Ayer, sábado a las 19.00 horas, de Chile, pero a la medianoche de Ucrania, empezaba el alto al fuego, aunque todavía con algunos disparos en Donetsk.
Expertos internacionales coinciden en que el panorama es difícil y los obstáculos son múltiples, tanto en el plano interno, como en el escenario exterior, luego que los presidentes de Rusia, Vladímir Putin; Ucrania, Petró Poroschenko; Francia, Francois Hollande; y la canciller alemana, Angela Merkel, lograron concordar un cese al fuego en Ucrania.
Considerado históricamente como “el granero de Europa”, este país posee una superficie cultivable equivalente a un tercio de los terrenos de la Unión Europea. La propiedad agrícola está en manos de pequeños propietarios y antiguas granjas soviéticas. Esto ha permitido aplicar una economía de subsistencia en tiempos de guerra.
Pero estas prácticas también han sido uno de los impedimentos que ha debido enfrentar el gobierno de Poroschenko en las negociaciones con representantes del FMI, que piden liberalizar la economía, reducir el gasto social e implementar privatizaciones a cambio de recursos económicos.
China es una de las potencias que mantiene acuerdos comerciales con Ucrania para la importación agroindustrial, a la que se ha sumado recientemente la transnacional Cargill, con la compra de acciones en el agro y la participación en uno de los puertos.
En este escenario, la guerra ha dejado una economía con altos índices de pobreza y bajo crecimiento, la reconstrucción será lenta y una tarea de largo aliento, sobre todo considerando la existencia de grupos paramilitares en ambos lados que no han expresado su voluntad de adscribir los acuerdos para mantener la paz.
La analista internacional y académica del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago, Olga Ulianova, manifestó que el acuerdo más importante fue el que se dio en paralelo, entre representantes del gobierno ucraniano y grupos separatistas, agregando que quedaría pendiente clarificar la implementación de estos compromisos de paz.
“El acuerdo más importante no fue el que firmaron Putin, Poroschenko, Merkel y Hollande, sino que fue la que se daba en paralelo, en la sala de al lado, donde se reunían representantes de los separatistas y un ex presidente ucraniano, como vocero del actual gobierno, además de los garantes que representaban a los líderes internacionales. Esa fue la única instancia donde el gobierno ucraniano y los separatistas se sentaron en la misma mesa”, aseguró Ulianova.
Este compromiso es el que posteriormente fue ratificado por los jefes de gobierno y por los garantes externos, lo que falta transparentar ahora, según los expertos, es saber hasta qué punto se mantendrán las promesas de los principales actores de este conflicto.
En relación a los factores externos, será necesario comprobar si Ucrania luego de haber modificado su Constitución Política podrá ser aceptada en la OTAN. Esto representaría un problema para Rusia, que ve en esta maniobra un peligro en su frontera.
El periodista y analista internacional Raúl Sohr, expresó que el objetivo de Rusia es tener un poder de influencia en Ucrania, detallando el rol que cumpliría este país en la geopolítica europea.
“Ucrania juega un papel muy importante. Es más, era una de las piezas centrales de la unión aduanera, como le han llamado a esta descomposición de la Unión Soviética. Con esto la Unión Europea vio la oportunidad de hacer gravitar a su favor a Ucrania, un país relevante. Por lo tanto todo lo que es el centro de Europa, ve esto con una tremenda preocupación.”, explicó Sohr.
Los analistas están de acuerdo en plantear que todos estos factores van a conspirar en contra de la paz, considerando además que otro actor decisivo es el gobierno polaco, que ha estado transfiriendo armamento ofensivo a Ucrania, lo que podría eventualmente, abrir el conflicto hacia otras regiones.
De la misma forma, se sumaría la poca confianza que siente Rusia respecto del cumplimiento de los acuerdos. Los especialistas, recuerdan que cuando cayó el muro de Berlín, se les había garantizado que la OTAN no se expandiría hacia el este, sin embargo la realidad fue distinta.
La frágil tregua
“Poco después de medianoche, hora local de entrada en vigor del alto el Fuego, lanzamisiles múltiples Grad alcanzaron el centro de la localidad de Popasna y dos civiles murieron”, anunció este domingo Guennadi Moskal, gobernador leal al gobierno ucraniano de la región de Lugansk. Los fallecidos en el bombardeo, que se produjo 20 minutos después de la entrada en vigor del la tregua, son un anciano y una mujer.
Según Kiev, los disparos procedieron de una zona controlada por insurgentes cosacos, que no obedecen la orden de alto el fuego dada por el mando rebelde.
Por lo demás, las autoridades de Kiev precisaron que los combates habían cesado prácticamente en toda la línea del frente después de las 03.00 de la madrugada del domingo y solo se constataban enfrentamientos aislados.
“Ningún soldado murió durante la noche”, declaró el portavoz militar ucraniano, Vladislav Seleznev. Las fuerzas ucranianas informaron de tiros de artillería en la región de Lugansk y en torno al nudo ferroviario de Debaltseve, donde en los últimos días se libraron los más encarnizados combates. No obstante, fueron “disparos de hostigamiento muy localizados y no sistemáticos”, precisó Seleznev.
Otro portavoz ucraniano, Anatoli Stelmakh, también afirmó que los rebeldes habían “reducido considerablemente su actividad” desde la medianoche, aunque citó un ataque insurgente cerca de la localidad de Churnuguin, a 5 kilómetros al este de Debaltseve.
La tregua acordada entre el gobierno prooccidental de Kiev y los insurgentes separatistas es la primera etapa de un plan de paz para poner fin a un conflicto que ha dejado más de 5 mil 500 muertos, en 10 meses, en el este ucraniano.