Hasta este domingo se desarrolla la Primera Muestra de Cine Palestino, que contempla la exhibición de cinco cortometrajes y ocho largometrajes, realizados entre 1974 y 2013.
El evento es organizado por el Centro de Estudios de Palestina de la Universidad de Columbia y cuenta con la colaboración del Centro Global de Columbia en Santiago y la Cineteca Nacional, que exhibe dos producciones cada día.
La muestra pretende establecerse en Santiago, como lo han hecho festivales de cine palestino en ciudades como Londres, Madrid y Boston, considerando además la amplia colonia palestina que existe en la capital y en otras ciudades de Chile. Además, sus organizadores pretenden realizar versiones similares en Uruguay, Colombia y México.
Noemí Artal, coordinadora de la muestra, explicó que ésta intenta abarcar diferentes formatos, pero que todas las películas están vinculadas porque “implícita o explícitamente está el tema del exilio. Muchos de los directores, sino la mayoría, son exiliados en Estados Unidos, en Europa o en Oriente próximo”.
“Es una muestra ecléctica, con largometrajes, cortometrajes, videoarte, cine experimental, ficción y documental. Los estilos y formatos son variados y son trabajos emblemáticos, de directores reconocidos, o de gente joven que está emergiendo”, indicó.
La mayoría de las cintas se exhiben por primera vez en el país. Este jueves, por ejemplo, se podrán ver dos documentales: Mi padre de Haifa (2010), de Omar Shargawi, y La sombra de la ausencia (2007), de Nasri Hajjaj. El viernes, en cambio, se proyectarán dos cintas de ficción: el cortometraje Estado nación (2012), de Larissa Sansour, y el largometraje Zindeeq (2009), de Michel Khleifi, quien además sostendrá una conversación con los asistentes por videoconferencia.
Para el fin de semana están programadas Arafat y yo (2008), de Mahdi Fleifel; Amerrika (2009), de Cherien Dabis; Comenzamos midiendo la distancia (2009), de Basma Alsharif; y Al verte (2012), de Annemarie Jacir.
Noemí Artal explicó que el cine palestino es poco difundido en Chile, y en el mundo en general, debido a que la ausencia de un Estado impide que existan canales de producción y distribución a nivel nacional y políticas de fomento audiovisual.
Aun así, según estimó, desde 1924 se han hecho más de mil producciones audiovisuales en distintos formatos, una cifra que en los últimos años se ha incrementado paulatinamente: “La producción es mucha, más todavía en los últimos años. El cine está resurgiendo entre los jóvenes y los formatos son más fáciles y accesibles. No es lo mismo hacer una película ahora que antes, cuando tenías que hacerla en formatos más caros; ahora es más sencillo. Además, ahora se está saliendo del cine más documental de antes y se hace más ficción y trabajos artísticos o experimentales. La idea es traer ese cine a Latinoamérica, partiendo por Chile”, señaló.
Todas las funciones de la muestra se realizan en la Cineteca Nacional, ubicada en el Centro Cultural La Moneda, y las entradas valen dos mil pesos, para público general, y mil para estudiantes y personas de la tercera edad.
Más detalles en Muestra de Cine Palestino.
Hasta este domingo se desarrolla la Primera Muestra de Cine Palestino, que contempla la exhibición de cinco cortometrajes y ocho largometrajes, realizados entre 1974 y 2013.
El evento es organizado por el Centro de Estudios de Palestina de la Universidad de Columbia y cuenta con la colaboración del Centro Global de Columbia en Santiago y la Cineteca Nacional, que exhibe dos producciones cada día.
La muestra pretende establecerse en Santiago, como lo han hecho festivales de cine palestino en ciudades como Londres, Madrid y Boston, considerando además la amplia colonia palestina que existe en la capital y en otras ciudades de Chile. Además, sus organizadores pretenden realizar versiones similares en Uruguay, Colombia y México.
Noemí Artal, coordinadora de la muestra, explicó que ésta intenta abarcar diferentes formatos, pero que todas las películas están vinculadas porque “implícita o explícitamente está el tema del exilio. Muchos de los directores, sino la mayoría, son exiliados en Estados Unidos, en Europa o en Oriente próximo”.
“Es una muestra ecléctica, con largometrajes, cortometrajes, videoarte, cine experimental, ficción y documental. Los estilos y formatos son variados y son trabajos emblemáticos, de directores reconocidos, o de gente joven que está emergiendo”, indicó.
La mayoría de las cintas se exhiben por primera vez en el país. Este jueves, por ejemplo, se podrán ver dos documentales: Mi padre de Haifa (2010), de Omar Shargawi, y La sombra de la ausencia (2007), de Nasri Hajjaj. El viernes, en cambio, se proyectarán dos cintas de ficción: el cortometraje Estado nación (2012), de Larissa Sansour, y el largometraje Zindeeq (2009), de Michel Khleifi, quien además sostendrá una conversación con los asistentes por videoconferencia.
