Amplio apoyo consiguió en el referéndum del fin de semana la idea de expropiar viviendas a inmobiliarias y que fue impulsada por motivación ciudadana.
La consulta se llevó a cabo de manera paralela a la votación general que dejó a la socialdemocracia a un paso de suceder a Angela Merkel en la cancillería de la principal economía europea.
En el caso de la votación sobre la situación de la vivienda se concretó en la ciudad de Berlín, capital alemana, donde la campaña “Expropiar Deutsche Wohnen & Co” alcanzó el 56,4 por ciento de los votos. Según las leyes alemanas, para que una campaña de iniciativa ciudadana sea considerada debe alcanzar más del 25 por ciento de las preferencias, algo difícil y que según explica el medio Deutsche Welle, ha hecho “tropezar” a otras campañas populares.
En su portal la DW recuerda que “tan solo para poder realizar la votación en Berlín, los organizadores del referéndum tuvieron que recolectar 175.000 firmas válidas, escritas a mano y totalmente verificadas. Ahora, más de un millón de personas han votado a favor en un referéndum, lo que da a la medida un poderoso apoyo popular y pone de manifiesto el fuerte descontento por el precio de la vivienda en Berlín”.
En Berlín, la empresa Deutsche Wohnen es propietaria de 113 mil viviendas y la empresa sueca Heimstaden acaba de anunciar el lunes, un día después de conocido el resultado del referéndum, que acababa de adquirir unas 14 mil viviendas en la capital alemana.
La decisión de los berlineses expresado en las urnas no es, sin embargo, una votación vinculante. De hecho, hay varios sectores políticos que se oponen a una expropiación que permita bajar el precio de las viviendas en esa ciudad europea, como es el objetivo de la campaña.
Si bien la izquierda apoya la iniciativa, los socialdemócratas y los verdes están divididos ante la iniciativa, mientras la derecha se ha manifestado siempre contraria a la idea.
El próximo gobierno de Berlín deberá evaluar si convierte en ley la propuesta votada el domingo, el que todo hace prever que seguirá constituido por una alianza entre la Socialdemocracia, el Partido de Izquierda y el Partido Verde.
Pero quien asoma como la más probable futura alcaldesa de Berlín, Franziska Giffey del SPD, está en contra de la idea. Según DW la representante ha señalado que “para mí, el tema de la expropiación es ya una línea roja. No quiero vivir en una ciudad que envíe una señal: aquí se expropia”.
Amplio apoyo consiguió en el referéndum del fin de semana la idea de expropiar viviendas a inmobiliarias y que fue impulsada por motivación ciudadana.
La consulta se llevó a cabo de manera paralela a la votación general que dejó a la socialdemocracia a un paso de suceder a Angela Merkel en la cancillería de la principal economía europea.
En el caso de la votación sobre la situación de la vivienda se concretó en la ciudad de Berlín, capital alemana, donde la campaña “Expropiar Deutsche Wohnen & Co” alcanzó el 56,4 por ciento de los votos. Según las leyes alemanas, para que una campaña de iniciativa ciudadana sea considerada debe alcanzar más del 25 por ciento de las preferencias, algo difícil y que según explica el medio Deutsche Welle, ha hecho “tropezar” a otras campañas populares.
En su portal la DW recuerda que “tan solo para poder realizar la votación en Berlín, los organizadores del referéndum tuvieron que recolectar 175.000 firmas válidas, escritas a mano y totalmente verificadas. Ahora, más de un millón de personas han votado a favor en un referéndum, lo que da a la medida un poderoso apoyo popular y pone de manifiesto el fuerte descontento por el precio de la vivienda en Berlín”.
En Berlín, la empresa Deutsche Wohnen es propietaria de 113 mil viviendas y la empresa sueca Heimstaden acaba de anunciar el lunes, un día después de conocido el resultado del referéndum, que acababa de adquirir unas 14 mil viviendas en la capital alemana.
La decisión de los berlineses expresado en las urnas no es, sin embargo, una votación vinculante. De hecho, hay varios sectores políticos que se oponen a una expropiación que permita bajar el precio de las viviendas en esa ciudad europea, como es el objetivo de la campaña.
Si bien la izquierda apoya la iniciativa, los socialdemócratas y los verdes están divididos ante la iniciativa, mientras la derecha se ha manifestado siempre contraria a la idea.
El próximo gobierno de Berlín deberá evaluar si convierte en ley la propuesta votada el domingo, el que todo hace prever que seguirá constituido por una alianza entre la Socialdemocracia, el Partido de Izquierda y el Partido Verde.
Pero quien asoma como la más probable futura alcaldesa de Berlín, Franziska Giffey del SPD, está en contra de la idea. Según DW la representante ha señalado que “para mí, el tema de la expropiación es ya una línea roja. No quiero vivir en una ciudad que envíe una señal: aquí se expropia”.
Amplio apoyo consiguió en el referéndum del fin de semana la idea de expropiar viviendas a inmobiliarias y que fue impulsada por motivación ciudadana.
La consulta se llevó a cabo de manera paralela a la votación general que dejó a la socialdemocracia a un paso de suceder a Angela Merkel en la cancillería de la principal economía europea.
En el caso de la votación sobre la situación de la vivienda se concretó en la ciudad de Berlín, capital alemana, donde la campaña “Expropiar Deutsche Wohnen & Co” alcanzó el 56,4 por ciento de los votos. Según las leyes alemanas, para que una campaña de iniciativa ciudadana sea considerada debe alcanzar más del 25 por ciento de las preferencias, algo difícil y que según explica el medio Deutsche Welle, ha hecho “tropezar” a otras campañas populares.
En su portal la DW recuerda que “tan solo para poder realizar la votación en Berlín, los organizadores del referéndum tuvieron que recolectar 175.000 firmas válidas, escritas a mano y totalmente verificadas. Ahora, más de un millón de personas han votado a favor en un referéndum, lo que da a la medida un poderoso apoyo popular y pone de manifiesto el fuerte descontento por el precio de la vivienda en Berlín”.
En Berlín, la empresa Deutsche Wohnen es propietaria de 113 mil viviendas y la empresa sueca Heimstaden acaba de anunciar el lunes, un día después de conocido el resultado del referéndum, que acababa de adquirir unas 14 mil viviendas en la capital alemana.
La decisión de los berlineses expresado en las urnas no es, sin embargo, una votación vinculante. De hecho, hay varios sectores políticos que se oponen a una expropiación que permita bajar el precio de las viviendas en esa ciudad europea, como es el objetivo de la campaña.
Si bien la izquierda apoya la iniciativa, los socialdemócratas y los verdes están divididos ante la iniciativa, mientras la derecha se ha manifestado siempre contraria a la idea.
El próximo gobierno de Berlín deberá evaluar si convierte en ley la propuesta votada el domingo, el que todo hace prever que seguirá constituido por una alianza entre la Socialdemocracia, el Partido de Izquierda y el Partido Verde.
Pero quien asoma como la más probable futura alcaldesa de Berlín, Franziska Giffey del SPD, está en contra de la idea. Según DW la representante ha señalado que “para mí, el tema de la expropiación es ya una línea roja. No quiero vivir en una ciudad que envíe una señal: aquí se expropia”.
