Bajo una intensa lluvia en la capital de los Estados Unidos, el Presidente Gabriel Boric encabezó la ceremonia de homenaje al exministro de la Unidad Popular Orlando Letelier, en Sheridan Circle, el sitio donde fue asesinado con una bomba que fue colocada en su vehículo por agentes de la DINA junto a un grupo de cubano-americanos, hecho en el que también murió su secretaria, Ronni Moffit.
El mandatario destacó el rol que jugó el exsecretario de Estado luego de salir al exilio para denunciar el carácter refundacional en lo económico que estaba iniciando la dictadura civil y militar que encabezaba Augusto Pinochet.
El jefe de Estado recordó que durante la conmemoración el 11 de septiembre último de los 50 años del golpe de Estado, la ministra del Interior, Carolina Tohá, planteó que “el único proyecto refundacional que se llevó a cabo en la historia reciente chilena fue el que impulsó el neoliberalismo a ultranza apoyándose en las armas, el terror, el silenciamiento de las disidencias y la clausura de las instituciones democráticas”.
Ante eso, “Orlando Letelier tuvo la valentía, habiendo estado preso en el confín del mundo, en Magallanes, en la isla Dawson, que la represión política era indisociable de la revolución económica desde arriba que estaba impulsando la dictadura que nos iba a legar dolor y miseria”.
Para el mandatario, “su trabajo y su solidaridad representaba una amenaza para ese proyecto refundacional. Desde que fue expulsado de Chile tras pasar casi un año preso en isla Dawson, Orlando desplegó su reconocida energía y capacidad para acercar posiciones, para tejer alianzas”, destacó.
Además, subrayó que el golpe de Estado “es indivisible de las violaciones a los derechos humanos que acaecieron desde el mismo día en que quebraron la democracia, pese a que hay quienes insisten que era inevitable”.
El mandatario destacó que “no se extingue ni se extinguirá jamás la hora en que cayeron aquí en Sheridan Circle Orlando Letelier y Ronny Moffit alcanzados por el puño de la DINA. Cuando digo ‘el puño de la DINA’, ellos se solazaban de aquello. Eso es lo brutal de estas violaciones a los derechos humanos”.
El Presidente puntualizó que “bien lo pude decir (el senador) Tom Harkin que tocó las puertas en Chile para saber lo que realmente estaba pasando. Él descubrió Villa Grimaldi, un lugar donde muchas personas fueron torturadas, desaparecidas desde este que fue el último lugar donde fueron vistas”.
A eso sumó que “hasta el día de hoy hay muchos que siguen en la impunidad y cuando hay quienes osan pedir a las víctimas que acallen su duelo, que den vuelta la página, yo me atrevo humildemente a decirles que esa reconciliación solo es posible con verdad y con justicia, no con olvido”.
También subrayó que “nosotros no condenamos solamente los excesos, estamos en contra y nos rebelamos contra la esencia de la dictadura”.
Al mismo tiempo consideró que hoy en Chile “la libertad y el pluralismo están garantizados para todos y todas y donde también el Estado se hace cargo de la búsqueda permanente de la verdad, la justicia y la garantía de no repetición”.
Para el Presidente “solo así podremos las generaciones que vienen, las que tomamos ese legado, reclamar la herencia de una generación de chilenas y chilenos que nos marcaron a fuego con su ejemplo de dignidad, de decencia y también de alegría”.
La ceremonia contó con la presencia de parlamentarios estadounidenses, así como el hijo de Orlando Letelier, el exsenador socialista Juan Pablo Letelier, además de Peter Kornbluh, investigador que ha conseguido la desclasificación de cientos de documentos secretos de la CIA y el gobierno norteamericano sobre la acción de ese país contra el gobierno de la Unidad Popular y que develó que el atentado contra Letelier y su secretaria el 21 de septiembre de 1976 fue ordenado directamente por Augusto Pinochet.
