elecciones municipales. Así lo destacan los principales diarios este lunes: “Caída del socialismo municipal” (Le Monde, centro-izquierda), “El partido socialista atomizado” (Libération, izquierda) y “Un tsunami azul se abate sobre Hollande” (Le Figaro, derecha).
Los principales dirigentes del PS reconocieron de inmediato este revés electoral. El gobierno de Hollande se encontraba muy fragilizado luego de que la derecha tradicional le arrebatara al menos 155 ciudades de más de 9.000 habitantes que estaban hasta ayer en manos de la izquierda. Particularmente doloroso para el gobierno es la pérdida de un bastión socialista, Limoges, ciudad “rosada” desde 1912.
Otra conquista importante para la derecha, imprevisible hasta hace algunas semanas, es Toulouse, 4ª ciudad de Francia. La derecha arrebata también Pau, Angers y Quimper. Se confirma asimismo que Marsella, 2ª ciudad de Francia, permanece azul. “El primer partido de Francia es la UMP” (derecha, oposición), clamó Jean-François Copé, el presidente de esa formación, quien reivindicó una “ola azul” sin precedentes desde 2002.
De ahí que el titular de Le Figaro evoque un “tsunami” de la derecha. En términos de cifras, sin embargo, la diferencia no parece abismal: según los resultados provisionales oficiales, la derecha sumó el 45,91% del total de votos frente a la izquierda (40,57%) y a la extrema derecha (6,84%). Pero el paisaje político francés se ha transformado por completo, un violento giro que no vivía este país desde hace varios decenios.
Si la magnitud de la derrota puede prestarse a polémica, lo que sí es indudable es el sobresaliente resultado de otro de los principales actores de estos comicios: el abstencionismo. Una vez más, los franceses que no votaron marcaron un nuevo récord desde 1958: 36,3%. Esta cifra confirma el profundo descontento de una gran parte del electorado con la política.
La extrema derecha se hace con 11 ciudades
El FN de Marine Le Pen logró imponerse en al menos 11 ciudades, incluyendo Frejus y Beziers. “Vamos a acabar de una vez por todas con esa idea delirante de que somos un peligro para la República. Vamos a demostrar que nuestros candidatos son buenos alcaldes”, dijo Le Pen.
El avance del FN refleja el éxito de la estrategia de Marine Le Pen desde 2011, cuando tomó las riendas del partido para “normalizarlo” y borrar la imagen extremista que tenía bajo la dirección de su padre, Jean-Marie Le Pen. Su discurso contra los inmigrantes, antieuropeo y antiliberal, seduce cada vez a más franceses y podría asegurarle también un buen resultado en las elecciones europeas del 25 de mayo, el próximo objetivo del partido.
Mucho ajetreo este lunes en los despachos del Palacio del Elíseo, la sede de la presidencia francesa donde por la mañana François Hollande recibió durante dos horas a Jean-Marc Ayrault. Ya en la tarde, antes de que fuera oficial, hubo filtraciones a la prensa de que efectivamente Ayrault había presentado su dimisión y la de su equipo. Luego vino el lacónico comunciado de Matignon, sede de la jefatura de gobierno, anunciando la renuncia de Ayrault.
Varias fuentes aseguran que el ministro de Interior Manuel Valls, uno de los políticos con mejor calificación en los sondeos, será el nuevo encargado de formar un gobierno. El presidente François Hollande anunciará su decisión este lunes en la televisión a las 20 horas, hora local, prime time en Francia.
Debacle socialista en las elecciones municipales
A pesar de conservar la alcaldía de París y haber conquistado Aviñón, el Partido Socialista (PS) sufrió una contundente derrota en las elecciones municipales. Así lo destacan los principales diarios este lunes: “Caída del socialismo municipal” (Le Monde, centro-izquierda), “El partido socialista atomizado” (Libération, izquierda) y “Un tsunami azul se abate sobre Hollande” (Le Figaro, derecha).
Los principales dirigentes del PS reconocieron de inmediato este revés electoral. El gobierno de Hollande se encontraba muy fragilizado luego de que la derecha tradicional le arrebatara al menos 155 ciudades de más de 9.000 habitantes que estaban hasta ayer en manos de la izquierda. Particularmente doloroso para el gobierno es la pérdida de un bastión socialista, Limoges, ciudad “rosada” desde 1912.
Otra conquista importante para la derecha, imprevisible hasta hace algunas semanas, es Toulouse, 4ª ciudad de Francia. La derecha arrebata también Pau, Angers y Quimper. Se confirma asimismo que Marsella, 2ª ciudad de Francia, permanece azul. “El primer partido de Francia es la UMP” (derecha, oposición), clamó Jean-François Copé, el presidente de esa formación, quien reivindicó una “ola azul” sin precedentes desde 2002.
De ahí que el titular de Le Figaro evoque un “tsunami” de la derecha. En términos de cifras, sin embargo, la diferencia no parece abismal: según los resultados provisionales oficiales, la derecha sumó el 45,91% del total de votos frente a la izquierda (40,57%) y a la extrema derecha (6,84%). Pero el paisaje político francés se ha transformado por completo, un violento giro que no vivía este país desde hace varios decenios.
Si la magnitud de la derrota puede prestarse a polémica, lo que sí es indudable es el sobresaliente resultado de otro de los principales actores de estos comicios: el abstencionismo. Una vez más, los franceses que no votaron marcaron un nuevo récord desde 1958: 36,3%. Esta cifra confirma el profundo descontento de una gran parte del electorado con la política.
La extrema derecha se hace con 11 ciudades
El FN de Marine Le Pen logró imponerse en al menos 11 ciudades, incluyendo Frejus y Beziers. “Vamos a acabar de una vez por todas con esa idea delirante de que somos un peligro para la República. Vamos a demostrar que nuestros candidatos son buenos alcaldes”, dijo Le Pen.
El avance del FN refleja el éxito de la estrategia de Marine Le Pen desde 2011, cuando tomó las riendas del partido para “normalizarlo” y borrar la imagen extremista que tenía bajo la dirección de su padre, Jean-Marie Le Pen. Su discurso contra los inmigrantes, antieuropeo y antiliberal, seduce cada vez a más franceses y podría asegurarle también un buen resultado en las elecciones europeas del 25 de mayo, el próximo objetivo del partido.