La aprobación este lunes de la polémica norma del Gobierno que limita al Poder Judicial ha intensificado la crisis político-institucional que lleva ya 30 semanas de multitudinarias manifestaciones en las calles y carreteras del país. Precisamente al terminar el lunes, tras ser aprobada por la Knesset la repudiada norma, una nueva noche de furia se intensificó con nuevas manifestaciones ciudadanas tanto en Jerusalem como en Tel Aviv. Este martes, en tanto, el descontento de la población ha seguido aumentando con llamados a protestas y huelgas que condenan la controvertida reforma judicial, a tal grado que ha suscitado incluso críticas y rechazo en amplios círculos de Estados Unidos, irrestricto aliado de Israel y sus políticas. El temor generalizado es que la reforma aprobada ayer socave la democracia al eliminar los controles y equilibrios que puede ejercer el Poder Judicial sobre el Gobierno.
¿Qué aprobó el Parlamento israelí este lunes? Se trata de una párrafo clave en la reforma impulsada por el gobierno de derecha del primer ministro Benjamín Netanyahu, con foco en la llamada “cláusula de razonabilidad”, la que concretamente limitará la capacidad de los jueces para anular aquellas decisiones que el gobierno considere “irrazonables”. Pero los críticos apuntan a que detrás de la “cláusula de razonabilidad” se oculta la intención de Netanyahu de evitar un juicio político -e, incluso, penal- por sus acciones siempre favorables a los sectores más extremistas del sionismo, incluída su política contra los palestinos en los territorios ocupados por Israel. Así, mientras los aliados de Netanyahu celebraban su victoria y prometían continuar con más cambios del mismo estilo, los opositores aseguraban que impugnarían la nueva ley ante la Corte Suprema. Por su parte, el Colegio de Abogados de Israel fue uno de los numerosos grupos que presentaron peticiones ante la Corte Suprema para anular la nueva legislación.
El movimiento de protesta, que lleva ya varios meses, continúa expandiéndose y este martes el Colegio Médico se ha sumado a una huelga en el servicio público de salud, excepto en las urgencias. En otro aspecto, las portadas de los tres de los principales periódicos del país aparecieron impresas con color negro a toda página como mensaje de rechazo a la ley, haciéndose así parte de uno de los mayores movimientos de protesta de la historia de Israel. Un movimiento que cuenta con un apoyo transversal de todos los estratos políticos y sociales, tanto de izquierda como de derecha, grupos seculares y religiosos, activistas por la paz y reservistas militares, así como trabajadores manuales y del sector tecnológico, crucial para la economía del país.
Además, otros miles de trabajadores de cientos de empresas del país han anunciado este martes que irán a la huelga, después de semanas presionando a Histadrut, la federación de sindicatos del país, para que convoque una huelga general, como ya hizo en 27 de marzo pasado, cuando Netanyahu se vio obligado a congelar temporalmente la tramitación de la reforma y abrir un diálogo con la oposición. No obstante, esas negociaciones se rompieron en junio y el Gobierno decidió avanzar unilateralmente con la tramitación de la reforma, lo que revitalizó el movimiento de protestas.
El presidente de Israel, Isaac Herzog, ha apelado de nuevo a la “responsabilidad” y al “entendimiento” entre Gobierno y oposición para llegar a un consenso sobre la reforma judicial, y ha alertado de que el país se encuentra en “estado de emergencia nacional” ante su peor crisis interna marcada por las mayores protestas de su historia. “Estamos trabajando las 24 horas, de todas las formas posibles para encontrar una solución. Existe la base para un posible entendimiento, pero quedan lagunas que exigen la responsabilidad de las distintas partes”, ha indicado Herzog en un comunicado en un día clave para Israel.
Como ha sido la tónica en las semanas precedentes, este martes se produjeron graves enfrentamientos debido a la violenta acción represiva de la policía, que ha usado chorros de agua y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. Allí fue detenido a Moshe Radman, uno de los líderes de las protestas, quien ha venido denunciando la norma aprobada este lunes desde el pasado mes de enero, cuando fuera anunciada por Netanyahu, desatando las mayores protestas en la historia de Israel durante siete meses consecutivos.