Una polémica semana ha vivido el senador del Partido Socialista Fulvio Rossi, eso porque nuevas revelaciones de mensajería telefónica lo vuelven a vincular con funcionarios de la administración pública de la región que representa.
“Lo que podemos hacer es que el terreno sea traspasado al Instituto Nacional de Deportes. Nosotros presentamos el proyecto. Construimos y luego cedemos al club”, escribe el seremi de Deportes Johan Viera al parlamentario para obtener réditos políticos a través de la entrega de terrenos en comodato a clubes deportivos.
Y si bien el Senador aclaró que se tratan de mensajes anteriores a los conocidos durante el mes de abril, que lo vinculaban con concejales de la zona, explicando los involucrados pidieron disculpas y que “esto es una persecución política que parece diseñada por organismos de inteligencia”, en el aeropuerto de Santiago fue duramente increpado por un transeúnte con el que se encontró.
En el video, grabado por la misma persona, se lo cuestiona por su vinculación con SQM y boletas ideológicamente falsas, así como por los aportes que recibiría de las empresas pesqueras para apoyar leyes que benefician al sector.
“Aqui estamos con el señor Fulvio Rossi, car’e raja,que no responde por SQM, que tiene una fundación, la raja. Te aplaudo car’e raja (..) más encima te ‘coimean’ las empresas pesqueras. ¿Qué te haces el loco ahora? ¿Quieres meter a tu hijo en política?”, concluye haciendo alusión a Franco Rossi, quien podría postular en las próximas elecciones como diputado. El senador lo elude en completo silencio.
El video fue publicado en la página de Facebook “La Voz de Alto Hospicio”, siendo compartido por cientos de usuarios de la red social.
La polémica por los datos
Posterior al encuentro, el senador arremetió en Twitter. En la red social identificó a su interpelador dejando en evidencia datos personales como su rut y nombre completo. De inmediato, otros usuarios criticaron su accionar, haciéndole ver la molestia por haber divulgado ese tipo de información.
Rossi respondió que se querellaría por injurias y, por lo tanto, nada había de “ilegal” en identificar al querellado.