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“¿Quién le tiene miedo a Virginia Woolf?”: el clásico de Edward Albee vuelve a las tablas chilenas

El montaje -adaptado por primera vez en Chile en 1964 como "Quién le tiene miedo al lobo"- retorna al Teatro Nacional Chileno bajo la dirección de Cristian Keim. Esto, en el marco de los 70 años de la llegada del TNCH a la sala Antonio Varas.

Catalina Araya

  Domingo 5 de mayo 2024 10:02 hrs. 
"¿Quién le tiene miedo a Virginia Woolf?" vuelve a las tablas del TNCH"¿Quién le tiene miedo a Virginia Woolf?" vuelve a las tablas del TNCH

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Cristian Keim no olvida sus primeros acercamientos a la obra. Como una buena parte de los textos que marcaron al teatro contemporáneo, “¿Quién le tiene miedo a Virginia Woolf?“, del dramaturgo estadounidense Edward Albee, era uno de los montajes obligados de la escuela de Artes de la Universidad de Chile.

Uno de sus recuerdos más vívidos está conectado con el actor Daniel Alcaíno, que por entonces cursaba una generación menor a la suya. Han pasado varias décadas de ese momento y hoy, en las vísperas del aniversario número 70 de la llegada del Teatro Nacional Chileno (TNCH) a la Sala Antonio Varas, Keim volvió a conectar la carrera de Alcaíno con la obra cúlmine de Albee.

Daniel fue la primera persona en la que pensé“, confidenció el director del teatro, sentado al costado de su escritorio ubicado en una antigua oficina en el segundo piso de la sala. “Y la convocatoria a los otros actores fue a partir de una conversación con él. Es un equipo pequeñito, de cuatro intérpretes, y se fue consultando con ellos mismos por cómo se iba configurando el grupo completo”.

El actor no dudó a la hora de dar un sí entusiasta. Sin embargo, llegó con una condición: la otra protagonista del montaje debía ser la actriz Trinidad González. Una incorporación que también tuvo algo de casualidad. “Le pedí que la contactara, porque no tenía su número registrado. Y me la encontré al otro día en una exposición en el MAC”, recordó Keim sobre los primeros pasos del montaje.

Así fue como rápidamente se sumaron los actores Nicole Vial y Felipe Zepeda, el segundo matrimonio que complementa la cuota de personajes de la obra. Todos ellos, intérpretes que son profundamente valorados por el director. “Están dentro de los mejores actores y actrices de teatro chileno”, aseguró.

"¿Quién le teme a Virginia Woolf?", obra que vuelve a las tablas del TNCH

“¿Quién le tiene miedo a Virginia Woolf?”, obra que vuelve a las tablas del TNCH

Virginia Woolf y una noche de copas

Comenzaba la década de los 60 cuando Edward Albee asistió a uno de los bares que solía frecuentar en la zona de Greenwich Village, el barrio predilecto de los artistas neoyorkinos. Al acercarse al espejo del local donde los asistentes solían dejar registro de sus ocurrencias, el dramaturgo leyó la frase “¿Quién le tiene miedo a Virginia Woolf?”.

Por supuesto, ‘quién le teme a Virginia Woolf’ significa ‘quién le teme al lobo feroz’, quién teme sin vivir ilusiones falsas”, interpretó el autor unos años después durante una entrevista con la revista The Paris Review. Así fue como decidió bautizar su gran obra con ese título, curioso y divertido, en una referencia al gran tema que aborda su texto: la ficción.

Algo que Keim reconoce como el factor de contingencia que abraza la obra a 62 años de su estreno. “En términos de lo contemporáneo, este texto me hace sentido por dos razones. Una, es que habla de la ficción en que viven estos personajes, y tengo la sensación de que la idea de la ficción y la idea de la realidad por consiguiente es algo que está súper presente en la vida cotidiana“, reflexionó el director.

En términos simples, el montaje narra la historia de dos matrimonios de académicos pertenecientes a distintas generaciones que, en una noche marcada por el alcohol, terminan desmoronando el castillo de ilusiones en el que basaron su felicidad. Esto, en una velada profundamente marcada por la violencia.

