Washington anula negociaciones con los talibanes afganos

La suerte de Afganistán es más incierta que nunca a tres semanas de la elección presidencial. El presidente Donald Trump suspendió las negociaciones con los talibanes afganos tras la muerte de un soldado estadounidense en Kabul.
  • RFI
  • 09-09-2019

La suerte de Afganistán es más incierta que nunca a tres semanas de la elección presidencial. El presidente Donald Trump suspendió las negociaciones con los talibanes afganos tras la muerte de un soldado estadounidense en Kabul.

El presidente Donald Trump nuevamente recurrió a sus redes sociales para anunciar una decisión. ‘¿qué tipo de personas mata a tanta gente para lograr una aparente mejoría de su posición en las negociaciones?, escribió en referencia al anuncio de la muerte de un soldado estadounidense en tierras afganas tras un atentado que se cobró la vida de otras 11 personas. Como consecuencia de este enésimo atentado Trump resolvió poner fin a las negociaciones que desde hace un año realiza su gobierno con los talibanes.

Esta decisión no llega sola. El mandatario anuló también una reunión secreta con los principales dirigentes talibanes, prevista para realizarse en Camp David este domingo. Trump debería encontrarse por separado con el presidente afgano, Ashraf Ghani, a quien los talibanes no reconocen por considerar su gobierno ilegítimo.

La guerra de Afganistán inició hace 18 años y desde entonces se ha cobrado la vida de miles de personas, en su mayoría civiles. Washington gasta unos 5 mil millones de dólares cada año para mantener su presencia en ese país, donde han dejado la vida más de 2,400 militares estadounidenses.

Las negociaciones con los talibanes se realizaban desde un principio a espaldas del gobierno afgano dirigido por Ashraf Ghani, no obstante que éste fue elegido en las urnas, una realidad que poco ha importado al presidente estadounidense, obsesionado con los resultados de la elección presidencial del año próximo donde espera ser relegido para un segundo mandato. Tampoco habían importado los atentados a repetición efectuados por los talibanes en contra de todos aquellos a quienes consideran invasores o infieles. Tan solo el año pasado la ONU reportó 3,800 víctimas fatales, la cifra más elevada en una década.

 Pocas horas antes de conocerse la suspensión de las negociaciones, el jefe del Pentágono Mark Esper, desde Paris declaró que Estados Unidos quiere “un buen acuerdo, un acuerdo muy bueno para que garantice al menos la seguridad de nuestros países en el futuro”.

El atentado del jueves que llevó a la ruptura de las negociaciones fue el segundo en una semana. El lunes, la capital afgana fue escenario de otro acto terrorista que se cobró la vida de 16 personas. También reivindicado por los talibanes.

Varios exembajadores de Estados Unidos en Afganistán advirtieron el pasado martes contra los riesgos de una retirada de las tropas estadounidenses sin un acuerdo integral de paz. El problema es que el multicitado acuerdo en los hechos no ha dejado espacio alguno para que el gobierno de Kabul imponga sus condiciones a los talibanes, quienes han cedido muy poco ante la precipitación de Washington.

Ante la anunciada conclusión del acuerdo el gobierno afgano hizo pública su preocupación. Kabul “está preocupado y por eso pedimos clarificaciones sobre este documento para poder analizar con cuidado los riesgos y las potenciales consecuencias, y prever así cualquier peligro que pueda provocar”, escribió en Twitter Sediq Sediqqi, el portavoz del presidente afgano.

Los electores afganos deben acudir a las urnas el próximo 26 de septiembre para elegir un nuevo presidente. La incertidumbre es más grande que nunca





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