Brasil atraviesa un Mundial que pocos imaginaban. Un empate con Suiza en el inicio y una actuación ante Costa Rica, este viernes en San Petersburgo, en la que no le alcanzaron 90 minutos para romper el cero. Hasta que en el primer minuto de los seis adicionados, Coutinho apareció de manera milagrosa en el área para anotar y provocar la explosión en el festejo de los brasileños. El gol de Neymar en el 7º minuto de agregado sentenció el 2-0.
La primera mitad mostró a la Canarinha con la tenencia de la pelota, una notable precisión en sus pases (más del 90% de efectividad) pero sufrió por la falta de profundidad. Neymar intentó ser el eje y fue derribado en varias ocasiones, aunque no logró dar un toque que fuera decisivo.
Marcelo buscó llevar riesgo con sus escaladas por izquierda, más un disparo que pasó cerca, Philippe Coutinho fue de los más activos pero su especialidad, el remate a distancia, no fue certero. Paulinho, a su vez, apareció como alternativa a la ofensiva.
Los costarricenses exhibieron carácter y se inventaron espacios para inquietar a la Verdeamarelha, que sufrió a partir de un disparo de Johan Venegas, el despliegue de Marco Ureña y la conducción de Bryan Ruiz. Pero el destacado del combinado tico, a lo largo del encuentro, sería su arquero.
En el segundo tiempo, las situaciones fueron mucho más claras, aunque los brasileños chocaron con la mala fortuna (travesaño tras el cabezazo de Gabriel Jesus) y la enorme figura de Keylor Navas.
Neymar, falto de precisión, encaró con esfuerzo y tuvo una enorme posibilidad que pasó pegado al poste rival. En la acción más polémica, a unos 15 minutos del cierre, enganchó de zurda en el área y, el leve freno de Giancarlo Gonzalez con su mano sobre el cuerpo del delantero engañó al referee, que cobró penal. Sin embargo, el juez consultó al VAR y percibió una exageración por parte del brasileño, por lo que anuló la decisión inicial.
Con vehemencia y desesperación, Brasil buscó a través de la habilidad de Douglas Costa, con remates de Coutinho y Casemiro que no conllevaron peligro, mientras que Costa Rica se dedicó a cortar el juego para sostener el empate.
Finalmente, una pelota que cayó a la congestionada área rival por las presencias de Roberto Firmino y Gabriel Jesus, tuvo dos toques de los delanteros antes de que Coutinho se encontrara con el esférico en el área chica: sin marca y con el portero sometido, el hombre de Barcelona empujó al gol y desató la algarabía de su equipo y hasta del propio Tite, que tropezó al suelo en la celebración.
Brasil tomó una fuerte dosis de oxígeno, despegó a cuatro unidades y jugará con un poco menos de presión en la fecha final ante Serbia en busca de los octavos de final.