La del pasado miércoles no debe haber sido la mejor mañana en La Moneda. En ese instante, se daban a conocer los resultados de la última encuesta Adimark de Evaluación de Gestión del Gobierno. Un récord: la desaprobación a la presidenta Michelle Bachelet alcanzó el 72 por ciento, mientras que la del Gobierno, el 80. Números nunca antes vistos en aquel sondeo. La Presidenta y su gobierno se instalaban en la historia.
La alta desaprobación a la Mandataria tiene como sazón un abanico de críticas, formuladas a partir del manejo de los conflictos sociales, así como de la propia administración. Justamente, en medio de algunas de estas crisis, incluso ha dejado el país para asistir a compromisos en el extranjero, delegando en otros el manejo de diversos focos de protesta.
Diario y Radio Universidad de Chile se ha propuesto revisar el itinerario de la Presidenta, a fin de dar cuenta de los momentos en que Bachelet dejó el país durante este año: durante 2016 han sido siete los viajes a un total de ocho países, algunos de los cuales coincidieron con momentos álgidos de protestas sociales.
A Quito, peleada con la prensa
A finales de enero, el caso Caval tenía de cabeza a La Moneda. El Tribunal Constitucional debía decidir si era procedente formalizar a trece personas vinculadas al proceso, por los delitos de soborno, cohecho, prevaricación, entre otros. Dentro de estas personas estaba Natalia Compagnon, nuera de la Mandataria, y quien se convirtió en el rostro de un caso que pasaba a involucrar a la familia de Michelle Bachelet.
Las informaciones que la prensa iba entregando, algunas de ellas conseguidas desde la intimidad de las pautas en La Moneda, devinieron en un impasse con los periodistas acreditados por lo que el gobierno decidió filtrar a los reporteros que eran incluidos en los viajes presidenciales. La decisión debió ser retirada a la luz de las duras críticas que vinieron desde los mismos medios, acusando que la medida coartaba el acceso a información relevante para el país.
Así las cosas, la jefa de Estado participó en la cumbre de la Celac en Quito, en medio de una batahola mediática que puso en entredicho la voluntad del acceso a la información por parte del Gobierno. La misma prensa tuvo que estar ahí, cuando un día después del regreso y tras la formalización de Natalia Compagnon y otras personas, Michelle Bachelet se dirigió al país en el instante que una integrante de su familia hacía presencia como imputada en el Centro de Justicia.
En marzo, la Mandataria tuvo su segundo viaje del año, a la Cumbre de Seguridad Nuclear en Washington. Los tres días allá contó con la presencia de más de una veintena de medios. Ya no corrió más la marginación.
Carruajes en Suecia, giftcards para Chiloé
En mayo de 2016 Chiloé fue escenario de protestas debido a la crisis social y ambiental provocada por la llamada “marea roja” que dejó miles de peces varados en las costas isleñas, provocando perjuicios económicos a las familias dedicadas a la pesca y el comercio de productos marinos. Los chilotes apuntaban como responsables a las salmoneras y exigieron el pronunciamiento de la Presidenta. Sin embargo, los boletos de Bachelet no tenían como destino Chiloé, sino Europa.
Fastuosos recibimientos, comidas con la realeza y citas de alto nivel político en Suecia e Inglaterra a los que asistió la jefa de Estado, contrastaban con la situación de los sureños afectados, quienes intentaban ser calmados con bonos por parte del Gobierno. Un hecho que indignó hasta sus propios votantes.
Carmen Gloria Chiguay, participante de las manifestaciones de los chilotes mostraba su decepción en un video publicado por el movimiento: “En Chiloé habemos muchas mujeres que alguna vez confiamos en ella, le dimos el apoyo, pero hoy la Presidenta es una vergüenza para nosotras. De la decisión que, quizás algún día, dimos el voto por ella, nos arrepentimos mil veces por lo que hicimos, el tremendo error de haber votado por una mujer sin escrúpulos y sin sentimientos y siendo madre”.
Las críticas también fueron formuladas desde Chile Vamos, quienes fustigaron a la Mandataria por estar al otro lado del mundo durante cuatro días, sin hacerse cargo personalmente de la complicada situación del sur, además de criticar el veto que el Gobierno llevó a cabo en el trámite de la Reforma Laboral, justo en esos días.
