Paulina Urrutia y "La memoria infinita": "Fue el último acto de coherencia de Augusto Góngora"

Este jueves 24 de agosto, llega a los cines el nuevo documental de Maite Alberdi, protagonizado por Urrutia y su esposo, Augusto Góngora. La película no solo se trata del Alzheimer, sino que también explora temas como el amor y la memoria histórica.

Este jueves 24 de agosto, llega a los cines el nuevo documental de Maite Alberdi, protagonizado por Urrutia y su esposo, Augusto Góngora. La película no solo se trata del Alzheimer, sino que también explora temas como el amor y la memoria histórica.

Este jueves 24 de agosto llega a los cines “La memoria infinita”, el nuevo documental de Maite Alberdi, que sigue los últimos años de vida del periodista Augusto Góngora, junto a su esposa, la actriz Paulina Urrutia.

La película que representará a Chile en los premios Goya, no sólo documenta el avance del Alzheimer y los estragos que la enfermedad tiene en la pareja, sino que también es una historia de amor, con una una potente reflexión sobre la importancia de la memoria, en el año en que se conmemoran 50 años del golpe de Estado.

En los días previos a este estreno, Radio y Diario Universidad de Chile, estuvo entre los medios que pudieron conversar con la cineasta, Maite Alberdi y con la protagonista, Paulina Urrutia, instancia en que ambas se refirieron a las complejidades de la filmación.

Las grabaciones de “La memoria infinita” comenzaron un par de años antes de la pandemia y continuaron durante los largos meses de encierro, a través de la cámara de la propia Paulina Urrutia. Esto último, a juicio de Alberdi, permitió acceder de manera más sencilla a la intimidad de la pareja.

“La gracia de la cámara de Paulina es precisamente que es un regalo de intimidad en momentos que incluso yo, con todo el acceso del mundo, jamás habría estado. Me permitió ver una nueva dimensión, cosas que hacen las parejas solo cuando están solas”.

“Por ejemplo, la Paulina en el baño, cantándole ‘Toda la vida’. Cuando yo estaba hacía lo mismo, pero no cantaba de la misma manera. Son sutilezas de lo íntimo que le dan una dimensión muy profunda, que yo en cinco años no tuve”, afirmó.

Por otra parte, se trató de un regalo para ella como cineasta, “porque he vivido toda mi carrera preocupada de la perfección de la imagen y de que la gente no sepa si es documental o ficción”.

“Sin embargo, todo ese juego de que parezca cine acá se derrumba, porque hay una cámara totalmente desenfocada que se ve mal. Yo como cineasta tuve que entender que lo más importante es la verdad de esa imagen y el sentimiento. Para mí fue una gran lección de cine también”, dijo la directora.

Paulina Urrutia, en tanto, reconoció que tardó muchos años en convencerse de aparecer en el documental. Fue su marido, Augusto Góngora, el que se decidió a participar, por lo que para ella esta película “fue el último acto de coherencia de Augusto Góngora”. Luego de toda una vida documentando la vida del resto, el periodista estuvo dispuesto a mostrar su propia intimidad.

“Esta enfermedad nos permitió convertirnos casi en una persona. Aquello que le faltaba a Augusto, lo aportaba yo y, por el otro lado, todo lo que él me enseñó en todo este proceso. Esto mismo que estoy viviendo ahora, es como si él estuviera sentado al lado mío. Tanto miedo a la exposición, tanta negación, es como si ahora me estuviera diciendo: ‘¿Viste? Yo tenía razón’”.

Cortesía: MTV Documentary Films

Cortesía: MTV Documentary Films

Todas las historias de amor son políticas

Pese a que la directora, Maite Alberdi, tenía claro que quería contar la historia de amor entre Augusto y Paulina, lo que no siempre estuvo fue la arista de la memoria histórica. En la película, las escenas de la pareja en el presente se intercalan con las imágenes de Góngora en sus programas culturales, en Teleanálisis, dando cuenta de los horrores de la dictadura; y en la presentación de su libro sobre los detenidos desaparecidos, “La memoria prohibida”.

“Creo que todas las historias de amor son políticas. Acá tenemos dos personas que trabajaron por la política, un hombre que tiene un discurso sobre preservar la memoria, que está en lo que él dice, en la inauguración de ‘La memoria prohibida’. Dice: No importan los datos, no importan los actos conmemorativos, no importan las cifras, lo que importa es hacer nuestros duelos desde la memoria emotiva”.

A juicio de Alberdi, eso es precisamente lo que le pasa a Augusto Góngora, a medida que avanza su enfermedad: “Él no se acuerda cuántos años lleva con la Pauli, pero sabe quién es la Pauli, sabe que es su amor y siente su amor. Este año en Chile es tan importante entenderlo así también. Entender qué sentimos en ese momento, es lo único que nos tiene que importar transmitir, más allá de los números”.

Por último, tanto la directora, Maite Alberdi, como la protagonista, Paulina Urrutia, hicieron una invitación al público para que vea la película, pese a la dureza que podría tener su temática.

“No es una película que se trate del Alzheimer. Es una película de dos personas que se enfrentan a una dificultad, como puede ser una enfermedad o cualquier otra cosa y que, como buenos chilenos, sobre todo por las cosas que estamos viviendo constantemente en nuestro país, son capaces de sobrellevarla y seguir viviendo”, dijo Urrutia.

Alberdi, en tanto, agregó que “de lo único que se puede sufrir realmente es de la envidia del buen amor. Todos dicen: ‘Que suerte, ¿por qué a mi no?’ A todos les toca, porque es como: que suerte que se tuvieron, que suerte haber vivido eso”.





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