Los partidos de la Nueva Mayoría viven distintas agendas de manera paralela para rearmarse en lo individual pero también como conglomerado, esto, como consecuencia de la derrota electoral sufrida el pasado 17 diciembre en la elección presidencial.
En el ámbito colectivo, durante este lunes comenzó a haber mayor claridad sobre cuál es el camino a seguir, por lo que fijaron como una máxima a obedecer durante los próximos cuatro años la defensa del legado del gobierno de Michelle Bachelet.
Este fue el consenso de los partidos pero, a la vez, fue la petición del mismo gobierno, a través de la vocera Paula Narváez, quien explicitó durante el Comité Central del Partido Socialista realizado el sábado, la intención de que no se diluya ni retroceda en las reformas lideradas por la mandataria.
“No defender la obra de la Presidenta Bachelet será sinónimo de entregar la pelea por las ideas”, señaló la ministra.
Durante la tarde y en la sede del Partido Socialista, los máximos dirigentes de la coalición de gobierno se reunieron para conversar sobre la rearticulación del conglomerado y dentro del diagnóstico también estuvo la ofensiva que se vivirá durante el gobierno de Sebastián Piñera para denostar los cambios realizados por el mandato de Bachelet.
En conversación con nuestro medio, uno de los nombres de más peso del Partido Radical, Patricio Tombolini, coincidió con la decisión de los dirigentes e intentó explicar cómo en lo concreto se puede defender el legado de Michelle Bachelet.
“Las obras se defienden teniéndolas presentes. Es la propia ciudadanía la que va a valorar eso, porque va a estar sintiendo de forma permanente los cambios hechos. Además el gobierno de Piñera va a tener algo muy peculiar, que es que no tiene votos para hacer cambios”, dijo.
De manera implícita, se pueden desprender otras lecturas al respaldo a la presidenta que, en su mandato, realizó cambios con cierta perspectiva social en materia tributaria, laboral y educacional, pero también en términos políticos. Los partidos de la Nueva Mayoría centran su discurso en el perfil progresista de la coalición, algo que es coherente con el interés que han demostrado colectividades como el Partido Socialista y el Partido Comunista, de acercar posiciones con el Frente Amplio y, quién sabe, quizás pactar en algo más concreto.
Pero por otro lado, como contraparte de esta ratificación del perfil de la coalición, existe el rechazo al diagnóstico de que la derrota de Alejandro Guillier frente a Sebastián Piñera se debió a un abandono al “centro político”, tesis que ha resonado durante los últimos días luego de la renuncia de Mariana Aylwin a la Democracia Cristiana y sus críticas a la “izquierdización” de la Democracia Cristiana y de la coalición.
Con esto, la Nueva Mayoría parece seguir en la línea de buscar reformas, enviando un mensaje al Frente Amplio para la búsqueda de un acuerdo.