Este fin de semana se supieron crudos detalles respecto del ataque que recibió Nabila Rifo, joven aysenina de 28 años quien en la madrugada del 14 de mayo fue agredida por una o más personas en Coyhaique, quienes le fracturaron la mandíbula y el cráneo, le arrancaron los ojos y la abandonaron en la calle.
La pareja de Nabila Rifo, Mauricio Ortega, es el principal imputado en la investigación que lleva adelante la fiscalía regional de Aysén y continúa en prisión preventiva mientras se desarrollan las diligencias. Fue en el marco de estos trámites que Nabila prestó su primera declaración ante el fiscal regional de la región, Pedro Salgado.
Desde la fiscalía calificaron como importante el conocer la versión de la víctima, tanto en términos mediáticos como para la comunidad. En el Ministerio Público agregan que todavía queda un mes para que termine el plazo de la investigación, período en el cual se realizarán más exámenes de ADN y pericias a objetos que fueron usados en el ataque, tales como piezas de concreto con los que fue golpeada Nabila y las llaves de un vehículo encontrado cerca de ella la madrugada en que fue hallada.
Por la crueldad del hecho, el caso ha conmocionado al país y ha llamado particularmente la atención de la prensa. Sin embargo, pese a la gravedad de la noticia y la persistencia de la violencia contra la mujer en Chile, las publicaciones enfatizan versiones referidas a la presencia de alcohol en el contexto en el que se llevó a cabo el delito, como una forma de justificar el comportamiento del agresor.
La abogada de la Red Chilena Contra la Violencia a la Mujer, Silvana del Valle, repudió enérgicamente este tipo de situaciones e hizo un vínculo con el rol de la propia defensa del imputado. “Por parte de la defensa, en reiteradas oportunidades el defensor ha ido a la prensa y ha hecho ver estas circunstancias. Claramente tratando de no decirlo de forma directa, pero también ha utilizado la frase ‘vuelco en el caso’ en relación a esto y nos parece extremadamente repudiable, por cuanto ninguna persona merece ser tratada de esa manera por haber ingerido alcohol”, dijo.
En esa línea, Silvia Gutiérrez del Observatorio Virtual Mujeres y Medios, concuerda que este tipo de tratamiento de la información es algo común en los medios de comunicación. “Nosotras compartimos esa visión de que los medios, tanto en el caso de Nabila, como en otras noticias que hemos recibido de agresiones hacia las mujeres, siguen esta lógica súper naturalizadora y reproductora de la violencia. Y una práctica permanente es que siempre están patologizando de alguna manera a los agresores, con un lenguaje que pocas veces habla con los términos correctos, o bien hablan del alcohol como causa, o los celos, y pocas veces se habla de que las causas tienen que ver principalmente con el machismo”, señaló.
Silvana del Valle también denuncia que este lenguaje agresivo viene de instancias institucionales. “No es algo nuevo, sino que se viene sumando a frases muy desafortunadas y violentas de distintos entes, de distintas instancias institucionales, como el diputado Pablo Lorenzini, y en su oportunidad algunos magistrados, que tratan de hacer ver que las personas que están alcoholizadas o que están drogadas no estarían en su total protección bajo la ley, y esto nos parece horroroso”, esto en referencia al tipo de dichos que culpabilizan a las víctimas de sus agresiones.
La influencia de la cultura patriarcal configura la forma de percibir el mensaje y replicarlo, creando concepciones sociales violentas, consolidadas en la formación de las personas.
Silvia Gutiérrez profundizó en esa idea, diciendo que “se hace súper evidente el rol que tienen las construcciones sociales. Por ejemplo, respecto al amor, porque entendemos que a nadie lo pueden matar por pasión o por amor, pero que se ha naturalizado de esa manera. Entonces entendemos que ese machismo que es súper transversal hacia hombres y mujeres que nos han educado bajo esas lógicas, nos hace justificar también, como lector o audiencia, este tipo de situaciones”.
Ambas concuerdan en que esta situación violenta sistemáticamente a las mujeres y que es necesario visibilizar este tipo de agresiones y concepciones machistas, de manera de erradicar conductas y conceptos que atentan contra la dignidad del género femenino.