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A los 90 años fallece el destacado filósofo italiano Toni Negri

Negri fue reconocido por su participación en la trilogía "Imperio" y por su lucha contra la globalización. Su fallecimiento ha sido lamentado en el ámbito intelectual y político.

Diario UChile

  Sábado 16 de diciembre 2023 9:41 hrs. 
toni negri

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El destacado filósofo y activista italiano, Antonio “Toni” Negri, falleció a los 90 años en París de acuerdo a lo que informa este sábado la prensa italiana. El deceso fue confirmado por su pareja, la filósofa francesa Judith Revel.

Negri se transformo en uno de los principales pensadores y referentes de la izquierda extraparlamentaria italiana de las décadas del 60 y 70 y dentro de sus obras, destaca su participación en la elaboración de la trilogía “Imperio” junto a Michael Hardt, obra que tuvo un impacto significativo en el movimiento antiglobalización.

En 1973, Negri fundó la organización Autonomía Operaia y fue uno de los impulsores de esa experiencia militante, que tuvo como epicentro la nueva realidad proletaria de las metrópolis italianas de la crisis y la reestructuración de las fábricas y del gasto público.

Negri contribuyó a la creación del periódico Rosso, con redacción en Milán, que se convirtió en un referente publicístico de las luchas y los debates de la nueva composición de clase para la cual Negri y sus compañeros acuñaron el término de obrero social.

El 7 de abril de 1979, con 46 años, Antonio Negri fue arrestado y acusado de ser el autor intelectual del asesinato del primer ministro italiano Aldo Moro a manos de las Brigadas Rojas (BR) en 1978, así como de conspirar para derrocar al gobierno.

En esa época Negri era profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Padua, profesor invitado de la École Normale Supérieure y se proclamaba marxista revolucionario en favor de la insurrección armada. Negri negó siempre tener relación personal o ideológica con las Brigadas Rojas, lo que fue corroborado por los propios militantes de las BR.

La mayoría de los cargos contra Negri (incluyendo 17 asesinatos) fueron descartados en menos de nueve meses por falta de pruebas. No pudo relacionársele con las Brigadas Rojas, por lo que se le acusó de “crímenes de asociación” e insurrección contra el Estado (cargo revocado posteriormente) y condenado a 30 años de cárcel por considerársele “moralmente responsable” de los actos de violencia contra el Estado italiano durante los años 60 y 70, en razón de sus escritos y su relación con grupos y causas revolucionarias.

Pasó cuatro años en prisión (narra parte de esta experiencia en El tren de Finlandia), hasta que el Partito Radicale de Marco Pannella, que había trabajado para conseguir su libertad, lo incluyó en una de sus listas electorales a la legislatura de 1983 y salió elegido como diputado. Gracias a la inmunidad parlamentaria Negri pudo salir de la cárcel, pero el parlamento revocó la inmunidad unos meses más tarde. Negri se exilió entonces a Francia, donde permaneció 14 años, escribiendo y enseñando, protegido frente a la extradición por el gobierno de François Mitterrand.

En 1997, Negri regresó a Italia voluntariamente para cumplir el resto de su sentencia (que había sido reducida a 17 años gracias a sucesivas apelaciones), con la esperanza de poner a debate público la situación de cientos de exiliados y prisioneros involucrados en las actividades políticas de la izquierda radical durante las décadas 1960 y 1970, los llamados “anni di piombo” (años de plomo).

Negri fue inmediatamente llevado a la prisión de Rebibbia y más tarde puesto bajo arresto domiciliario. Hasta finales de 2004 Negri disfrutó de un régimen de libertad bajo ciertas condiciones.

Su fallecimiento causó diversas reacciones de pesar, entre ellas, la del fundador de Podemos en España, Pablo Iglesias, quien afirmó en su cuenta de twitter que Negri “es una figura política e intelectual de las más valiosas que produjeron los movimientos revolucionarios italianos“.

En tanto, el escritor Martín Caparrós recordó una anécdota que tuvo con Negri “en 1985 entrevisté a Toni Negri, exiliado en París. Él me dijo que ningún gran diario europeo querría publicarlo: estaba cancelado. Fue un gran intelectual de izquierda; le costó mucho volver del ostracismo”.

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