Este miércoles el Senado expresó la voluntad de avanzar en el proyecto de reforma constitucional que busca restituir el voto obligatorio, lo que se dirimió por una votación de 25 votos a favor, 14 en contra y una abstención. Una iniciativa que integra las mociones de la diputada Joanna Pérez (DC) y del diputado Esteban Velásquez (FRVS) que se logró remitir a la Cámara Alta en junio de este año.
El proyecto ahora enviado a la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado es sencillo. Busca sustituir en el artículo 15 de la Constitución Política de la República la palabra “voluntario” por “obligatorio”, consagrar la obligatoriedad con excepción de los y las chilenas que residan en el extranjero y en las elecciones primarias. Asimismo, determinar que será el Estado quien arbitrará las acciones necesarias para informar, facilitar e incentivar el ejercicio del derecho a sufragio.
En la instancia presidida por el senador independiente Pedro Araya se podrán recibir indicaciones hasta el 7 de octubre para efectos de incorporar iniciativas que aún no considera el proyecto, tales como el tipo de sanciones que devendrían al no emitir sufragio.
El que la obligatoriedad del voto logre aprobarse previo a los comicios de noviembre aún es un escenario poco claro si se considera que en el Senado de evidenció una reticencia considerable. El presidente de la Comisión de Constitución ya planteó que pese a que la restitución del voto obligatorio fue aprobado en general dentro del hemiciclo, aún le queda un “largo camino para que se pueda implementar nuevamente en el país”.
“La implementación del voto obligatorio está condicionada a que se aprueben ciertas modificaciones a la Ley Orgánica Constitucional de Votaciones Populares y Escrutinio, como por ejemplo establecer un sistema de des-inscripción del padrón electoral, si habrá o no habrá sanciones respecto a aquellas personas que no voten, si la obligatoriedad del voto es para todas las edades o se van a excluir grupos etarios como los adultos mayores”, reparó.
A eso agregó que “atendidas estas circunstancias veo bastante complejo que el voto obligatorio pueda ser implementado para las elecciones de noviembre dado que el padrón electoral ya se encuentra cerrado y auditado, y resultaría muy complejo y no dan los tiempos para tener que auditar nuevamente el padrón o poder generar un nuevo padrón electoral con aquellas personas que quieran excluirse para votar”, indicó.
Para la diputada Joanna Pérez la voluntad es lo determinante, en la medida que la Comisión de Gobierno Interior de la Cámara se encuentra trabajando y avanzando en el proyecto que modifica la ley orgánica constitucional respectiva para que el voto obligatorio pueda regir.
Joanna Pérez, diputada DC.
“No basta con una declaración de intenciones de decir que el voto es obligatorio, hay que buscar los mecanismos que busque esa obligatoriedad o por lo menos penar en el caso de que alguien no lo cumpla y eso es lo que está hoy día también en la Comisión de Gobierno y que estamos prontos a despachar para agilizarlo. Están las condiciones de que, si hay voluntad, poder entre septiembre y octubre despachar este proyecto y que en noviembre tengamos voto obligatorio porque esto viene a reforzar la democracia, a darle legitimidad a quienes el día de mañana puedan ser electos en un sistema de gobierno tanto nacional como también regional, como son los CORES y un futuro parlamento”, sostuvo.
Para efectos de aquilatar la voluntad del Parlamento respecto al proyecto es necesario considerar las diferencias que se manifestaron en la votación senatorial. Allí, la iniciativa encontró algo más de resistencia comparación a la votación efectuada en la Cámara de Diputados donde se despachó el proyecto con 107 votos a favor y 16 en contra.
En ese sentido, la senadora UDI e integrante de la Comisión de Constitución del Senado, Luz Ebensperger consideró que no se fortalece la democracia obligando a la ciudadanía a votar, sino que mejorando la política. Desde la óptica de la legisladora el voto obligatorio es una pésima iniciativa y en la eventualidad de que siga avanzando, debería considerar la inscripción voluntaria.
“Esta obligatoriedad del voto a los únicos que benefician son a los partidos políticos cuando tenemos un financiamiento público en el que van a recibir mayores ingresos y los propios candidatos que al tener más votos siendo este obligatorio, también van a recibir más financiamiento público. Yo creo que nos corresponde a nosotros incentivar una mayor participación, incentivar y no obligar. No soy partidaria y espero que la discusión particular al menos si se quiere volver al voto obligatorio, sea con una inscripción voluntaria, pero voto obligatorio con inscripción automática creo que es el peor de los sistemas”, señaló.