Bajo una intensa lluvia en la capital de los Estados Unidos, el Presidente Gabriel Boric encabezó la ceremonia de homenaje al exministro de la Unidad Popular Orlando Letelier, en Sheridan Circle, el sitio donde fue asesinado con una bomba que fue colocada en su vehículo por agentes de la DINA junto a un grupo de cubano-americanos, hecho en el que también murió su secretaria, Ronni Moffit.
El mandatario destacó el rol que jugó el exsecretario de Estado luego de salir al exilio para denunciar el carácter refundacional en lo económico que estaba iniciando la dictadura civil y militar que encabezaba Augusto Pinochet.
El jefe de Estado recordó que durante la conmemoración el 11 de septiembre último de los 50 años del golpe de Estado, la ministra del Interior, Carolina Tohá, planteó que “el único proyecto refundacional que se llevó a cabo en la historia reciente chilena fue el que impulsó el neoliberalismo a ultranza apoyándose en las armas, el terror, el silenciamiento de las disidencias y la clausura de las instituciones democráticas”.
Ante eso, “Orlando Letelier tuvo la valentía, habiendo estado preso en el confín del mundo, en Magallanes, en la isla Dawson, que la represión política era indisociable de la revolución económica desde arriba que estaba impulsando la dictadura que nos iba a legar dolor y miseria”.
Para el mandatario, “su trabajo y su solidaridad representaba una amenaza para ese proyecto refundacional. Desde que fue expulsado de Chile tras pasar casi un año preso en isla Dawson, Orlando desplegó su reconocida energía y capacidad para acercar posiciones, para tejer alianzas”, destacó.
Además, subrayó que el golpe de Estado “es indivisible de las violaciones a los derechos humanos que acaecieron desde el mismo día en que quebraron la democracia, pese a que hay quienes insisten que era inevitable”.
El mandatario destacó que “no se extingue ni se extinguirá jamás la hora en que cayeron aquí en Sheridan Circle Orlando Letelier y Ronny Moffit alcanzados por el puño de la DINA. Cuando digo ‘el puño de la DINA’, ellos se solazaban de aquello. Eso es lo brutal de estas violaciones a los derechos humanos”.
El Presidente puntualizó que “bien lo pude decir (el senador) Tom Harkin que tocó las puertas en Chile para saber lo que realmente estaba pasando. Él descubrió Villa Grimaldi, un lugar donde muchas personas fueron torturadas, desaparecidas desde este que fue el último lugar donde fueron vistas”.
A eso sumó que “hasta el día de hoy hay muchos que siguen en la impunidad y cuando hay quienes osan pedir a las víctimas que acallen su duelo, que den vuelta la página, yo me atrevo humildemente a decirles que esa reconciliación solo es posible con verdad y con justicia, no con olvido”.
También subrayó que “nosotros no condenamos solamente los excesos, estamos en contra y nos rebelamos contra la esencia de la dictadura”.
Al mismo tiempo consideró que hoy en Chile “la libertad y el pluralismo están garantizados para todos y todas y donde también el Estado se hace cargo de la búsqueda permanente de la verdad, la justicia y la garantía de no repetición”.
Para el Presidente “solo así podremos las generaciones que vienen, las que tomamos ese legado, reclamar la herencia de una generación de chilenas y chilenos que nos marcaron a fuego con su ejemplo de dignidad, de decencia y también de alegría”.
La ceremonia contó con la presencia de parlamentarios estadounidenses, así como el hijo de Orlando Letelier, el exsenador socialista Juan Pablo Letelier, además de Peter Kornbluh, investigador que ha conseguido la desclasificación de cientos de documentos secretos de la CIA y el gobierno norteamericano sobre la acción de ese país contra el gobierno de la Unidad Popular y que develó que el atentado contra Letelier y su secretaria el 21 de septiembre de 1976 fue ordenado directamente por Augusto Pinochet.
