Ariadna Chuaqui (CEP): "El electorado sí vota por mujeres cuando éstas están en la papeleta"

La investigadora asistente en el área de opinión pública del Centro de Estudios Públicos explicó los resultados de la investigación “Participación de mujeres en política: por qué la norma importa”.

La investigadora asistente en el área de opinión pública del Centro de Estudios Públicos explicó los resultados de la investigación “Participación de mujeres en política: por qué la norma importa”.

A propósito de la nota de investigación “Participación de mujeres en política: por qué la norma importa”, además del debate político actual en torno al rol de la mujer en el Consejo Constitucional, Ariadna Chuaqui fue consultada por éste y otros temas relacionados con el rol de las mujeres en la política.

La licenciada en ciencia política con minor en economía y certificado en política, filosofía y economía, de la Duke University, Ariadna Chuaqui fue coautora de esta investigación junto a los también investigadores del CEP, Aldo Mascareño y Benjamín Oteíza.

Foto: Centro de Estudios Públicos (CEP)

Ariadna Chuaqui, investigadora CEP, y licenciada en ciencia política.

 

Foto: Centro de Estudios Públicos

Benjamín Oteíza, investigador del CEP e investigador principal del grupo de humanidades digitales C22.

 

Aldo Aldo Mascareño

Benjamín Oteíza, investigador asistente del CEP y de C22.

Ariadna Chuaqui señaló que la motivación de llevar a cabo esta indagación “surge en la discusión respecto a las normas de equidad que ahora se están hablando en el Consejo Constitucional y también en el contexto político en general. Se ha hablado mucho sobre ciertas medidas o mecanismos que tienen como objetivo aumentar la proporción de mujeres en puestos de representación popular, esto puede ser, desde cuotas a paridad o incremento en equidad y esto también puede ser en escaño o esta idea de la paridad de salida o paridad de entrada en candidaturas, que está en el debate político actual”.

Agregó que “la idea de esta nota fue aportar a esta discusión presentando con datos del Servel la evolución de mujeres en política, y a su vez mostrar cómo normas electorales de equidad de género como la que vimos entre el 2013 y el 2017, y la que se hizo en el 2015, afectan en la participación de mujeres en cargos de representación popular”.

La investigadora del CEP también fue consultada por la discusión actual de temas de género dentro del Consejo Constitucional, a lo que señaló que “me sorprendió para bien esta semana que se aprobara por el consejo la disposición transitoria, que establece que un proyecto de ley en cuanto a la constitución sea vigente, tenga que considerar mecanismos de corrección en equidad de salida, corrección de asignación de escaños para elecciones parlamentarias, si es que un sexo supera un 60% de los electos”.

“En ese sentido me parece que eso está bien, aunque no sea a nivel constitucional, igualmente quedaría a disposición de la ley, y de una norma que todavía no tenemos, que sería un tipo de equidad de salida que no hemos visto y que es bastante innovador. Así que me parece eso un paso en la dirección correcta. Y además todavía queda esperanza en que el artículo sobre el acceso igualitario a mujeres y hombres en los mandatos electorales, -esto ya sería como una equidad de entrada-, que quede consagrado en la constitución, sobreviva en la Comisión Mixta y tenga lugar una propuesta, pero eso todavía está por verse”, complementó Chuaqui.

En la investigación “Participación de mujeres en política: por qué la norma importa” se aborda la participación política de la mujer en cargos de elección popular. No obstante, la licenciada en ciencia política conversó de otros temas relacionados con Diario UChile.

¿Cree que en las próximas elecciones presidenciales puedan aparecer una mayor cantidad de candidatas mujeres?

En nuestro análisis no consideramos elecciones presidenciales per se, pero ojalá que sí. Si bien en la primera vuelta presidencial de noviembre 2021, sólo fue una candidata mujer, Yasna Provoste, desde la elección de Michelle Bachelet han surgido muchas líderes mujeres que en conjunto llegan a abarcar gran parte del espectro político. Tenemos desde Evelyn Matthei, Beatriz Sánchez, Paula Narváez, Carolina Goic, Ximena Rincón, y, de hecho, para las próximas presidenciales tenemos hasta ahora puras precandidatas: Evelyn Matthei, Carolina Tohá, Camila Vallejo.

Pero al final y especialmente dado que no hay reglas de equidad ni de paridad de entrada en elecciones presidenciales, -que al final la nota se centraba un poco en eso: en qué tipo de normas hay para poder incentivar la participación de mujeres en política-, yo diría que esto ya está en manos de los partidos y cómo ellos quieren involucrar o no a mujeres en general y no solamente en la candidatura al final. Es decir, en toda la institucionalidad que requiere un partido político, que las mujeres estén más metidas, y con eso van a surgir naturalmente más candidatas mujeres para cargos presidenciales u otros.

Según las conclusiones del propio estudio se señala que en algunos casos no sería un problema de un sesgo cultural hacia las mujeres, sino que más bien un tema de visibilización, ¿Por qué cree que se da esto?

A lo que nos referimos con esto, es que nosotros revisamos la evolución de la participación de mujeres y vemos que este cambio de norma que hubo entre las elecciones del 2013 y 2017 de las elecciones parlamentarias, sí produjo un cambio. Esta norma a la que llamamos equidad de entrada, en que ningún sexo podía superar el 60% de las candidaturas de un partido a nivel nacional, los partidos sí tuvieron, por ley, que aumentar sus candidaturas de mujeres.

