Milpa Alta: la lucha por la biodiversidad al sur de Ciudad de México

Esta alcaldía, conocida como la "cuna del nopal", es la primera en conservar su totalidad como suelo de conservación ambiental y propiedad comunal. Sin embargo, se enfrenta a diversos retos: deforestación, asentamientos irregulares y la tala ilegal.

Esta alcaldía, conocida como la "cuna del nopal", es la primera en conservar su totalidad como suelo de conservación ambiental y propiedad comunal. Sin embargo, se enfrenta a diversos retos: deforestación, asentamientos irregulares y la tala ilegal.

Ciudad de México está dividida en 16 alcaldías. Si se deja atrás la poblada zona urbana para viajar hacia el sur, uno de los destinos es la llamada “cuna del nopal”. Lejos del metro y los autobuses, se encuentra Milpa Alta que es la segunda alcaldía con mayor extensión territorial en la CDMX. Otro dato: es la primera en conservar su totalidad como suelo de conservación ambiental y propiedad comunal.

“Desde los años 70, con el proceso de industrialización se dejó atrás el suelo agrícola para transformarse en ciudad. CDMX era una de las ciudades más contaminadas del mundo” recuerda Verónica Briseño, integrante de Jóvenes comuneros y comuneras de Milpa Alta.

Una década después por las contingencias ambientales, la propuesta del Gobierno fue clasificar el suelo en dos categorías: conservación y urbano. Esta decisión buscaba proteger que se expandiera la “mancha urbana” al valorar esta zona por el aporte que brindaba a la ciudad. Entre ellos, el bosque y la producción agrícola.

Verónica Briseño afirma que esta clasificación “ayudó en los 80 y 90 pero, desafortunadamente, en los últimos 20 años no se cumple” porque se observan, por ejemplo, construcciones que estaban prohibidas. Desde la organización para la conservación del medioambiente, manifiestan su preocupación por  los proyectos inmobiliarios que contemplan más de tres pisos. “Hoy se observan si transitas por la zona” comenta la dirigente.

La integrante de Jóvenes comuneros y comuneras de Milpa Alta advierte sobre la amenaza que sería esta urbanización no planificada. “Al urbanizar también estamos tapando los lugares donde se filtra el agua” reflexiona.

Deforestación, asentamientos irregulares y tala ilegal, son los factores que cita la Fiscalía General de Justicia de la CMDX cuando informa que cada día se pierde una hectárea de suelo de conservación.

nopal

Imagen de artículo: Los nopales son la riqueza de México. Fuente: www.gob.mx

Milpa Alta es un territorio con suelo agrícola, donde se siembra nopal, y presenta una zona forestal (boscosa). Lo anterior, refleja la biodiversidad de la ciudad. “Tenemos amenazas recientes, por un lado, la tala clandestina y masiva de los bosques que está acabando con zonas importantes” agrega Briseño.

Tandeo: “Una distribución desigual”

Desde el 22 de marzo de este año, la Caravana por el Agua y la Vida recorrió varios estados en México dando cuenta de los impactos de la crisis hídrica. El Congreso Nacional Indígena (CNI)  reunió a más de 30 organizaciones indígenas y movimientos sociales de Puebla, Veracruz, Guerrero, Ciudad de México, Morelos, Oaxaca, entre otros.

Contaminación, sequía, privatización del territorio, empresas mineras, megaproyectos energéticos, fueron algunos de los temas que rondaron los diagnósticos y estrategias durante este recorrido. El 3 de abril pasado, la caravana participó de un encuentro en Milpa Alta.

“Desde hace muchas décadas, la CDMX ha tomado la mayor parte del agua potable que consume de fuentes subterráneas que se han formado en los bosques y las tierras de cultivo de nuestros pueblos…En contraste, nuestras comunidades carecen del vital líquido o la reciben de manera escasa e irregular” reflexionaba una de las expositoras durante esa jornada.

El abastecimiento de agua por horas y días, conocido como tandeo, es un escenario cotidiano para los y las habitantes de Milpa Alta. Un panorama de contradicción si se toman en cuenta las características de este territorio. “Es una distribución desigual del agua en la ciudad y una deuda histórica con los pueblos originarios” comenta Verónica Briseño. Y explica que en Milpa Alta se reconocen doce pueblos.

veronica briceño por caravana

Verónica Briseño en paso de la Caravana por el Agua y la Vida en Milpa Alta. Imagen rescatada de video en facebook de CNI

“Hay todavía un territorio, con 12 pueblos rurales, que en las zonas agrícola y forestal permiten la filtración de agua del acuífero al subsuelo” afirma. El gobierno de la ciudad, a través del Sistema de Aguas de la CDMX, extrae el recurso desde más de diez pozos profundos en Milpa Alta y lo distribuye en la red de agua potable.  “Sabemos que cerca del 60 por ciento se va a las diferentes colonias de la ciudad y el resto tenemos que racionalizar y limitar su uso por tandeo” advierte Verónica Briseño.

