El doctor en economía y ex superintendente de AFP, Guillermo Larraín, afirmó que la reforma previsional dada a conocer por el Gobierno, en lo formal, está bien y que sería impresentable para el oficialismo, la oposición y los distintos sectores que después de 12 años de discusiones y de tres intentos, no se llegue a un acuerdo razonable para aprobarla porque “sería realmente para que se vayan todos”.
Durante su participación en el programa Política en Vivo, el académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, analizó la iniciativa del Gobierno, las críticas de la derecha, los aspectos técnicos de la reforma y las ideas ya instaladas sobre la heredabilidad de los fondos previsionales.
“La reforma grosso modo está bien encaminada, es una continuidad de la línea de trabajo que se había delineado antes que incluso la de propuesta de (Michelle) Bachelet, que era más o menos lo que había que hacer, con distintas opciones e instrumentos, y esta es una continuidad”, indicó.
Expresó que, de todas maneras, hay que tener cuidado con las críticas prejuiciosas sobre el contenido, como lo están haciendo algunos sectores de derecha. No obstante, indicó que “la verdad que no está claro por ejemplo si en el pilar de ahorro colectivo, que es un pilar nuevo que se agrega al sistema que creo que lo enriquece bastante, cuál va a ser el rol del Estado”.
A su juicio, “el rol del Estado podría ser efectivamente de gestionar recursos directamente comprar y vender papeles y hacer lo que hacen los administradores de fondos, pero me da la impresión que eso no va a hacer. Es una alternativa y tal vez lo haga en alguna dimensión directamente el Estado, pero acá lo que se está presentando es que se pueda subcontratar con empresas privadas y eso no suprime la competencia, no genera los problemas sobre el sector financiero que están diciendo, entonces me parece que hay que terminar de ver el proyecto tal cual y creo que en principio va bien encaminado”.
En relación al discurso opositor de poner como prioridad el tema de la heredabilidad, Larraín afirmó que es una discusión que no hay que temer, porque en el país la clase media y sectores más bajos, viven en un nivel de vulnerabilidad enorme, por el desempleo, las enfermedades catastróficas y por tanto, la familia chilena le asigna una importancia a ese ahorro, que podría ayudar a sus hijos. “Creo que hay que respetar, que puede haber sido inducido quizás, pero eso no hay que sacarle quite. El problema entonces hay que confinarlo al 10%, lo mantendría con esa lógica dado que hay una demanda muy importante de la ciudadanía por obtener esos recursos (…) las familias chilenas no tienen capacidad de ahorro voluntario y lo único que tienes es su casa y sus fondos y no me parece que se absurdo, me parece que está bien”
Larraín explicó que hay que hacer la diferencia respecto al 6% que es una cotización que hace el empleador y el 10 por ciento que se debe entender que “hay una racionabilidad de que este 10% se trata de una forma incluyendo la heredabilidad, aún cuando nos parece que no corresponda a los criterios de la Seguridad Social, y otro criterio distinto para el 6% que si tiene bastante más sentido que vaya con la lógica tradicional”.
El economista indicó que en el escenario político actual, “hay que pensar que este tipo de reformas que reflejan tanto valores de la sociedad es importante ahí el feedback con lo político. Entonces creo que no hay que tenerle miedo a que haya este debate. Me parece que está bien. Creo que sí hay que llamar la atención que este es el tercer intento de reforma, llevamos 12 años en esta cuestión me parece que es totalmente impresentable que la salida de esto no hayamos llegado a un acuerdo medianamente razonable, sería realmente para que se vayan todos en realidad” .
Larraín puntualizó que “esta es una reforma que lo formal está bien, se parece mucho a otras que tienen otros países, puede haya algunas cosas que no le guste a muchos, pero se negociará para llegar a un acuerdo, pero lo que sería totalmente impresentable para el Gobierno, para la oposición, para los parlamentarios, para los asesores, sería que no se pudiera llegar a un acuerdo razonable. Creo que hay un espacio para un acuerdo y que el país lo está reclamando”.
Asimismo, el experto señaló que “es una manipulación absurda lo que se está tratando de hacer ahora de que el 62% del rechazo homogéneamente quería todo lo que quería la derecha, eso tampoco es verdad. Creo que hay que mirar el punto con un poco más de apertura y con un poco más de responsabilidad”.
Finalmente, indicó que hay muchos sectores de derecha que están por avanzar, que es necesario pasar a una nueva etapa y que debe haber más solidaridad y eso va a ser posible si el Gobierno llega a un acuerdo con todos.