Para el fin de semana están programadas Arafat y yo (2008), de Mahdi Fleifel; Amerrika (2009), de Cherien Dabis; Comenzamos midiendo la distancia (2009), de Basma Alsharif; y Al verte (2012), de Annemarie Jacir.
Noemí Artal explicó que el cine palestino es poco difundido en Chile, y en el mundo en general, debido a que la ausencia de un Estado impide que existan canales de producción y distribución a nivel nacional y políticas de fomento audiovisual.
Aun así, según estimó, desde 1924 se han hecho más de mil producciones audiovisuales en distintos formatos, una cifra que en los últimos años se ha incrementado paulatinamente: “La producción es mucha, más todavía en los últimos años. El cine está resurgiendo entre los jóvenes y los formatos son más fáciles y accesibles. No es lo mismo hacer una película ahora que antes, cuando tenías que hacerla en formatos más caros; ahora es más sencillo. Además, ahora se está saliendo del cine más documental de antes y se hace más ficción y trabajos artísticos o experimentales. La idea es traer ese cine a Latinoamérica, partiendo por Chile”, señaló.
Todas las funciones de la muestra se realizan en la Cineteca Nacional, ubicada en el Centro Cultural La Moneda, y las entradas valen dos mil pesos, para público general, y mil para estudiantes y personas de la tercera edad.
Más detalles en Muestra de Cine Palestino.
Hasta este domingo se desarrolla la Primera Muestra de Cine Palestino, que contempla la exhibición de cinco cortometrajes y ocho largometrajes, realizados entre 1974 y 2013.
El evento es organizado por el Centro de Estudios de Palestina de la Universidad de Columbia y cuenta con la colaboración del Centro Global de Columbia en Santiago y la Cineteca Nacional, que exhibe dos producciones cada día.
La muestra pretende establecerse en Santiago, como lo han hecho festivales de cine palestino en ciudades como Londres, Madrid y Boston, considerando además la amplia colonia palestina que existe en la capital y en otras ciudades de Chile. Además, sus organizadores pretenden realizar versiones similares en Uruguay, Colombia y México.
Noemí Artal, coordinadora de la muestra, explicó que ésta intenta abarcar diferentes formatos, pero que todas las películas están vinculadas porque “implícita o explícitamente está el tema del exilio. Muchos de los directores, sino la mayoría, son exiliados en Estados Unidos, en Europa o en Oriente próximo”.
“Es una muestra ecléctica, con largometrajes, cortometrajes, videoarte, cine experimental, ficción y documental. Los estilos y formatos son variados y son trabajos emblemáticos, de directores reconocidos, o de gente joven que está emergiendo”, indicó.
La mayoría de las cintas se exhiben por primera vez en el país. Este jueves, por ejemplo, se podrán ver dos documentales: Mi padre de Haifa (2010), de Omar Shargawi, y La sombra de la ausencia (2007), de Nasri Hajjaj. El viernes, en cambio, se proyectarán dos cintas de ficción: el cortometraje Estado nación (2012), de Larissa Sansour, y el largometraje Zindeeq (2009), de Michel Khleifi, quien además sostendrá una conversación con los asistentes por videoconferencia.
Para el fin de semana están programadas Arafat y yo (2008), de Mahdi Fleifel; Amerrika (2009), de Cherien Dabis; Comenzamos midiendo la distancia (2009), de Basma Alsharif; y Al verte (2012), de Annemarie Jacir.
Noemí Artal explicó que el cine palestino es poco difundido en Chile, y en el mundo en general, debido a que la ausencia de un Estado impide que existan canales de producción y distribución a nivel nacional y políticas de fomento audiovisual.
Aun así, según estimó, desde 1924 se han hecho más de mil producciones audiovisuales en distintos formatos, una cifra que en los últimos años se ha incrementado paulatinamente: “La producción es mucha, más todavía en los últimos años. El cine está resurgiendo entre los jóvenes y los formatos son más fáciles y accesibles. No es lo mismo hacer una película ahora que antes, cuando tenías que hacerla en formatos más caros; ahora es más sencillo. Además, ahora se está saliendo del cine más documental de antes y se hace más ficción y trabajos artísticos o experimentales. La idea es traer ese cine a Latinoamérica, partiendo por Chile”, señaló.
Todas las funciones de la muestra se realizan en la Cineteca Nacional, ubicada en el Centro Cultural La Moneda, y las entradas valen dos mil pesos, para público general, y mil para estudiantes y personas de la tercera edad.
Más detalles en Muestra de Cine Palestino.
