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Gabriel Boric y Reforma Laboral: “En comisión mixta se verá hasta dónde llegan las convicciones”

Frente a la posibilidad de que el proyecto de Reforma Laboral deba ser analizado por una comisión mixta de senadores y diputados, el diputado de Izquierda Autónoma fue enfático al señalar que la verdadera instancia en la que se resolverá esta discusión será una negociación entre el Gobierno y sus parlamentarios, en la cual el parlamentario aseguró que “se van a poner de acuerdo por fuera”.

Gonzalo Castillo

  Jueves 17 de diciembre 2015 21:33 hrs. 
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Si bien la Comisión de Trabajo del Senado rechazó las indicaciones del Gobierno que, a juicio de la CUT y la mayoría de los diputados y senadores oficialistas, torpedeaban el derecho a huelga sin reemplazo, el Ejecutivo se ha reservado el derecho de insistir en que sean votadas esta vez por la Sala de la Cámara Alta la próxima semana.

En este escenario, la posibilidad de que el proyecto que despache el Senado de regreso a la Cámara sea impugnado por esta última, la comisión mixta como último paradero de la iniciativa es cada vez más probable, y puesto en ese contexto, surgen las interrogantes sobre las chances reales de que dichas enmiendas puedan ser retiradas por parte del grupo de senadores y diputados.

Para Gabriel Boric, diputado de Izquierda Autónoma, y miembro de la Comisión de Trabajo de la Cámara “da lo mismo si hay una comisión mixta”, ya que la decisión final dependerá del acuerdo al que llegue el Gobierno con sus parlamentarios, y de la presión que ejerza el Ejecutivo sobre ellos.

“El Congreso, en la práctica, no es el espacio donde se deciden estas cosas, esto es una negociación del Gobierno con sus parlamentarios, y se van a poner de acuerdo por fuera, y ellos van a decidir. Nosotros, por ejemplo, el comité de independientes no tiene representación en la comisión mixta, yo diría que todas las experiencias que he tenido de proyectos de ley que pasan a comisión mixta ya está claro qué es lo que va a salir de ahí antes de que se constituya la comisión. A la comisión mixta, en sí misma, yo no le tengo ninguna fe, y va a depender de las convicciones que dijeron sostener los parlamentarios tanto en el Senado como en la Cámara”.

Boric señaló que ante la posibilidad de que el Gobierno reingrese las indicaciones a votación en Sala, el Ejecutivo posiblemente presionará a sus parlamentarios, “y ahí se verá hasta dónde llegan las convicciones”. Además, el diputado de Izquierda Autónoma sostuvo que las modificaciones que se pretenden introducir, hacen que la Reforma “si ya era timorata, la vuelve abiertamente contra los trabajadores”, por lo que espera que mantengan “un mínimo de dignidad los parlamentarios de la Nueva Mayoría”.

Otra voz que se suma a estas críticas es la del profesor de derecho laboral de la Universidad Diego Portales, José Luis Ugarte, quien señaló que los desacuerdos al interior del oficialismo que han surgido durante la tramitación de la Reforma Laboral, una parte importante de ellos tienen su raíz en la redacción de las normas del proyecto, lo que da cuenta de “una técnica legislativa muy deplorable”, y además que el Gobierno ha profundizado el carácter pro empresarial de la iniciativa, a juicio del jurista.

“(Al Gobierno) se le pasó la mano, incluso para sus propios partidarios, lo que hizo imposible que algunos parlamentarios y la propia CUT siguieran apoyándolo. De un mal proyecto pasó a ser un gran mal proyecto. Entonces, en mi opinión el Gobierno cruzó la frontera de sus propios partidarios y eso generó este entrampamiento en la Reforma”.

Para Ugarte, una posibilidad en caso que el Gobierno insista con ingresar las modificaciones en Sala, es que algunas fuerzas políticas oficialistas rechacen el proyecto:“Lo que sería un acto de coraje político mínimo”, señala el jurista. Otro escenario, “y que sería el más lamentable”, es que todo sea una “puesta en escena” y que el proyecto se termine aprobando con el apoyo de los parlamentarios.

“El Gobierno se ha especializado en esta reforma en cambiar palabras por palabras. Cambió reemplazo por adecuaciones necesarias, después por adecuaciones necesarias por turnos y jornadas, la ministra (Ximena Rincón) dice que reemplazo no es reemplazo. En este diálogo hay un déficit de racionalidad absoluta en la elaboración del proyecto”.

