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La hora del Brexit: cuando el Reino Unido y la Unión Europea comparten el mismo continente

El analista internacional, Guillermo Holzmann, sostuvo que, en principio, es Gran Bretaña quien más pierde, pues los tratados y franquicias tributarias con el resto de los países de la región no regirán.

Camilo Villa J.

  Sábado 1 de febrero 2020 10:32 hrs. 
Flags of Great Britain and European UnionFlags of Great Britain and European Union

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Es oficial: desde este viernes 31 de enero, el Reino Unido ya no forma parte de la Unión Europea (UE). Luego de más de tres años en que se aprobara el Brexit por medio de un plebiscito, se concretó la marginación del bloque. Gran Bretaña asume así su posición física de isla en la geopolítica regional.

No es de un día para otro, pues desde la fecha del retiro se abre un periodo de transición que culminará el 31 de diciembre. En concreto, lo que cambió este 31 de enero fueron más bien cosas simbólicas, Reino Unido sigue bajo las reglas de la UE pero sin influir en ellas.

De aquí a fin de año, las energías de las autoridades británicas y europeas deberán concentrarse en negociar la relación que tendrán, finalmente, Reino Unido y Europa, algo difícil de predecir tomando en cuenta todo el tiempo que costó poder acordar el Brexit entre ambas partes.

Más allá de lo que haya pasado o pase a corto plazo, en cuanto a la economía lógicamente las cosas se reacomodarán. Consultado por Radio y Diario Universidad de Chile, el analista internacional, Guillermo Holzmann, sostuvo que, en principio, es Gran Bretaña quien más pierde, pues los tratados y franquicias tributarias con el resto de los países de la región no regirán.

“Inicialmente quien sufre una pérdida financiera importante es el Reino Unido, primero, porque tiene que pagar una cantidad de dinero relevante a la Unión Europea, segundo, porque al perder todas las franquicias tributarias que la Comunidad había logrado desarrollar y de la que era parte el Reino Unido, finalmente implica para muchas empresas un mayor costo y eso hace que muchas empresas busquen otro lugar comunitario como el caso de Francia o Alemania en el caso financiero, muchas tecnológicas se han ido a Ámsterdam”.

Holzmann

Guillermo Holzmann

El académico de la Universidad de Valparaíso también se refirió a la posición geoestratégica en la que queda Gran Bretaña hoy, indicando que lo que busca es un reposicionamiento a nivel global apelando, entre otras cosas, al potenciamiento de la identidad.

“Reino Unido tiene un posicionamiento a nivel global que se refuerza por su pertenencia a la Commonwealth que, entre otros países, tiene a Australia y Nueva Zelanda. En consecuencia, esto significa un reacomodo geoestratégico que va a implicar el cómo va a definir su participación en la OTAN, cómo va a ser su relación con Rusia, recordemos que Inglaterra es una isla, no está dentro del continente, y esto implica también un potenciamiento de la identidad y lo que es la proyección de esa identidad”.

En ese sentido, Gran Bretaña busca su autonomía e independencia con respecto de un bloque en el que siempre se sintió incómodo.

“Reino Unido pasa a ser un actor importante y autónomo dentro del ajedrez mundial. Hoy en día no puede ser considerado como parte de la Unión Europea, eso significa que Europa tiene a la Unión Europea más el Reino Unido, que podrá tener muchos elementos de convergencia, pero ahora o tener objetivos parecidos, pero, en definitiva, es un actor autónomo y solitario y eso es relevante”, sostuvo Holzmann.

¿Afecta a Chile la salida del Reino Unido de la UE? Según explicó, para nuestro país no es demasiado relevante la situación, pues entre ambas naciones ya se encuentra firmado un tratado que permite la continuidad de las relaciones tal cual están.

“En el caso de Chile va a tener muy poco impacto porque Chile y Reino Unido firmaron ya un acuerdo que permite que la relación con el Reino Unido se mantenga exactamente igual que cuando era parte de la Unión Europea”.

El referéndum del Brexit se llevó a cabo el 23 de junio del 2016, imponiéndose la opción favorable con un 51,8 por ciento. Si bien hoy dicen las encuestas que la mayoría de la población británica -sobre todo los jóvenes- se oponen a la medida, las autoridades hicieron cumplir el resultado con muchas polémicas de por medio, incluida la salida de dos primeros ministros.

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