En conversación con la primera edición de Radioanálisis, el director ejecutivo de Amnistía Internacional Chile, Rodrigo Bustos, se refirió al avance del negacionismo, tras un duro enfrentamiento entre parlamentarios de oposición y oficialismo. Esto luego que ayer martes, diputados de Chile Vamos y el Partido Republicano votaron a favor de la lectura de un acuerdo que en agosto de 1973, declaró como inconstitucional el Gobierno de Salvador Allende.
A juicio de Bustos “esta conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, nos muestra que más que estar avanzando en tener un cierto relato común, de la clase política y de la sociedad chilena, pareciera que no están esos mínimos comunes”.
“Parecían más presentes para la conmemoración de los 30 años, más aún para los 40 años, cuando el expresidente Sebastián Piñera habló de los cómplices pasivos, de la responsabilidad del Poder Judicial y de los medios de comunicación. Hoy día, en cambio, pareciera que en el sector heredero de la dictadura de Pinochet hay básicamente una reivindicación de todo lo que se hizo”, afirmó.
Respecto a los motivos que podrían explicar esta actitud de la derecha, el director ejecutivo de Amnistía Chile, apuntó a una radicalización de dicho sector tras el triunfo del rechazo en el plebiscito del 4 de septiembre del año pasado. “Pareciera ser que creen o entienden que estos discursos muy radicales, que conectan con el populismo penal, un discurso donde los derechos humanos no están presentes, son algo que conectaría a corto plazo con la ciudadanía”.
“Otra explicación, es que quizás los mea culpa y estos consensos nunca fueron reales. Hace 10 años, el expresidente Sebastián Piñera hizo estas declaraciones bastante valiosas, pero en realidad esas declaraciones no fueron compartidas necesariamente por gran parte de su clase política. Algunos lo criticaron de hecho, entonces, quizás, nos hemos engañado. Quizás no teníamos acuerdo en que no puede haber un bombardeo a La Moneda como forma de resolver un conflicto político”, indicó.
Bustos además acusó una serie de deficiencias en el proceso de transición democrático. Aún cuando reconoció la importancia de los informes de las comisiones Rettig y Valech, que buscaron establecer una verdad histórica respecto a los detenidos desaparecidos y las víctimas de prisión política y tortura, el director ejecutivo de Amnistía señaló que “hay un problema que está patente respecto a la clase política”.
“Ha habido, por cómo fue la transición política, una forma de actuar en conjunto entre todos los partidos, donde los civiles de la dictadura, -¿cómo decirlo?-, pasaron piola. Siguieron muy presentes y siendo protagonistas por 30 años y eso hizo, de alguna forma, que ciertas cosas no se dijeran cómo tenían que decirse respecto de todo lo que sucedió en la dictadura”.
Bustos también identificó problemas fuera de la clase política. “Muchas encuestas nos muestran que hay parte de la ciudadanía que justifica o el golpe o las violaciones a los derechos humanos o tiene un gran desconocimiento de esos informes que son valiosos, las comisiones Rettig, Valech. Gran parte de la población, de los niños, niñas, adolescentes de este país no tiene conocimiento respecto de lo que se señala en ellos”, aseguró.