Después de dos meses de reuniones entre el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, y distintos actores del mundo educacional, la Presidenta Michelle Bachelet firmó la iniciativa que da término al lucro, al copago y la selección en los establecimientos, ingresando el documento a la Cámara de Diputados y generando diversas reacciones.
Constanza Hube, abogada a cargo del área de educación en el Centro de Estudios Libertad y Desarrollo, afirmó que acabar con la selección hasta sexto básico perjudicará a los colegios emblemáticos, que a su juicio, son pocos y parte de “lo bueno” que le queda a la educación pública.
Asimismo, la profesional sostuvo que terminar con la educación particular subvencionada con fin de lucro restringiría las opciones a un papá de clase media de elegir por un colegio católico, que son el 85 por ciento de los sin fines de lucro, o bien, un colegio municipal.
Respecto del copago, la abogada de Libertad y Desarrollo dijo que lo único que se está consiguiendo con la medida es transferir desde recursos públicos a ingresos que ya tiene el sistema por vía de financiamiento compartido.
“Este financiamiento compartido que se dice que llega hasta 80 mil pesos efectivamente, pero son muy pocos los que cobran hasta 80 mil y esos que cobran ese valor lo más probable es que pasen a ser particulares pagados, y en vez de cobrar 80 mil pesos van a terminar cobrando 120 mil pesos, es decir, un padre que hizo el esfuerzo de pagar financiamiento compartido alto o medio no va a poder pagar después con la diferencia que vaya a significar que ese colegio pase a ser particular pagado. Esos serían los puntos más importantes dentro de estas tres propuestas que ha planteado el gobierno, pero en principio creo que ninguno de estos puntos apuntan a mejorar la calidad de la educación y básicamente lo que se está haciendo es tener la discusión desde un punto de vista de los sostenedores”, indicó.
Por su parte, Juan Pablo Valenzuela, investigador asociado al Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE), argumentó que “en el caso de los liceos emblemáticos la reforma trata de avanzar en que se construya un mecanismo de selección más acotado donde la composición de los estudiantes sea más diversa y el desafío del establecimiento sea obtener un mayor nivel de agregación de valor, al igual que como lo hacen las casas de estudios del Consejo de Rectores donde se trata de compatibilizar lo académico, el desempeño y las oportunidades independientes a la condición de origen”.
Sobre el término del lucro y la educación particular subvencionada, Valenzuela señaló que hay un cambio de reglas del juego a las que los privados que quieren colaborar con el Estado en la entrega de enseñanza, deberán acomodarse.
“Yo pienso que la mayoría de esos sostenedores va optar por esa iniciativa y que tienen también la convicción que es un atributo que no es particular del caso chileno que sería anómalo, sino al contrario lo anómalo es que tengamos este sistema generalizado con fines de lucro y aquellos que de verdad prefieran dejar de ser colaboradores del Estado en esta función, la única declaración que estarían indicando, que me parece que también es justa, es que ellos tomaban la educación como otra alternativa de un negocio”, explicó.
El investigador añadió que “el cambio de las condiciones que hacen las tres iniciativas de gobierno quiebra completamente la situación de mercado que se vivía, y nos asemeja a la realidad de los sistemas educacionales de los países de la OCDE donde la educación es un derecho y no un privilegio”.
Por último, Patricio Carrasco, investigador del área política educativa de Educación 2020, afirmó que las medidas van en la línea de dar garantía al derecho en la educación, cuando la competencia es una variable que hoy la caracteriza.
“Se selecciona mejores alumnos, entre comillas, mejores que tengan mejores resultados académicos, que tengan mejor nivel socio económico, para que ellos puedan responder en mejor medida y puedan tener mejor puntaje en materia SIMCE, en materia PSU, y eso de alguna forma aporta para que un colegio determinado pueda decir que tiene mejor calidad porque le va mejor en esos tres puntajes, por lo tanto llega más a la ciudadanía y los padres van creyendo que ese colegio que tiene mayor SIMCE, que en verdad tiene alumnos que tienen nivel socio económico más alto va a poder entregar mejor calidad. Ahora que se vaya prohibiendo todo este mecanismo, en verdad apunta en la dirección de que todos los niños y niñas puedan de verdad tener un acceso a una educación de calidad y con el tiempo se va a ir consolidando”, afirmó el investigador.
Carrasco concluyó con que la selección vía académica también debería tener un fin gradual en los colegios emblemáticos porque, en su opinión, también viene a afianzar el sistema de mercado.