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Whiplash: Sangre, sudor, lágrimas y jazz

La mezcla la hemos visto antes. Joven talentoso y obsesivo en camino hacia la fama no importando el costo. Ese costo y lo que queda en el camino, han dado material para muchas películas. “Whiplash” se une a esa tradición poniéndole su propia coloratura y su particular tempo.

Antonella Estévez

  Jueves 19 de febrero 2015 11:31 hrs. 
Whiplash-Movie-Images

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“La fama cuesta, y es aquí donde comienzan a pagarla…con sudor” decía la profesora de danza en la ochentera serie “Fama”. Y, con todas las distancias visuales, probablemente sea esa producción televisiva uno de los referentes inmediatos que se le vienen a la cabeza al espectador de “Whiplash”. Un joven y solitario protagonista que está cursando su primer año en la más prestigiosa escuela de música de Nueva York con el sueño de convertirse en el mejor baterista de jazz de su generación. Su capacidad e ímpetu son descubiertos por el profesor que dirige la orquesta más requerida de la escuela, un hombre maltratador, narcisita y brillante que sabe reconocer los talentos y exprimirlos al máximo. Como es de esperar, la relación maestro – alumno los marcará a ambos y definirá el desarrollo de la historia. Así presentado el guión no resulta muy original, y la verdad es que no lo es. La gracia de “Whiplash” está en otra parte.

El director Damien Chazelle ya había trabajado las posibilidades de la tensión en la música al escribir el guión de “Grand Piano”, filme donde Elijah Wood interpreta a un pianista que es amenazado de muerte en pleno concierto. Mientras se producía esta película, Chazelle logró entrar con “Whiplash” a la “Black List 2012”, la lista de los guiones más interesantes de la temporada, aún sin apoyo para ser filmados y, para convencer a los posibles productores, hizo un corto con parte del material escrito y en donde J.K. Simmons actúa como el mismo maestro cascarrabias que le dio el Globo de Oro y que hoy lo tiene nominado al Oscar como mejor actor secundario.

Desde ahí “Whiplash” ha tenido un estupendo recorrido, fue la película inaugural de Sundance, se presentó en la Quincena de Realizadores de Cannes y también en el festival de Toronto. Está nominada a 5 premios Oscar, entre ellos mejor película, mejor montaje y mejor sonido y probablemente estos datos nos den algunas pistas de los méritos de este filme. Porque si bien dijimos antes que la historia no es particularmente innovadora, la manera en que está contada resulta tremendamente atractiva. La propuesta visual del filme, su paleta de colores y el uso de muchos planos pequeños que permiten entrar en la interioridad del personaje, en su rítmica y su obsesión están eficientemente unidos en el montaje para crear escenas intensas y conmovedoras, especialmente aquellas en donde vemos al protagonista luchando por y para la música.

Dicho todo lo anterior debo reconocer que la película tiene dos elementos que a mí me resultaron especialmente seductores. Primero la música, la banda sonora tanto incidental como en las escenas de ensayos y conciertos, incluyen una selección de standars setenteros que mezclan el jazz y el funk que es un lujo y que aporta significativamente al ritmo narrativo de la película. Punto extra para la aparición de Paul Reiser, en el rol del papá del protagonista. Para todos los deudos de la serie “Mad about you”, que Reiser creó y protagonizo por siete temporadas, siempre será un gusto verle en roles que permiten que luzca su calidez y carisma. Con todo eso, diremos que “Whiplash” es una interesante película que, aunque bastante clásica en su guión se salva desde la propuesta formal, para generar el interés y la complicidad del espectador.

Mira el trailer de la película aquí:

 

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