“En la vida contemporánea, uno no tiene certeza del mundo en el que está viviendo. Las certezas son muy pocas. Por ejemplo, escuchas una noticia y nunca sabes muy bien qué tan real es. Y ahora más, con todo este asunto de la inteligencia artificial que filtra y mueve todo. Uno está condicionado a creer determinadas cosas, pero la realidad como tal está súper cuestionada. Tienes una cantidad de gente y de procedimientos que viven de la mentira actualmente que se hace difícil de distinguir y de encontrar esos límites”, profundizó el director del teatro.

El otro valor contemporáneo que reconoce en el texto de Albee recae, justamente, en las diferencias culturales entre ambos matrimonios. “Hay un choque generacional dentro de la obra que es súper importante. Es una diferencia que tiene que ver con esta ola del futuro y con las moralidades que acompañan a las distintas generaciones. Tengo la impresión, y tiendo a creer, que la moral en las generaciones más jóvenes es súper rígida, y me da pocas esperanzas en el futuro“, agregó el director.

“Esta no es una obra cotidiana. Tiene ciertas complejidades. Es muy divertida, yo me río mucho mientras estamos trabajando sobre ella, pero tiene un sentido del humor particular. De hecho, uno de los lugares en que se aprecia más vívidamente ese choque generacional es en el sentido del humor. De qué nos podemos reír. De qué estamos dispuestas y dispuestos a reírnos. Eso muy atractivo. Y el nombre igualmente tiene una dosis de misterio, de provocación”, afirmó Keim sobre la historia, que incluso tuvo una adaptación cinematográfica que le hizo ganar el Oscar a Elizabeth Taylor.

"¿Quién le teme a Virginia Woolf?", obra que vuelve a las tablas del TNCH este 2024

“¿Quién le tiene miedo a Virginia Woolf?”, obra que vuelve a las tablas del TNCH este 2024

Reivindicando los clásicos

Para Keim, la incorporación de este título a la cartelera del TNCH -que ya había sido adaptado en Chile en 1964 por los actores Agustín Siré, Sergio Aguirre, Ximena Gallardo y María Cánepa bajo el nombre “Quién le tiene miedo al lobo”- no fue una decisión azarosa.

El director, que también es académico de la Universidad de Chile, considera que estas obras resultan esenciales para volver al origen. “Hay cosas que son trascendentales, que superan las épocas. Y, en este caso, obras como esta permiten hablarle a grupos humanos transversales y abrir canales que normalmente no están disponibles”, afirmó.

“Por lo demás, la programación de las salas de teatro en Chile está condicionada de determinada manera que los clásicos no son posibles, porque lo que condiciona fundamentalmente el funcionamiento del teatro en Chile es el Fondart. Y estos fondos, salvo contadas excepciones, tienen una curaduría que se basa en obras chilenas de dramaturgia contemporánea en un dispositivo escénico. Eso es”, sumó el dramaturgo.

Una situación que, además, merma la posibilidad de las audiencias de acceder a contenidos como este. “Hay toda una distancia, todo un lenguaje que recorrer para llegar a acceder a esas obras, y que creo que el público en general no lo está recorriendo. Hace un tiempo que ese puente se cortó. Y obras como esta, en un espacio como este, permiten volver a rearmar esos puentes. Yo no estoy diciendo que lo más experimental no tenga cabida, para nada. Pero sí es importante que se monten obras clásicas, del lenguaje basal teatral y que tienen que ver con relaciones humanas, el contacto, con mirarse, que te exigen una determinada manera de enfrentarlas, y que no las puedes enfrentar de otra forma porque se ligan con las raíces del teatro. Creo que es súper importante que esas obras estén en cartelera. Nosotros estamos empujando hacia allí”.

Todo aquello, una convicción que se alinea con su propia relación con su disciplina artística. “Yo soy un esperanzado en el teatro, sino no podría estar trabajando en él. Le tengo mucha fe“, concluyó Keim.

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