Tras un largo periodo de sequía y de temperaturas excepcionalmente altas, el viernes comenzó a llover en algunas regiones de Australia y el país parece pasar de un extremo a otro, ya que las precipitaciones podrían ser las más intensas en los últimos diez años.
En el norte de Australia, en el Estado de Queensland, las fuertes tormentas de la noche del viernes al sábado que produjeron inundaciones y el cierre de carreteras, no se han registrado víctimas.
Este sábado, dos importantes incendios en el sur de Nueva Gales del Sur y en el vecino Estado de Victoria seguían sin poder controlarse, pero los servicios de meteorología prevén lluvias abundantes el domingo y lunes en la zona.