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Fútbol: Con pasión y lucidez

"Varias veces conversamos con nuestro grupo de amigos los riesgos que correríamos si Chile lograba dejar fuera del torneo a Brasil. Posteriormente al resultado que eliminó a Chile vi una entrevista del Scolari, donde el técnico brasileño señaló que de haber perdido Brasil con Chile, las consecuencias habrían sido muy graves incluso peor que las del “Maracanazo”.

Hugo Mery

  Sábado 12 de julio 2014 13:51 hrs. 
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A punto de terminar, el Mundial de Fútbol realizado en Brasil dejó lecciones  a los países participantes, particularmente al que ofició de anfitrión y a otros, como Chile y Argentina.

Uno de los hinchas de casa que viajó a los distintos estados brasileños fue un apasionado Carlos Contreras, periodista y empresario de comunicaciones, quien junto a sus tres acompañantes tuvo que volver después del dramático último match de Chile, por razones de entradas.  Aquí  se puso  al día con las repercusiones locales  y siguió los restantes partidos.

Sus apreciaciones  de los fenómenos sociales y políticos y en la esfera de los negocios – que acompañaron el evento-  y de  lo propiamente futbolístico, las vierte en la siguiente entrevista.

¿Cómo visualiza la politización que se hace del fútbol  para despolitizar a la gente?

– Entiendo que se trata de un concepto de análisis de la manipulación de las masas que algunas personas ven en el manejo del fútbol como expresión deportiva masiva.

Me parece válido hacer este planteamiento como tesis sociológica, pero lo considero propio de una élite que se enmarca en círculos muy intelectuales y que no obedece a lo que piensa el hincha común del fútbol. Por lo tanto, es valioso desde el punto de vista intelectual, pero creo que no llega a penetrar en la amplia mayoría. Por otra parte, circunscribirlo sólo a los regímenes dictatoriales me parece limitativo, ya que en las democracias también se ha hecho utilización política del deporte, en especial del fútbol, con la finalidad de despolitizar a ciertos sectores.

Curiosamente, es en Brasil donde esos intentos se manifestaron por grupos que hacían ver al país  gastando mucho dinero no redituable, evitando la solución de los graves problemas sociales que debería enfrentar el gobierno con esos recursos.

– Sólo tuve conocimiento de las manifestaciones que se produjeron antes del Mundial en varias ciudades de Brasil. Sin embargo, al llegar no tuve la oportunidad de ser testigo de ellas y creo que,  en parte importante, se terminaron justo con el inicio del torneo. Sí me tocó presenciar un fuerte contingente militar (se menciona unos 55 mil soldados desplegados en todas las sedes) resguardando puentes, aeropuertos, autopistas, pasarelas y lugares estratégicos con movilización de recursos militares significativos.

¿Cómo notaron esas protestas pre-Mundial Ud. y su grupo de amigos? ¿Hubo muchas manifestaciones y qué grado de participación ostentaban?

– Al parecer, los incidentes más importantes se generaron antes del Mundial, pero creo que tampoco se puede hablar de manifestaciones tan grandes que hayan provocado serios problemas al gobierno. Si existieron  fueron de magnitud limitada.

¿Comparte el temor que si Brasil hubiera sido eliminado por Chile en octavos de final esto hubiera tenido graves consecuencias políticas y sociales, al punto de afectar la candidatura de Dilma Rousseff? ¿Y qué consecuencias habría tenido para los hinchas chilenos que se encontraban allá?

– Varias veces conversamos con nuestro grupo de amigos los riesgos que correríamos si Chile lograba dejar fuera del torneo a Brasil. La verdad es que teníamos cierto temor de lo que nos podría pasar en el estadio o en las calles vistiendo la casaquilla de la Roja. Es más, camino a Belo Horizonte, donde fue la disputa con Brasil, pensamos en sacar distintivos del auto por temor. Posteriormente al resultado que eliminó a Chile vi una entrevista del Scolari, donde el técnico brasileño señaló que de haber perdido Brasil con Chile, las consecuencias habrían sido muy graves incluso peor que las del “Maracanazo”. En un aeropuerto, un hincha argentino me comentó que  si Chile le gana a Brasil esto se habría puesto muy feo, se termina el Mundial para los dueños de casa y se desata un desorden y una presión social imparable.

Un episodio que tuvo mucha repercusión en los medios de aquí fue la incursión de unos 80 hinchas chilenos que intentaron entrar a la fuerza al Maracaná.  ¿Qué opina Ud.?

– Creo que fue una situación realmente lamentable para la imagen de nuestro país.

Se ha querido relativizar el hecho, planteado como un grupo de hinchas desesperados por la falta de entradas…

– Me parece que esto no se puede justificar.  La línea entre un acto desesperado y furioso y caer en un delito es muy tenue. Mis amigos vieron el incidente de cerca y manifestaron que el intento fue violento y la represión por parte de la policía fue más fuerte aún. Las consecuencias para los compatriotas fueron muy duras, creo que lo pasaron muy mal.

