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Cameron negocia para evitar salida de la Unión Europea

Después de un día de negociaciones, los líderes europeos no han logrado un acuerdo. Mientras tanto, un fuerte apoyo del primer ministro del Reino Unido David Cameron, le dio la espalda para reunirse con el movimiento de "Brexit". Un referéndum es planificado para 2017.

Adélie Pojzman Pontay

  Viernes 19 de febrero 2016 16:51 hrs. 
Europa

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“Estamos con ellos, pero no somos uno de ellos”, así Winston Churchill describió la relación del Reino Unido con Europa en 1953. Veinte años después en 1973, los británicos se unieron al destino de la Unión, atraídos por su fuerte desarrollo económico. Y por los últimos cuarenta años, el Reino Unido a menudo ha sido apodado “el compañero incómodo” del grupo.

Este 19 de febrero, el primer ministro David Cameron está en Bruselas, negociando con el resto de la Unión para revisar los términos de la inclusión de su país. Las conversaciones se enfocan en cuatro puntos para limitar la noción de unión “cada vez más estrecha,” la regulación del mercado para proteger los miembros de la unión que no forman parte de la zona euro, y establecer un “freno de emergencia” con respeto a los beneficios gubernamentales dados a los trabajadores europeos en el Reino Unido.

El sentido de euroescepticismo ha existido desde el fin de los 1980, pero ha cobrado más impulso en la última década con la añadidura de estados del este y la llegada de trabajadores. Cuando los Conservadores llegaron al poder en 2010 y crearon una coalición con los Demócratas Liberales, Cameron, que era conocido por ser pro Europa, tuvo que tomar más en cuenta la derecha de su partido. Por ejemplo negoció para cortar el presupuesto de la Unión Europea. De hecho, la mayoría que alcanzó en las elecciones, disminuyó en manos del partido Ukip populista de derecha dura quien tiene una posición muy euroescéptica.

Ahora, los británicos deben votar en un referéndum antes del fin del 2017 para saber si quieren salir de la Unión, el así llamado “Brexit” (de Britain, and “exit”, salida). Si hace un año, los sondeos mostraban que había poco apoyo para esta opción, la proporción ha cambiado indudablemente desde entonces. Las estimaciones del diario británico The Telegraph muestran que la opinión pública ha variado mucho en los últimos meses, acercándose más y más del 50% desde septiembre.

Brexit: ¿y después?

Según el análisis de The Economist, podrían haber cinco escenarios si el Reino Unido sale de la Unión Europea. El primero, sería mantenerse en la EFTA (European Free Trade Association) y en el Área Económica Europea al lado de países como Noruega, Islandia o Liechtenstein. En el segundo, seguiría Suiza, que solo pertenece a la EFTA gracias a más de 100 acuerdos bilaterales con la Unión Europea. La tercera manera soló confiaría en las regulaciones de la Organización Mundial del Comercio con respeto a la UE. En cuarto lugar, el Reino Unido podría copiar el modelo de las relaciones entre Turquía y la UE, con acuerdos de aduana o con un gran acuerdo de libre mercado. El último escenario, sería negociar un acuerdo de libre mercado especial soló entre el Reino Unido y la Unión, con las ventajas económicas de ella. Pero en este último escenario, parece muy poco probable que los países miembros de la UE estén dispuestos a negociar términos favorables con su “compañero incómodo”.

Con su potencial salida de la Unión, el Reino Unido podría arriesgar gran parte de su inversión extranjera directa, también muchos empleos vinculados con los exportaciones a la UE. CNNMoney estima que en 2014, los países europeos habían invertido casi 500 mil millones de libra esterlina (más de 700 mil millones de dólares actuales). También que un 45 por ciento de las exportaciones británicas van hasta un país europeo y 53 por ciento de la importación viene del continente. En cuanto a la migración, hoy día es estimado que hay aproximadamente 3 millones de europeos que viven en el Reino Unido, cuando 1.3 millón británicos viven en otros países de la zona. Otros estudios publicados en The Guardian, preven que la salida dañaría a la economía nacional: el PIB podría perder entre 2.2% y 9.5% según los análisis.

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