Bajo una intensa lluvia en la capital de los Estados Unidos, el Presidente Gabriel Boric encabezó la ceremonia de homenaje al exministro de la Unidad Popular Orlando Letelier, en Sheridan Circle, el sitio donde fue asesinado con una bomba que fue colocada en su vehículo por agentes de la DINA junto a un grupo de cubano-americanos, hecho en el que también murió su secretaria, Ronni Moffit.
El mandatario destacó el rol que jugó el exsecretario de Estado luego de salir al exilio para denunciar el carácter refundacional en lo económico que estaba iniciando la dictadura civil y militar que encabezaba Augusto Pinochet.
El jefe de Estado recordó que durante la conmemoración el 11 de septiembre último de los 50 años del golpe de Estado, la ministra del Interior, Carolina Tohá, planteó que “el único proyecto refundacional que se llevó a cabo en la historia reciente chilena fue el que impulsó el neoliberalismo a ultranza apoyándose en las armas, el terror, el silenciamiento de las disidencias y la clausura de las instituciones democráticas”.
Ante eso, “Orlando Letelier tuvo la valentía, habiendo estado preso en el confín del mundo, en Magallanes, en la isla Dawson, que la represión política era indisociable de la revolución económica desde arriba que estaba impulsando la dictadura que nos iba a legar dolor y miseria”.
Para el mandatario, “su trabajo y su solidaridad representaba una amenaza para ese proyecto refundacional. Desde que fue expulsado de Chile tras pasar casi un año preso en isla Dawson, Orlando desplegó su reconocida energía y capacidad para acercar posiciones, para tejer alianzas”, destacó.
Además, subrayó que el golpe de Estado “es indivisible de las violaciones a los derechos humanos que acaecieron desde el mismo día en que quebraron la democracia, pese a que hay quienes insisten que era inevitable”.
El mandatario destacó que “no se extingue ni se extinguirá jamás la hora en que cayeron aquí en Sheridan Circle Orlando Letelier y Ronny Moffit alcanzados por el puño de la DINA. Cuando digo ‘el puño de la DINA’, ellos se solazaban de aquello. Eso es lo brutal de estas violaciones a los derechos humanos”.
El Presidente puntualizó que “bien lo pude decir (el senador) Tom Harkin que tocó las puertas en Chile para saber lo que realmente estaba pasando. Él descubrió Villa Grimaldi, un lugar donde muchas personas fueron torturadas, desaparecidas desde este que fue el último lugar donde fueron vistas”.
A eso sumó que “hasta el día de hoy hay muchos que siguen en la impunidad y cuando hay quienes osan pedir a las víctimas que acallen su duelo, que den vuelta la página, yo me atrevo humildemente a decirles que esa reconciliación solo es posible con verdad y con justicia, no con olvido”.
También subrayó que “nosotros no condenamos solamente los excesos, estamos en contra y nos rebelamos contra la esencia de la dictadura”.
Al mismo tiempo consideró que hoy en Chile “la libertad y el pluralismo están garantizados para todos y todas y donde también el Estado se hace cargo de la búsqueda permanente de la verdad, la justicia y la garantía de no repetición”.
Para el Presidente “solo así podremos las generaciones que vienen, las que tomamos ese legado, reclamar la herencia de una generación de chilenas y chilenos que nos marcaron a fuego con su ejemplo de dignidad, de decencia y también de alegría”.
La ceremonia contó con la presencia de parlamentarios estadounidenses, así como el hijo de Orlando Letelier, el exsenador socialista Juan Pablo Letelier, además de Peter Kornbluh, investigador que ha conseguido la desclasificación de cientos de documentos secretos de la CIA y el gobierno norteamericano sobre la acción de ese país contra el gobierno de la Unidad Popular y que develó que el atentado contra Letelier y su secretaria el 21 de septiembre de 1976 fue ordenado directamente por Augusto Pinochet.