¿Fue tan notorio en Brasil este hecho ? 

Como no, si salió en primera página de O´Globo y en varios diarios más. La TV le dedicó varios minutos a la noticia. No comparto este tipo de acciones de los hinchas, demuestra que en Chile hacen lo que quieren, pero se encontraron que allá estos temas son tratados con severidad.

¿Cómo le pareció  “in situ” la reacción brasileña frente al triunfo local contra Chile? 

– La verdad es que lo vivimos de dulce y agraz. Durante el partido fue muy complicado para un puñado de chilenos (unos 6 a 7 mil) convivir en el estadio con una “torcida” 10 veces superior. Sin embargo, la hinchada chilena fue un ejemplo, gritó durante todo el partido y a pesar de estar en inferioridad numérica nos hicimos notar. La torcida nos cantó muchas canciones a los chilenos, algunas francamente groseras y debimos soportarlas estoicamente. Empero, la mudez brasileña cuando Chile mostraba que en cualquier minuto podía ganar el partido demostró la fragilidad local. Finalmente, después de la lamentable ronda de penales nos vimos obligados a sacar a relucir nuestra cara altiva y orgullosa por el cometido de nuestros muchachos.  La salida del estadio tuvo de todo. Burlas y cantos de los “verde-amarelhos” en un porcentaje menor pero que incomodaba igual, por otra parte un significativo número de brasileños que reconocían el gran partido que hizo Chile, por lo que nos  felicitaban. Durante el trayecto largo de unas 10 cuadras hasta llegar a la movilización colectiva, fuimos nuevamente congratulados y fueron incontables las peticiones para sacarnos fotos de recuerdo con brasileños y lindas chicas  que nos iba solicitando a cada minuto la hinchada local. Tanto así que yo envié un whatsapp a mi familia en Santiago: “Estamos más fotografiados  que los monos de Disneyworld”.

¿Las democracias también instrumentalizan al fútbol en tanto  pasión de multitudes? Michelle Bachelet  retrasó su viaje a USA para recibir a los jugadores  de vuelta de Brasil…

– Me parece bien que lo haya hecho, por la forma como se entregaron en la cancha los muchachos de la Roja se merecían la presencia de la Presidenta en los homenajes que la gente les quiso brindar a su vuelta al país, así como los demás honores que continuaron recibiendo los jugadores. Entiendo, sin embargo, que varias movilizaciones sociales después de los festejos a la selección igual continuaron en el país y el debate sobre los temas contingentes y candentes. Entonces creo que el fútbol no paraliza ni soslaya la tensión social. Son sólo pequeños “recreos”.

¿Notó que la temperatura mundialera siguió incólume después de su regreso a Chile, aún cuando ya no sigamos en carrera?

– Por supuesto, los futboleros seguimos un acontecimiento como el Mundial  hasta el final, es el fútbol el protagonista, aunque con tristeza por la eliminación de nuestro equipo.

¿Cómo eran allá los comentarios  acerca de la participación del scratch local?

– Hubo de todo, los fanáticos desmedidos creen que Brasil llegará a ser campeón. Aquellos más sensatos y que saben de fútbol reconocen que esta selección brasileña está lejos de otros grandes cuadros del scratch que han participado en mundiales anteriores. Hay desconfianza que puedan alcanzar el máximo galardón. No hay una opinión unánime, hay temor, especialmente después del juego con Chile, donde nuestro cuadro mereció ganar. Lo siento así sin fanatismo.

¿Qué lecciones sociales, ya que no políticas, deja el desempeño de los “guerreros chilenos” en la comunidad nacional?

– Creo que después de la tremenda demostración de respaldo que el país todo le dio a nuestra selección sólo queda reconocer que este equipo con su garra, entrega y profesionalismo, se ganó un importante lugar en el corazón de los chilenos. Ha demostrado que las innegables virtudes que mostró este conjunto en Brasil produjeron un sentimiento de unidad y orgullo en la comunidad chilena, comparable quizás con el fenómeno que se produjo hace 4 años con la epopeya del rescate de los Mineros en Atacama.

Usted que fue figura destacada de la Nueva Ola chilena, ¿tuvo oportunidad de escuchar la banda sonora del Mundial de Brasil?

– Sorprendente, por decir lo menos, es lo que puedo comentar: En Chile ha habido un larguísimo debate sobre la conveniencia  o no de determinar por ley que las radios deban difundir un exiguo 20% de música chilena.

Mientras los sectores involucrados por ambos lados se acusan mutuamente  de proteger la industria musical internacional y negar el apoyo a los artistas chilenos por una parte y por la otra de restringir la libertad de escuchar la música que cada uno quiere elegir.

En Brasil durante tre semanas escuché un 90 a 95% sólo de música brasileña en las radios y la TV, el otro 5 o 10%, era música anglo. Ni una sola canción en francés, en italiano ni por cierto, ninguna en español.  ¿Qué les parece, los brasileños sentirán que los obligan a escuchar “su música”  o su nacionalismo es tan grande como su pasión por el “futibol”?

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