Hotel O´Higgins, Viña del Mar. Cerca del mediodía estaba toda la prensa de espectáculo nacional esperando el “tradicional” piscinazo de la reina del festival. Pasaban los minutos, pero Kika Silva no abandonaba la habitación en la que se preparaba para el momento. Afuera, una veintena de personas manifestaba su molestia con la alcaldía dirigida por Virginia Reginato, eran los vecinos de la población Felipe Camiroaga, campamento que vive sin luz hace más de dos años.
“No nos importa el festival, no lo podemos ver”, decían los descontentos habitantes de uno de los sectores más pobres de la comuna. A la vez, exigían a la alcaldesa que se acercara a conversar con ellos para solucionar de una vez el problema.
“Llevamos mucho tiempo pidiéndole que nos escuche”, la acusaban los representantes de las más de 900 familias que viven en precarias condiciones.
Según explicaron a la prensa, que tardó casi una hora en cubrir el malestar de los pobladores, Virginia Reginato había incumplido un acuerdo de 2015, que, entre otras cosas, se comprometía a dotar de agua potable y luz eléctrica al campamento.