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“Ley Balmes”: el proyecto que busca proteger el trabajo de los artistas visuales

La Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados agilizó el debate respecto de la iniciativa que pretende actualizar la Ley de Propiedad Intelectual de acuerdo a las obras visuales de imagen fija. Bajo el nombre “Ley Balmes”, en alusión al artista José Balmes, la medida establece el derecho a percibir un 5% del precio de cualquier reventa y regula la reproducción de piezas ubicadas en espacios públicos, entre otros puntos.

Abril Becerra

  Miércoles 2 de diciembre 2020 20:57 hrs. 
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En noviembre de 2019, ingresó al Congreso un proyecto de ley que pretendía actualizar la Ley de Propiedad Intelectual, colocando el acento en las obras visuales de imagen fija. La iniciativa había sido trabajada por los gremios de artistas visuales y, esta vez, era apoyada por parlamentarios de diversas bancadas, entre ellos, Renzo Trisotti, Marcelo Díaz, Amaro Labra y Carolina Marzán.

Bajo el nombre “Ley Balmes”, en alusión al artista nacional José Balmes, el proyecto buscaba renovar la legislación que fue promulgada en 1970. De esa manera, la moción se hacía cargo de aspectos como la reproducción de las piezas presentes en espacios públicos, tema que, hace 50 años, no era algo relevante dentro de la discusión de los derechos de autor. 

Sin embargo, no fue sino hasta octubre de este año que el debate cobró fuerza en la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, sumando el apoyo de entidades como la Unión Nacional de Artistas (UNA).

Para el diputado Renzo Trisotti (UDI), promotor de la iniciativa, es relevante iniciar este debate, ya que, en su opinión, la actual Ley de Propiedad Intelectual “no está protegiendo debidamente los derechos de autor de los artistas gráficos y plásticos”. 

“Con el tiempo, muchos van obteniendo ganancias salvo los propios creadores y eso es lo que el proyecto de ley pretende modificar (…). Este proyecto también pretende imitar la legislación extranjera, estableciendo que el 5 por ciento del precio de una reventa vaya directamente a su creador”, dijo el parlamentario. 

“La idea es que este derecho no sólo sea para su autor, sino que también para sus herederos, toda vez que el proyecto establece que esta protección va a ser por 70 años desde su creación. Es un gran avance, ya que pretende modernizar nuestra legislación, pero, sobre todo, hacer justicia con los creadores”, agregó el diputado. 

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“Ley Balmes”, la modernización

Según los gremios, un punto que debe ser modificado tiene que ver con el carácter probatorio que exige la actual legislación respecto del pago del 5 por ciento de las ventas de obras en subastas públicas o a través de un comerciante establecido. En ese sentido, la “Ley Balmes” además extiende el pago del 5 por ciento a los herederos de los exponentes por un plazo de 70 años. 

En esa línea, Jorge Mahu, abogado especialista en temas de propiedad Intelectual, explicó que la modernización propone un cambio en las bases del cobro del 5 por ciento, otorgándole mayores obligaciones a los intermediarios, a la vez que establece el deber de informar respecto de aquellas obras que son transadas en el mercado.

“Aquellas empresas o actividades comerciales que se dedican a la venta de cuadros, como las galerías, casas de antigüedades y remates, ya sea por línea o directamente, van a tener ahora una obligación de informar respecto de cuales son los cuadros o litografías que se están vendiendo, al precio que se vendieron y sobre esa base va a ser más fácil el cobro del derecho de autor en que estas empresas cumplan con lo que mande la ley”, dijo el profesional.

“El reconocimiento a los artistas visuales está contemplado en la Ley de Propiedad Intelectual, sin embargo, las normas que se establecieron en los años 70 no han tenido ninguna aplicación práctica y, por lo tanto, es simplemente una protección teórica que no ha causado ningún beneficio para los artistas en estos momentos”, comentó el abogado.

Arturo Duclos, artista visual y presidente de CreaImagen, entidad encargada de resguardar el derecho de autor de los artistas plásticos, escultores, fotógrafos, diseñadores e ilustradores, señaló que  estos cambios se hacen cargo de las características del sector: “En los ‘70 era muy probable que ni siquiera hubiese una boleta, por lo tanto, estamos pidiendo que se elimine esa cláusula de los elementos probatorios, porque el sistema es tan informal, que es imposible llevar la contabilidad sobre eso”, dijo

“Ahora, lo que el artista vende es el objeto físico, por lo tanto, no está vendiendo la imagen. La imagen puede estar en un papel, en una tela, en un video, en un papel fotográfico, pero resulta que esa imagen sigue perteneciendo al artista. En la ley anterior el artista no podía hacer una copia de esa obra sin la autorización del dueño de la obra. Entonces, estamos pidiendo que esto también se modifique”, afirmó.

“Son cuestiones muy simples, pero que determinan no solamente una precarización dentro del trabajo del artista en relación a sus derechos de autor, sino que también es una limitación en términos de lo que significa hoy la reproducción mecánica de la imagen”, agregó Duclos.

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En la imagen, Arturo Duclos durante su exposición en la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados.

Otro aspecto presente en la llamada “Ley Balmes” tiene que ver con la regulación de las reproducciones de obras en espacios públicos. Alex Chellew, pintor y presidente de la Asociación de Pintores y Escultores de Chile (APECH), comentó que el estallido social dio cuenta de la vulnerabilidad en la que se encuentran las obras en términos de su reproducción. Esto, ya que las piezas que se inscriben en los espacios públicos no figuran dentro de los derechos de autor. 

“En 50 años hay mucho por actualizar, sobre todo, lo que tiene que ver con Internet. No es posible que un artista haga una obra en el espacio público y ésta puede ser replicada mediante fotografía, en postales, corbatas, y al artista no le llega ni cinco centímetros de su derecho”, dijo Chellew. 

“Todas esas obras de arte que vimos en la calle, de super buena factura, fueron borradas porque no hay ley que las proteja. Podríamos haber salvado algunas como un testimonio. Sé que no se puede salvar todo, pero se borra como quien censura sin ningún tapujo, porque no hay ley que las proteja”, añadió el artista. 

En la práctica, la iniciativa no implica un incremento considerable en los ingresos de los artistas, pero sí establece un cambio de paradigma importante en un momento de crisis para el sector. Así, el mayor beneficio podría verse en un largo plazo. Aquí el ejemplo se encuentra en fundaciones dedicadas a artistas como  Miró o Picasso que se sustentan, en gran medida, gracias a los derechos de autor de los exponentes. En ese sentido, la idea es que esto pueda replicarse a futuro con el objetivo de resguardar la obra de los creadores nacionales.

De acuerdo a ello, la expectativas del sector advierten que este debate podría zanjarse durante el próximo año.

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