Una serie de desafíos tendrá que enfrentar el gobierno del presidente Gabriel Boric, tras cumplirse el primer año desde su instalación en marzo de 2021. Todo, en un escenario que ha estado marcado por dos cambios de gabinete y, esta última semana, por la derrota de la reforma tributaria en la Cámara de Diputadas y Diputados.
Para el sociólogo y académico de la Universidad de Santiago, Alberto Mayol, una de las características que ha acompañado a la actual administración dicen relación con un “auto-condicionamiento” de las autoridades con el éxito del programa comprometido por el Ejecutivo.
Mayol ejemplificó esta situación a partir de las declaraciones emitidas por el entonces ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Giorgio Jackson, quien pocos meses de asumido el Gobierno comentó en entrevista con El Mercurio que “con la constitución actual, muchas de nuestras reformas no se podrían llevar adelante”, quedando sujeto, entonces, la viabilidad del programa al triunfo del Apruebo.
Otra situación que marcó esta tendencia, a juicio del sociólogo, fue el rechazo a la reforma tributaria. “Se puso una segunda condición, más típica de los criterios imperantes respecto de cómo hacer política económica en particular, que fue la idea de que antes de hacer cualquier reforma tenía que estar claro cuál era el nivel de financiamiento que se iba a contar”, apuntó.
En ese sentido, mencionó que “esto que parece tan lógico y tan importante en política no funciona así porque le estás diciendo a la oposición que vas a condicionar tu cumplimiento del programa de Gobierno a la capacidad que tengas y que tengan ellos de apoyarte en darte el dinero para eso. Por tanto, vas a hablar de un tema muy desagradable y muy incómoda para la población, como es el aumento de impuestos, antes de hablar de las cosas que sí le gustan a la población, que son los apoyos sociales”.
“Eso ya vemos que terminó en un ‘No’, en un rechazo, en una negativa del Congreso, con las consecuencias previsiblemente muy complejas para el Gobierno. A mi juicio esos dos hitos marcan en la práctica en muchos aspectos un año perdido”, afirmó.
El director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), Lucio Cuenca, expresó sus reparos hacia la gestión que ha llevado el Ejecutivo, manifestando, por ejemplo, su disenso hacia la idea de haber efectuado el cambio de gabinete justo después del rechazo de la reforma tributaria.
“La verdad es que había personas que tenían que salir inevitablemente, eso es cierto, pero, en la situación en la que estaba el Gobierno, hacer un ajuste con pocos cambios políticos importantes no tenía sentido, porque además había perdido justo la misma semana (la reforma tributaria), entonces, se entendía que era una respuesta y esto no fue una respuesta a eso. Hay ministerios que estaban con muchos déficits de gestión que no se cambiaron. Creo que fue una jugada perdida”, aseveró.
Asimismo, en relación al compromiso por avanzar hacia una matriz socioambiental como una política transversal de la administración, el dirigente sostuvo que “lo que uno ve a lo largo de este año son señales confusas, no se identifica cuáles son los ejes estratégicos de la política ambiental del Gobierno, cuáles son los pasos concretos que se van a dar”.
“Hay un fuerte acento de continuidad de inercia de las políticas de las administraciones anteriores que ya empiezan a marcar la política ambiental del gobierno de Gabriel Boric, incluso antes del plebiscito del 4 de septiembre, como es el fuerte énfasis del impulso a la inversión minera, a la atracción de la inversión minera para ampliar la extracción y operación que actualmente tiene Chile en este momento. No se anuncia ninguna medida que tenga que ver con el cambio de matriz productiva, no se habla de ninguna medida que tenga que ver con cómo se protegen los territorios y los ciclos hídricos que están siendo ya afectados por la actividad minera”, fundamentó Cuenca.
Por su parte, la presidenta de la Fundación Nodo XXI, Camila Miranda, consideró que “un gobierno toma decisiones de acuerdo al contexto en el cual le toca gobernar. No puede predisponerse por adelantado a cómo va a poder materializar su programa en esta dimensión. Creo que el haberse vinculado directamente a esas dos posibilidades de apertura de otros caminos efectivamente le puso el desafío más alto de tener una respuesta de qué se hace cuando esos fallan, que es la situación que se experimentó tras el resultado del 4 de septiembre y la que se experimenta ahora tras el rechazo de la idea de legislar de la reforma tributaria”.
Miranda planteó que “tanto en la primera, donde el Gobierno termina construyendo un camino que implica un reajuste del gabinete, pero también el poner tres seguridades como el marco orientador de la acción del Gobierno, creo que también habla de esa capacidad de volver a mirar en la situación en la que se está y cómo se gobierna en ese escenario. Para cualquiera que asumiera el gobierno en este ciclo iba a experimentar dificultades similares, porque estamos en un proceso donde hay harta desafección ciudadana, pero también hay una alta participación en algunas dimensiones, por ejemplo, contundentemente la ciudadanía dijo Rechazo, pero igual que en una crítica muy importante al sistema político”.
Por su parte, la alcaldesa de Lo Espejo, Javiera Reyes, tuvo una evaluación más benigna de este primer año de la gestión del presidente Boric, expresando que “ha sido un año de trabajo colaborativo, de trabajo en terreno, que creo es un sello del Gobierno que es muy valorado por los vecinos y vecinas, por los pobladores de nuestro país, de nuestra comuna también. Hemos podido priorizar y dirigir recursos hacia las demandas más sentidas de la población, entre ellas salud, educación, poder resolver problemas con la infraestructura y también el poder avanzar en el buen vivir en todo nuestro país”.