Poniendo fin a una educación telemática que se extendió por casi dos años con motivo de la pandemia, a partir del 2 de marzo de 2022 será obligatorio la vuelta a las clases presenciales para todos los establecimientos en el país.
Según señala la resolución del Ministerio de Educación, la determinación se basa en la valoración positiva que se ha hecho sobre la reapertura de los colegios, que hoy alcanza el 98%, la implementación de protocolos de cuidado sanitarios y el avance del proceso de vacunación de menores de 18 años.
De esta manera, se dará término a la voluntariedad de los padres y apoderados de mandar a los alumnos a clases y los sostenedores no tendrán la facultad de cerrar sus puertas, puesto que si lo hacen se arriesgarán a multas que pueden alcanzar las 1.000 UTM.
En particular, la medida regirá desde primero básico a cuarto medio y se retomará la jornada escolar completa para aquellos establecimientos educacionales que cuenten con este régimen. Además, se harán excepciones en caso de existir un brote de Covid-19, donde se podrá mantener la continuidad de los aprendizajes de manera remota mientras dure esta situación excepcional.
También se retomará el Programa de Alimentación Escolar en los colegios y se extenderá la priorización curricular para 2022, esperando que los establecimientos transiten a lo largo del año académico hacia el currículum vigente.
En tanto, la Agencia de Calidad de la Educación pondrá a disposición evaluaciones diagnósticas y se implementará el Plan Escuelas Arriba, con el propósito de apoyar los procesos de remediación y nivelación de aprendizajes.
El ministro de Educación, Raúl Figueroa, dijo que “considerando el importante avance del proceso de vacunación escolar, a partir de marzo del 2022 volveremos a la total presencialidad, sin restricciones de aforo, pero siempre cumpliendo con las demás medidas sanitarias” y añadió que “recuperar los aprendizajes y el bienestar socioemocional de los estudiantes es nuestro objetivo fundamental y para ello volver a encontrarse en una sala de clases es esencial, tal y como lo hacíamos antes de la pandemia”.
Sin embargo, este anuncio fue recibido con aprensiones por parte de especialistas y sectores de la educación.
El presidente del Colegio de Profesores, Carlos Díaz, apuntó a la incertidumbre sobre la evolución sanitaria, expresando que “creemos que el ministro de Educación sigue sin aprender la lección. Nos parece absolutamente aventurado e irresponsable, a cuatro meses de que se inicie el año escolar 2022, que él ya esté asegurando y garantizando que van a estar las condiciones. Ojalá así sea, lo que más queremos indudablemente es volver a la presencialidad y terminar esta pesadilla”.
Es por ello que el líder del gremio consideró que “es irracional y absurdo que el ministro vuelva a cometer el mismo error que tuvo durante todo el año pasado, cuando aseguró que en mayo pasado se volvía a la presencialidad sin ningún problema, y en ese período estábamos con los niveles más altos de contagios “.
Para el experto en educación y académico de la Universidad de Santiago, Mario Sobarzo, esta situación “expresa una contradicción entre dos momentos de la pandemia. Por una parte, el tema de que en algún momento debemos hacer que nuestros estudiantes vuelvan a la escuela, porque los procesos de aprendizajes no han sido iguales entre lo que es la presencialidad y virtualidad, pero está el problema de la seguridad sanitaria”.
En ese sentido, Sobarzo dijo que el Ministerio “se enfrenta a un problema mucho más práctico en Chile que es que la realidad de cómo se ha abordado la pandemia es absolutamente distinta entre comunas. Entonces, construir hoy día una política única para un sistema escolar que ha funcionado durante los últimos dos años de acuerdo a cómo ha podido parece que está un poco desconectado de la realidad de las escuelas”.
En tanto, el profesor e investigador de la Facultad de Educación de la Universidad Católica, Ernesto Treviño, compartió estos diagnósticos y sostuvo que “me parece bueno tener en el horizonte como un deseo, un objetivo el tratar de volver a clases presenciales en marzo de 2022”, agregando que “esto apuntaría a regularizar las condiciones y de la asistencia de los niños a clases; sin embargo, la pandemia nos ha enseñado que hay que ser muy prudentes”.
En esa línea, Treviño sostuvo que “tenemos que ver cómo evolucionan los brotes, cuál va a ser el esquema de vacunación para el próximo año, porque seguramente la vacunación va a tener que ser consistente como la de la influenza, por ejemplo, y todos esos factores deberían de tomarse en consideración”. Por lo que le pareció adelantada la obligatoriedad de la medida, pese a sus fundamentos técnicos.