El que fuera el partido más importante de Chile en el primer decenio luego del regreso a la democracia, hoy está viviendo un debate interno sobre su rol como integrante de la Nueva Mayoría, el que muchos de sus militantes consideran que ha sido sistemáticamente denostado por sus aliados, como sobre el futuro de la dirección del partido que actualmente encabeza Ignacio Walker.
Diversas corrientes corren con colores propios para levantar sus propuestas en la conducción de la falange. Gutenberg Martínez fue uno de los primeros en retomar sus aspiración para volver a la primera línea política del país, desde ese lugar levanta banderas de lucha cuestionando algunos elementos de la Nueva Mayoría en su primer año de gobierno. El “Gute” trabaja para recuperar la presidencia del partido, deseo, que según trascendió, ya confirmó a sus más cercanos.
Sin embargo, la continuidad de Ignacio Walker no es la única tendencia que tiene intenciones de presidir la DC. Los disidentes (que si bien se han tenido que alinear a la mesa criticando el trato que ha dado la Nueva Mayoría a la DC), trabajan para potenciar la figura de sus candidatos, Jorge Pizarro, Yasna Provoste y Gabriel Silber, principalmente.
Hace algunos días trascendió que no apuntan a una lista de consenso, sino más bien a poder ensalzar su postura y convertirse en los jefes de la DC.
Otro de los movimientos que ha lanzado sus deseos de encabezar el Partido en los próximos dos años, es la Vanguardia Popular DC, liderada por el ex presidente de la Falange entre los años 2000 y 2001, Ricardo Hormazábal, para quien el Partido debe retomar su vocación cristiana no confesional, solidaria y profundamente demócrata, y critica lo que a su juicio ha sido la toma del partido por elementos liberales, más cercanos a la centro derecha.
“Los liberales están a contrapelo de lo que ha sido la historia de la Democracia Cristiana. La DC surge como una fuerza que supera el individualismo del liberalismo capitalista, y este retroceso que hemos experimentado es parte de la cultura general que se ha dado después del desplome del marxismo, y de esta crisis que genera un cambio de época, pero el auténtico democratacristiano es alguien profundamente demócrata, cristiano no confesional, y claramente una persona que apoya los cambios sociales pero en democracia”, sostiene Hormazábal.
Un histórico militante de la DC, como es el caso de Mariano Ruiz-Esquide, si bien comparte algunos de los diagnósticos de Hormazábal, enfatiza en que antes que establecer a los competidores para el sillón que actualmente ocupa Ignacio Walker, el Partido debería realizar un congreso ideológico que establezca los lineamientos a seguir, tanto como entidad política individual, como al interior del conglomerado de gobierno, por lo que su propuesta irá en orden a estructurar ese cronograma de acciones.
Ruiz-Esquide señala que tiene coincidencias con Ignacio Walker, cuando este ha defendido al partido de los ataques recibidos desde sus aliados de la Nueva Mayoría, no obstante critica que se haya hecho eco de las tesis que propugnan que el conglomerado de gobierno, sólo tendría un carácter instrumental y no le dan mayor vida útil.
“Walker ha respaldado la tesis de la Nueva Mayoría es una cosa muy restringida, que no tiene proyección, y se la ha jugado por la tesis de que es un acuerdo programático, y no algo que se pueda proyectar para tener al menos, dos gobiernos que nos permitan avanzar en las reformas ciudadanas y profundas como queremos que sean”, expresa Ruiz-Esquide.
Por su parte, Sebastián Sichel, uno de los militantes DC que forma parte del movimiento Fuerza Pública, que lidera Andrés Velasco, señala a título personal que la mejor opción para encabezar el partido es una figura que continúe el trabajo realizado hasta ahora por Ignacio Walker. “Naturalmente, un liderazgo que proyecte lo que ha hecho Ignacio Walker, a pesar de lo duro que ha sido con nosotros, es lo mejor para el partido para que asuma un rol centrista, moderado y que sea el promotor de reformas serias en Chile, y no aquellos que quieren anquilosar a la DC”, expone Sichel, esto pese al llamado de atención que ese mismo sector tuvo con su “doble militancia”.
La Fuerza Pública que complica a la DC
El llamado de atención hecho por Ignacio Walker a los militantes democratacristianos que forman parte de Fuerza Pública, movimiento liderado por Andrés Velasco, para que definieran su domicilio político, fue el último de los sobresaltos vividos por la DC.
Para el ex presidente de la tienda, Ricardo Hormazábal, los miembros del referente político creado por Andrés Velasco, como Mariana Aylwin o Sebastián Sichel, deben terminar con su participación en él ya que no pueden apoyar acuerdos con otros referentes políticos de derecha, como Amplitud o Evópoli, que eventualmente pueden ser opositores políticos de la DC.
“En la Democracia Cristiana siempre hemos rechazado la doble militancia máxime si esta doble militancia en Fuerza Pública se transforma en apoyo a adversarios de los candidatos del partido y en adversarios del proyecto político que la mayoría del partido ha aprobado en sus congresos”, enfatiza Hormazábal.
Uno de los aludidos por el ex presidente de la falange, Sebastián Sichel, cree que en su partido han sido particularmente injustos en relación con la petición de dejar el movimiento Fuerza Pública, ya que según señala, a diferencia de la DC, la agrupación liderada por Velasco no es un partido político formal, sino que es un movimiento de acción política que trabaja a nivel de contenidos y de alcanzar acuerdos con otras colectividades en pos de mejorar la calidad de la democracia.
El ex senador Mariano Ruiz-Esquide, cree que la diferencia conceptual que intentan hacer los militantes DC que integran Fuerza Pública, es solamente un eufemismo y que el partido hace mucho tiempo que debería haber hecho este llamado al orden a sus militantes. No obstante el respeto que le merece la libre conciencia, Ruiz-Esquide es enfático en aclarar que no se puede pertenecer a otro colectivo
“Me parece bastante patético lo que hemos visto las últimas semanas. Si la DC explora o construye acuerdos, o bien hace críticas a los contenidos de los proyectos de ley que apoya el gobierno, rápidamente es tildada como de oposición. Por eso me parece que el error que comete Ignacio Walker con nosotros es exactamente lo mismo. Hace con nosotros lo que hace la Nueva Mayoría con él”, responde Sichel.