Michelle Bachelet visitó Suecia, acudió a empresas, se reunió con autoridades, y en Londres se hizo partícipe de la celebración del Chile Day. Mientras que en Chiloé, los afectados recibieron varios días más tarde, un bono de 300 mil pesos, una asignación de 150 mil más por tres meses, subsidio de agua y luz y una giftcard.
Sin fallarle a la OCDE
La cuarta salida del país de la Mandataria tuvo como objetivo participar en el Consejo Ministerial de la OCDE, en Francia a principios de junio. La salida vino de cajón tras una semana complicada debido al polémico artículo publicado por la web de la revista Qué Pasa, en el cual se vinculó a la Presidenta directamente con el Caso Caval. Esto motivó que la “ciudadana” Michelle Bachelet interpusiera una querella contra los periodistas responsables del artículo, pidiendo cárcel para dos de ellos.
En el intertanto, el movimiento estudiantil le recordaba a la jefa de Estado que seguirían insistiendo por tener parte en la discusión prelegislativa sobre la Reforma Educacional. Mientras, la CUT hacía lo propio respecto a la Reforma Laboral y la nueva Constitución. Ambas organizaciones convocaron a movilizaciones en los días venideros.
Sin ir más lejos, la molestia fue mayor en la organización de trabajadores debido a que a los viajes a la OCDE y el Chile Day no fue considerado ningún dirigente sindical. El vicepresidente de la CUT, Nolberto Díaz declaró: “En el mismo viaje del mes de mayo, a la OCDE y al Chile Day, fueron con todos los empresarios, la CPC y la Sofofa. Y yo les he dicho en todos los tonos que es una incoherencia en un gobierno democrático viajar con los empresarios y no con los trabajadores”.
Pero la presidenta prefirió no fallarle a la OCDE. Para las respuestas, al choque fueron los ministros. El viaje a Francia duró tres días. El descontento de los estudiantes y trabajadores se mantiene hasta hoy.
El debate por la gratuidad desde el Caribe
Completando el pasaporte de este año, son tres viajes más que anota la libreta de la Presidenta. Dos, durante la penúltima semana de junio a Cuba y Panamá, ambos por un día; y el último hace pocos días a Guyana, donde participó de un encuentro de jefes de Estado de la Comunidad del Caribe y Mercado Común (Caricom) e inauguró la embajada chilena en ese país.
Esta semana se envió la propuesta de gratuidad en la Educación Superior del Gobierno, ampliamente cuestionada por el movimiento estudiantil. La Mandataria hizo el anuncio ante el país en cadena nacional, el domingo 3 de julio. Al otro día, en el momento que la Presidenta comenzaba a llenarse de críticas de parte de estudiantes y la oposición, ella emprendía el vuelo hacia Guyana, estando allá dos días. Quienes debieron dar cara a los cuestionamientos, una vez más, fueron sus ministros.
Gabriel Iturra, dirigente de la Confech da cuenta de la impresión del movimiento estudiantil al respecto: “Nos parece lamentable, ya que justamente en los momentos claves de la historia de Chile como en este caso que es el ingreso de un proyecto de ley que pretendía justamente acabar con la injusticia en educación, la Presidenta con este tipo de actitudes demuestra que no está comprometida con la familia chilena”, consignó a Diario y Radio Universidad de Chile. Además, hizo un llamado a hacerse responsable de ingresar un proyecto de esa naturaleza donde estiman que no se asegura el fin del lucro, ni la democracia ni la inyección de aportes basales a las instituciones de educación superior.
¿Una Presidenta ausente?
Desde la oposición perciben que Michelle Bachelet más que viajar demasiado y estar ausente en momentos claves, lo ha estado en general y acusan falta de liderazgo en su actuar. Así, al menos, lo explica Pedro Browne diputado de Amplitud, quien dice que el problema no son necesariamente los viajes: “Lo que sí preocupa es que haya una ausencia de la Presidencia en Chile, porque más allá que esté o no de viaje, lo que sí vemos es que no está en la contingencia en nuestro país. O de vez en cuando se conoce alguna conferencia, alguna cosa en general sin preguntas, sin que nadie pueda hacer ningún tipo de consulta. Pero la presencia de la Presidenta es muy baja, hay una ausencia de liderazgo total”, dice el parlamentario.
Las observaciones las comparte el diputado por la Araucanía Diego Paulsen (RN), quien declaró respecto de la Presidenta que “cuando se necesita que ejerza liderazgo político potente en situaciones complicadas del país, la hemos visto que ha preferido viajar fuera del país y no enfrentarlo como debería hacerlo un verdadero líder político”.