Daniela Moreno vive en el pueblo de San Jerónimo Miacatlán y se une a los Jóvenes comuneros y comuneras de Milpa Alta en la búsqueda de un espacio común para reflexionar sobre “los temas que nos interesaban como mujeres”. En medio de la pandemia, desde 2019, este grupo se organiza y pone sobre la mesa diversos debates: tenencia comunal, escenario político, acceso al agua, representación comunitaria, entre otros.

“Hay proyectos de perforación de nuevos pozos o más subterráneos para acceder a los mantos acuíferos. Esto, lo vemos como un problema muy grande porque esta agua se está necesitando en otros lados y no se está quedando en Milpa Alta” cuestiona Daniela Moreno.

Las comunidades están en alerta al reconocer que el tema es local, de la ciudad y a nivel país. “Sabemos que la manera de resolverlo no es extrayendo más agua, es generando otros procesos o políticas para atenderlo sino terminaríamos por acabarnos todas las reservas… y empezaría, de verdad, una lucha por el agua” lamenta.

También da una mirada a las vías institucionales para que las comunidades rurales e indígenas representen su preocupación. “Hay proyectos que no son consultados” agrega Moreno. En estos tiempos de crisis, asegura que el conocimiento de los pueblos originarios “hay que mirarlo y traerlo al presente con urgencia”. Al mirar el paisaje de Milpa Alta, el grupo de Jóvenes comuneros y comuneras profundiza en lo que denominan el quiebre del vínculo de la sociedad con la naturaleza.

DANIELA MORENO CHARLA TED

Imagen rescatada de “Ser mujer para defender la tierra y los territorios”. Daniela Moreno Cabello en Charla TED por Milpa Alta. https://www.youtube.com/watch?v=oF5j6GP7KDY

Redes que dejan huellas

¿Qué es el hambre oculta? Las deficiencias de micronutrientes. En 2016, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) advertía que este tema era un problema de salud pública en América Latina y el Caribe. La agencia de la ONU citaba, por ejemplo, que en la región había 22,3 millones de niños en edad preescolar y 33 millones de mujeres en edad fértil que tenían anemia por falta de hierro. Además, alertaba de las grandes deficiencias de zinc, yodo y vitamina B12, importantes en las etapas de desarrollo y crecimiento.

Milpa Alta no es una zona de riego, es una zona de temporal. “Eso quiere decir que nada más tenemos lluvias, junio hasta septiembre, entonces lo que se producía antes en gran cantidad era el maíz. Ahora ha ido disminuyendo porque se observan menos zonas agrícolas y se expande lo urbano” relata Silvia Robles, integrante de Yoyolo Milpixqueh S.C.

Silvia Robles vive en San Juan Tepenáhuac en las laderas del cerro Tlaloc. Fue una comunidad náhuatl por eso el simbolismo de nombrar al grupo en esta lengua. Milpixqueh, significa guardianes del territorio agrícola. Yoyolo, corazones. Y esto resume la intención de sus participantes: personas que cuidan el territorio.

“Si una ciudad no tiene que traer de tan lejos su alimento, disminuimos la cantidad de dióxido de carbono que se genera por el traslado. Y esos cultivos pueden ser de buena calidad usando la agroecología o la remediación de los suelos” comenta con Radio Universidad de Chile cuando nos recibe en su hogar.

silvia robles

Silvia Robles

Entre sus reflexiones, cita el concepto de hambre oculta y aborda los alcances de la soberanía alimentaria porque destaca que “en un solo lugar se pueden dar los alimentos para la comunidad de cierta cantidad y calidad, y así no estás dependiendo de recursos externos”.

Durante este mes, Yoyolo Milpixqueh cumple un año de trabajo desde su constitución formal. Ser una organización referente en la implementación y uso de productos, herramientas, técnicas y estrategias sencillas que permitan a los seres humanos vivir de manera plena mediante el uso y regeneración consciente de los recursos del territorio en el cuál interactúa, explican cuando presentan su visión.

Entre sus labores, han realizado talleres de sensibilización en escuelas, charlas, dinámicas de construcción organizativa comunitaria, entre otros. Además, en alianza con cooperativas y productores locales donde los invitan a asesorías por los costos de producción y luego los apoyan en la comercialización.

talleres

 

Un camino que no ha sido fácil. “Ha sido perseverancia, pero también te encuentras con personas que tienen puntos en común contigo. Contribuir a dejar un mundo mejor para los otros y el futuro, lo que nos ha ido uniendo para hacer estas redes” agrega Silvia quien estudió una Maestría en Agroecología y Sistemas alimentarios regenerativos.

Al cumplir un año, se suman otros desafíos para seguir ampliando estos temas. La integrante de Yoyolo Milpixqueh advierte que “la sustentabilidad es una palabra de moda, pero en las condiciones que estamos es complejo pensar cómo dejaremos estos recursos para las generaciones futuras”. Y afirma que por eso “se debe pensar en regenerar para dejar una esperanza”.

Los cursos que siguen desarrollando se relacionan con residuos sólidos, mejoramiento del suelo, captura de agua de lluvia, entre otros. El objetivo es ampliar el financiamiento para mantener la labor a mediano plazo. “¿Qué huellas dejas en el mundo? No nos damos por vencidas pensando en nuevas dinámicas o estrategias para llevar a cabo esa sensibilización” concluye Silvia Robles.





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