Sabemos que entre el 2013 y 2017, las candidatas a diputadas suben de un 20 a un 41%, el Senado de un 19 a un 41%, o sea, sí hubo un cambio en términos de candidatura. Sin embargo, este aumento en términos de candidaturas en el sentido de que están en la papeleta, no se tradujo necesariamente a un incremento de mujeres electas o que tengan escaños. Si vemos, las diputadas electas, pasó de ser del 2013 un 17% a 23%, y de senadores de 25 a sólo 26%, o sea en términos de elección no hubo un cambio tan drástico.

El porcentaje de votos del electorado a mujeres, en este sentido, la cantidad de suma de votos totales que la gente puso a mujeres candidatas, sí aumentó entre el 2013 a 2017 con este cambio de norma. Con esto nosotros queríamos mostrar que el electorado sí vota por mujeres cuando éstas están en la papeleta, es decir, cuando son visibilizadas por partidos políticos, y por eso hablamos de un tema de visibilización. Lo que vemos es que no hay sesgo necesariamente cultural generalizado de todo el electorado en contra de que las mujeres tengan cargos de representación, sino que votan por mujeres cuando aparecen en la papeleta.

¿Qué opina de las figuras políticas femeninas que se han declarado como no feministas? ¿A qué cree que se deba esta situación?

Yo creo que esto es una equivocación en el sentido de cómo entender el feminismo y cómo entenderlo como una característica inherente a ser mujer. Las mujeres como grupo no tenemos un interés fijo en común para todas, como dice la feminista Anne Phillips, asumir que las mujeres tenemos un interés fijo y que todas tenemos la misma noción del mundo, es asumir al mismo tiempo, que las mujeres tenemos un interés distinto y particular sólo por ser mujeres, y que este interés no puede ser representado adecuadamente por hombres, -no sé qué pasa con los hombres feministas- y que la elección de mujeres garantiza esta representación de interés o un espejo del interés de las mujeres en general. Cualquiera que tenga un cargo de representación, es entendido como alguien que tiene el mismo interés que cualquier mujer que no está en un cargo de representación.

Yo creo que eso es un error en la concepción del feminismo. El valor yo creo, porque estamos hablando de un tema de representación de mujeres en parlamentos, en cargo de representación política, de tener a más mujeres en estos cargos, reside en el mismo punto que decía antes, en la inclusión de las diferentes visiones que todas tenemos y su participación en cargos de representación, y que esta representación no es necesariamente un tema de política de ideas o de alguna identidad particular a ser mujer o de un interés particular de las mujeres en general, sino es un tema de justicia en la política, de presencia, de estar, de participar, de ser oídas, sea cual sea la opinión de una mujer.

¿Cómo ves la evolución de las entidades que van en pro de la mujer en Chile a lo largo de los años y que dieron pie a que se creara el Ministerio de la Mujer y de la Equidad de Género?

Lo valoro inmensamente. Se ha logrado institucionalizar dentro de nuestro marco democrático en la búsqueda por igualdad de género, y esto se refleja en el paso del Servicio Nacional de la Mujer a la creación del Ministerio de la Mujer en 2015. Yo creo que no sólo es una creencia mía, sino que es una cosa que la ciudadanía también ha valorado en estos años y que el Ministerio de la Mujer ha tendido a pasar a ser una institución central en nuestro gobierno, y casi que es inamovible a la percepción general de la ciudadanía.

Creo que esto también lo vimos en 2021, con el plan de gobierno de José Antonio Kast, cuando él fue candidato, y propuso cambiar el Ministerio de la Mujer, por el Ministerio de la Familia, o ni siquiera cambiarlo, sino eliminarlo y armar el Ministerio de Familia, en conjunto con el Ministerio de Desarrollo Social, y eso causó de inmediato un sentimiento negativo por parte de la percepción de la ciudadanía. Entonces yo creo que es una cuestión general de que todos valoramos no encasillar a la mujer en su rol privado de la familia, sino institucionalizar a la mujer y la equidad de género, porque al final es eso: es la búsqueda de la igualdad de género a través de instituciones democráticas.

¿Qué le parecen las críticas que recibió la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio al asumir su cargo, en torno a que decían que no presentaba mérito suficiente para el cargo, ¿Considera que ahí sí hubo un sesgo cultural contra la mujer?

Yo creo que el mérito sí estaba, porque si no me equivoco, ella es docente de la Universidad Mayor, actriz participante en Fundación Teatro a Mil. Su currículum estaba. Hubo mucho ruido en la clase política, pero eso no necesariamente significa que hay un sesgo cultural generalizado en contra de que las mujeres participen en política. En nuestro estudio, nos referimos a que no hay un sesgo cultural en el sentido de que la gente sí quiere votar por mujeres, porque sí lo hacen cuando están en la papeleta.

Entonces, este caso en particular de la crítica que hubo alrededor de la ministra, yo creo que no tiene que ver con un sesgo cultural ni tampoco con el sesgo cultural de la investigación, porque ahí se habla de cargos de representación en los que la gente vota por esos cargos de representación. Igualmente, creo que hubo mucho ruido entre la clase política en este tema, y que no necesariamente tenía que ver con su mérito personal.

 

Imagen de portada: Centro de Estudios Públicos (CEP)




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