Finalmente, otra posibilidad que para el abogado “es la más sensata”, es que el Gobierno retire el proyecto para volver a trabajarlo ahora con el acuerdo de las fuerzas sindicales relevantes, “una posibilidad que hoy día no parece tan descabellada, pero viendo la torpeza con la que el Gobierno se comportado en esta materia, no se ve probable”.

El senador del PS Juan Pablo Letelier, presidente de la Comisión de Trabajo aseguró que con el rechazo a las indicaciones que abrían espacio al reemplazo en huelga a nivel interno quedó “limpia y aclarada la redacción de esta norma”, y recordó que la Reforma Laboral lo que busca es equilibrar las relaciones laborales, por lo que la prohibición del reemplazo en huelga es esencial para lograr esta meta.

El senador por O’Higgins sostuvo que en nuestro país existe una “cultura anti sindical” que ha permeado a todos los sectores políticos y sociales, incluso en la Nueva Mayoría, lo que explicaría, en parte, las reacciones contrarias a la Reforma Laboral, y fue enfático al señalar que de no lograr aprobar esta iniciativa, se producirá un quiebre al interior de la coalición de gobierno.

“Por desgracia, lo que está fuera de discusión es que en esta ocasión o lo logramos como convicción política y cultural, o lo que se va a producir es un quiebre y esto se va a transformar en un problema no legislativo sino político para mi gobierno, y para la Nueva Mayoría porque va a significar darle la espalda a los trabajadores de nuestro país en un tema muy sensible”.

Adriana Muñoz, senadora del PPD justificó la votación de los senadores de la Nueva Mayoría de la Comisión de Trabajo, señalando que lo que buscan es “resguardar las ideas matrices del proyecto que envió la Presidenta al Parlamento el año pasado” como el reemplazo en huelga y el número de trabajadores para constituir sindicato en una pequeña y micro empresa.

Además, aniticipó “un debate intenso” el que se dará en la Sala a mediados de enero, cuando la iniciativa pase a esta instancia, pero aseguró que “lo que más complica” el camino del proyecto es la posibilidad de que pase a ser revisado por el Tribunal Constitucional, instancia a la cual ha anunciado la derecha que acudirá en caso de ser aprobado este proyecto.

Por su parte, el presidente del Partido Comunista (PC), Guillermo Teillier, si bien valoró la eliminación de la figura de las “adecuaciones necesarias” de las indicaciones del Gobierno en el marco de la discusión de la Reforma Laboral en la Comisión de Trabajo del Senado, adelantó que en el caso que el Gobierno apueste por reingresar la enmienda en la Sala del Senado, esta será rechazada a su vuelta en la Cámara de Diputados, obligando a la realización de una comisión mixta.

El presidente del Partido Comunista afirmó en relación con los plazos que se manejan para el total despacho de la Reforma Laboral que, incluso siendo revisada por una comisión mixta, puede estar lista para su promulgación el 31 de enero, aunque manifestó su buena disposición a que la discusión se retome en marzo, siempre y cuando sean rechazadas las indicaciones.

En tanto, frente a la decisión de la CUT de requerir a la Comisión de Ética del Senado para que los senadores que tengan intereses en empresas, queden inhabilitados de poder votar esta reforma, Teillier indicó que en la Cámara Baja existe un acuerdo para que los diputados que tengan conflictos de interés en esta materia, no puedan ejercer su voto.

“En la Cámara de Diputados existe el acuerdo transversal de que diputados que tengan conflictos de intereses deben inhabilitarse en las votaciones, y si no se inhabilitan tienen que ser objeto de sanciones severas, que todavía no están estipuladas, pero yo creo que ya es la hora de que las personas si tienen conflictos de intereses en el Parlamento se inhabiliten”.

La Reforma Laboral debe ser vista ahora por la Comisión de Hacienda del Senado la primera semana de enero, para luego pasar a la Sala para su votación en particular, y luego ser enviada a su tercer trámite a la Cámara, en donde si no existe acuerdo sobre el proyecto será vista por una comisión mixta de cinco senadores y cinco diputados, de la cual, según los cálculos del Gobierno, puede ser despachada antes del 31 de enero.

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