Regreso a los colegios después de vacaciones: Mejora asistencia, pero se mantiene bajo los niveles pre pandemia

El rezago en aprendizajes y la motivación y bienestar emocional de las y los estudiantes son los principales desafíos que reconocen los directores al regresar de vacaciones y comenzar el segundo semestre.

El rezago en aprendizajes y la motivación y bienestar emocional de las y los estudiantes son los principales desafíos que reconocen los directores al regresar de vacaciones y comenzar el segundo semestre.

La Encuesta Nacional de Monitoreo Educacional en Pandemia, de las universidades de Chile y Católica, en conjunto con el Centro de Estudios del Mineduc, encontró que en la semana de regreso de vacaciones de invierno (esto es, entre el lunes 25 y viernes 29 de julio de 2022), la asistencia promedio diaria a los establecimientos educacionales mejoró en relación al mes de junio, llegando a 74% (en comparación con el 68% reportado en junio y similar a los niveles de asistencia reportados durante abril y mayo, 72%-77%). Sin embargo, ésta sigue siendo baja en comparación con un año normal antes de la pandemia, cuando llegaba al 90% en promedio.

La encuesta es elaborada mensualmente, desde marzo de 2021, por investigadores de la Escuela de Gobierno UC, el Instituto de Sociología UC, y el CIAE de la Universidad de Chile, en colaboración con el Centro de Estudios del Ministerio de Educación. En esta versión se recogieron los antecedentes de la semana entre el lunes 25 y viernes 29 de julio de 2022 y participaron 1.241 establecimientos educacionales, lo que representa el 14,5% del universo total.

“La tendencia al alza en la asistencia estimada respecto antes de iniciar las vacaciones de invierno coincide con las reportadas por los establecimientos en los registros oficiales del Mineduc, que no incluye colegios particulares pagados, aunque éstos reportan una asistencia mayor, del 83% entre marzo y junio, que aún es baja. El desafío para todo el sistema es llegar a las cifras anteriores a la pandemia”, explica Susana Claro, profesora de la Escuela de Gobierno UC.

Las razones de la inasistencia reportadas por los directores se relacionan con motivos de salud (75%), clima de invierno (32%), falta de compromiso de las familias (18%), problemas familiares (11%) y temor al contagio (10%). Asimismo, el 86% de los establecimientos señaló haber desarrollado estrategias para reducir la inasistencia y el 91% declara contar con mecanismos para hacer un seguimiento y mantener contacto con los estudiantes con alta inasistencia.

La encuesta también preguntó a los establecimientos educativos sobre cuáles son los principales desafíos del sistema escolar, siendo los rezagos en los aprendizajes (32%) y la motivación y bienestar emocional (28%), los principales desafíos reportados por las y los directores. Además, en esta encuesta se consultó a los directores y directoras sobre la magnitud de las brechas de aprendizaje dentro de las salas de clase. Alrededor del 75% indicó que estas brechas son mayores a las que tenían el 2019. Esta cifra es algo menor en los cursos de educación parvularia (66%).

“El rezago en los aprendizajes y en el bienestar socioemocional se mantienen como temas críticos, pues no solo están en las primeras dos prioridades de directores y directoras, sino que el porcentaje de colegios que se ven afectados por esta situación son la mayoría”, dice Claro.

“Este año de retorno a la presencialidad ha implicado grandes y diversos desafíos para nuestro sistema educativo, siendo uno de ellos el preocupante aumento de la inasistencia en estudiantes. Esta es una situación que estamos monitoreando con preocupación desde el primer día y respecto de la cual estamos tomando acciones concretas a través de la Política de Reactivación Educativa Integral ‘Seamos Comunidad’, uno de cuyos ejes apunta a las trayectorias educativas y la retención escolar”, señala el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila.

Dentro de las acciones que está impulsando el Ministerio de Educación está la entrega de reportes sobre ausentismo y desvinculación a cada establecimiento educativo, orientaciones para el trabajo de los equipos directivos, tutorías para estudiantes más rezagados y entrega de fondos para apoyar la compra de elementos de protección personal, entre otras.

“La invitación a las familias es a que envíen a sus hijos e hijas a las escuelas. Es necesario, porque la educación es la llave y la experiencia de la presencialidad es insustituible”, agrega Ávila.

Los establecimientos también están elaborando diversas estrategias para enfrentar dichos rezagos, siendo las más usadas las que tienen relación con el uso de tecnologías dentro de las salas de clase (aplicado por el 90% de los EE en la muestra), la realización de tutorías individuales (63%), el agrupamiento de estudiantes con nivel de aprendizaje similar (60%) y la incorporación de más docentes y equipos de aula (66%).

“Todos los colegios están implementando estrategias para recuperar los aprendizajes, demostrando un alto compromiso con esta primera prioridad. Es indispensable identificar las que sean más efectivas y compartirlas oportunamente, pues la magnitud del desafío es sustantivo”, indica Juan Pablo Valenzuela, investigador del CIAE de la U. de Chile.

Otra preocupación de los directivos tiene que ver con los equipos humanos en los establecimientos, en especial con las licencias médicas de docentes de aula. Aunque en julio se evidenció una leve disminución de las licencias médicas (los docentes de aula que debieron ausentarse durante la semana representaron un 7,6% de la dotación requerida, en comparación con 9.2% de junio), ésta sigue siendo mencionado por directivos, en especial en los establecimientos municipales y de Servicios Locales de Educación.

Por otro lado, el estudio encontró que la violencia al interior de las comunidades educativas disminuyó. El 28% de los establecimientos en la muestra indicó que la situación estaba peor que en el 2019, pero es muy inferior al 46%-53% registrado en abril, mayo y junio.

“Esta situación indica que no es que el problema dejó de ser relevante, sino que está concentrado en un número más acotado de establecimientos, los que deben ser apoyados y acompañados. De no resolverse este tema, se verán complicada la recuperación de los aprendizajes y el bienestar socioemocional de niños y niñas”, dice Valenzuela.





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