Desde la oposición sin embargo, existe la convicción de que la obligatoriedad del voto debe circunscribirse en orden de la lógica de derechos y obligaciones cívicas. Por otro lado se plantea que el país atraviesa por cambios profundos que requieren la mayor participación de la ciudadanía para legitimarse y al igual que el plebiscito de salida del proceso constituyente, el sufragio no debería presentarse como una opción. Fueron las posturas planteadas por la presidenta del Senado Ximena Rincón y por la candidata presidencial de Nuevo Pacto Social, Yasna Provoste.
“La vida se compone de derechos, pero también de obligaciones. Lo colectivo no es un cortapiso al desarrollo personal, ni hay desarrollo personal sin lo colectivo. (…) Voto a favor porque quiero más democracia y a las grandes mayorías decidiendo”, argumentó Provoste en el pleno.
Sobre las diferencias, el diputado del FRVS Esteban Velásquez, señaló que la discusión de la obligatoriedad del voto está atravesada por la ingeniería política que evalúan los parlamentarios respecto a las elecciones de noviembre.
“Veo que hay mucho cálculo electoral que es lógico y legitimo. Cualquier persona, cualquier ciudadano militante o independiente que pretende llegar a algún cargo de elección popular tiene que estar con estas estadísticas y estos cálculos, es lógico, pero cuando se electoraliza en demasía sólo para fines particulares, yo diría que ninguna política pública sale bien”, observó.
Esteban Velásquez, diputado FRVS.
La pertinencia de la obligatoriedad
Realizando un análisis del contexto sociopolítico del país y la pertinencia de la restitución del voto obligatorio, la directora Ejecutiva de Corporación Latinobarómetro, Marta Lagos, aseveró que esta medida es necesaria para que la democracia funcione. Considerando que la obligatoriedad existe en muchos países de Latinoamérica y el mundo, usar el argumento de que viene a coartar la libertad es “de un populismo gigante” consideró.
“Si la persona no quiere vivir en una República, no quiere tener semáforos, leyes, máximos de velocidad y palacios de justicia entonces que se vaya a vivir a la selva y no tenga Estado. Si una persona quiere tener Estado tiene que participar y cuando usted tiene un pueblo que no participa, entonces tiene que hacer reglas para que esa participación sea válida. Nosotros hoy día tenemos un proceso político en crisis porque justamente la gente no participa, porque si votara el 80 por ciento de los chilenos no estaríamos en la crisis que estamos. Por ejemplo, para los gobernadores votaron 3 millones de personas y son 14 millones los chilenos, entonces las reglas de la democracia tienen que hacer que la democracia funcione”, sostuvo.
Marta Lagos, directora Ejecutiva de Corporación Latinobarómetro.
Para Lagos el cruce de clase en la participación política es de conocimiento público y se entiende de ese modo desde que existe la ciencia política. Por este motivo consideró que los países que determinan el voto voluntario “dejan a la gente que más necesita del Estado, fuera del Estado”.
Asimismo señaló que los votos de la población que no sufraga en el país son una “caja negra” en cuanto se desconoce si sus preferencias se inclinarían a la izquierda o a la derecha. Sólo existe la hipótesis de que entre más gente vote, más auspicioso sería el escenario para la izquierda lo que ha llevado al oficialismo a no querer avanzar en esta política, mencionó.
No obstante, hoy todo es un supuesto y la profunda desafección ha llevado a los partidos a poner sobre la mesa el voto obligatorio, agregó.
“Si ahora se aprobó el voto obligatorio es porque estamos al fondo de la crisis, sino no se hubiera aprobado nunca y si no lo quieren poner para el 21 de noviembre, porque no me van a decir que no pueden implementar un voto obligatorio en dos meses, es porque están aterrados del resultado, le tienen susto al pueblo”.
La apatía de la ciudadanía respecto a los procesos participativos es considerable teniendo en cuenta que los cargos de representación política se eligen por menos del 50 por ciento del total de chilenos y chilenas, y uno de los métodos que Lagos menciona para efectos de contrarrestar esto, es la transparencia y la lucha contra la corrupción. Precisamente lo que deja de lado con el silencio sepulcral sobre la gestión del alcalde de Vitacura, mencionó.
“Así no va a haber nunca un incentivo para que la gente vaya a votar porque dirá ¿Dónde está la transparencia?¿Dónde está la probidad? ¿Dónde está el liderazgo?”, concluyó.