El Chile de hoy ante el VIH: "Aún carecemos de una educación integral en sexualidad"

Las polémicas declaraciones del Ministro de Salud, Emilio Santelices, que vinculan el aumento del VIH con la comunidad migrante y el uso de métodos anticonceptivos, dan cuenta que en Chile la discusión sobre el virus permanece sin atenerse a los verdaderos problemas de fondo, o al menos así lo sostiene la doctora especialista en la materia, Cecilia Sepúlveda, quien concluye que "en el fondo, esto (las cifras) se debe a que aún carecemos de una educación integral en sexualidad".

Las polémicas declaraciones del Ministro de Salud, Emilio Santelices, que vinculan el aumento del VIH con la comunidad migrante y el uso de métodos anticonceptivos, dan cuenta que en Chile la discusión sobre el virus permanece sin atenerse a los verdaderos problemas de fondo, o al menos así lo sostiene la doctora especialista en la materia, Cecilia Sepúlveda, quien concluye que "en el fondo, esto (las cifras) se debe a que aún carecemos de una educación integral en sexualidad".

Una década marcada por el VIH. Eso es lo que reflejan las cifras del Instituto de Salud Pública respecto del número de casos positivos en nuestro país, los que, desde 2010 a la fecha, pasaron de 2.968 a 6.948. Es decir, el Chile de hoy cuenta con el doble de portadores que hace nueve años.

Para los expertos en la materia, dicho fenómeno tiene su origen en la falta de políticas públicas eficaces. No obstante, para el Ministro de Salud, Emilio Santelices, actualmente son dos los factores que explicarían el crecimiento de la epidemia: el uso de la píldora del día después y los inmigrantes.

La académica de la Universidad de Chile y experta en VIH, Cecilia Sepúlveda, comenta que le parecen “por lo menos curiosas” las declaraciones del ministro. Por otro lado, identifica el problema con la manera en que hemos enfrentado como sociedad al virus.

“Una cosa es hablar del tema y la otra es empoderar a la población para que puedan protegerse del virus y de otras infecciones de transmisión sexual. En eso hemos estado fallando de forma continua. En el fondo, esto se debe a que aún carecemos de una educación integral en sexualidad”, concluye.

Los acusados por Santelices

Independiente de la veracidad de los dichos de Santelices ¿es correcto que una autoridad de Estado exponga de esta manera a grupos que podrían o no ser portadores del virus?

No estoy de acuerdo con las declaraciones del ministro Santelices, ya que, si uno mira las cifras del aumento de casos de VIH, podemos observar que la gran mayoría corresponde a chilenos, entonces, estar apuntando a inmigrantes a lo único que contribuye es a desviar la atención de un problema que tenemos como país. Es como si quisieran colocarlo como un tema que no fuera nuestro, como si fuera solo de ellos.

¿Y qué le parece que el ministro exponga de esta forma a dos grupos en específico?

Creo que es importante conocer cuáles son las cifras y mantener su transparencia, pero de ahí a vincular el aumento de los casos a personas extranjeras; me parece que eso no corresponde.

Desde mediados de los 80’s, época en que surgieron los primeros casos de VIH, tanto la prensa como autoridades de Gobierno se esmeraron por asociar el virus a ciertos grupos. ¿Por qué cree que se repite este patrón de comportamiento que pareciera pertenecer a tiempos pasados?

Este comportamiento no se ha dado solo en nuestro país, sino que en todo el mundo. Es una tendencia a negar lo que está ocurriendo. Los primeros casos que ocurrieron a mitad de los 80 se señalaron como casos “importados”. Se decía que eran casos de personas que llegaban a Chile y nos traían el virus. Y lamentablemente es un fenómeno que estamos reeditando ahora que vemos el aumento de casos en inmigrantes.

¿Conoce el caso de algún país que haya visto incrementado el virus a raíz de la inmigración?

En absoluto, esto hay que tomarlo como un determinante más de la situación epidemiológica de cada país. Atribuir que grupos migrantes están llevando el virus por el mundo no corresponde a la realidad. Esta es una pandemia que se está produciendo a nivel mundial, de manera que no es correcto pensar que en las poblaciones migrantes el VIH se da de una manera “especial”. Esta es una infección producida por un virus que puede afectar a cualquiera, sea inmigrante o no.

El ministro Santelices también afirmó que el uso de la pastilla del día después es otro de los factores que explican el aumento del VIH en Chile. ¿Qué le parece esta declaración? ¿Hay alguna forma de vincular el uso de la pastilla con el aumento de casos?

Me parece por lo menos curiosa. Si uno mira el caso de la epidemia en Chile, esta se encuentra más concentrada en hombres, especialmente en hombres que tienen sexo con hombres. Entonces, al asociarlo con el uso de la pastilla del día después, que es una pastilla que usan las mujeres, pues no se advierte por donde podría existir la relación de una cosa con otra.

Por otro lado, me parece sumamente negativo que se vincule una política de salud pública que ha sido muy eficaz, como es la píldora del día después, con el aumento del VIH. Esta vinculación negativa incluso podría llevar a que las mujeres dejen de usarla, a pesar de los buenos resultados que ha obtenido.

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La doctora Cecilia Sepúlveda asegura que “estar apuntando a inmigrantes a lo único que contribuye es a desviar la atención de un problema que tenemos como país. Es como si quisieran colocarlo como un tema que no fuera nuestro, como si fuera solo de ellos”.

Las debilidades de Chile ante el virus

Tanto el condón como el VIH en sí mismo ya no son el tema tabú que fueron en décadas anteriores. No obstante, hemos visto como desde 2010 las cifras de casos positivos se han disparado. ¿A qué se debe este fenómeno, que a primera vista uno podría pensar cómo contradictorio?

Pese a que hablamos más de VIH y condón, es claro que, por ejemplo, no se han tomado las medidas realmente necesarias y efectivas para fomentar el uso del condón, especialmente entre los adolescentes. Una cosa es hablar del tema y la otra es empoderar a la población para que puedan protegerse del virus y de otras infecciones de transmisión sexual. En eso hemos estado fallando de forma continua. En el fondo, esto se debe a que aún carecemos de una educación integral en sexualidad.

En nuestro país, sectores conservadores se opusieron durante mucho tiempo a difundir el uso del condón y a las clases de educación sexual. ¿Qué tanto cree que interviene este hecho en la expansión que ha tenido el virus en los últimos años?

Creo que ha sido un factor muy importante. Es evidente que carecemos de una educación integral en sexualidad. Lamentablemente nuestra realidad muestra que esta situación se ha mantenido así durante décadas. La educación sexual ha estado permanentemente tensionada por un debate político-ideológico que debemos superar de manera urgente. Solo de así podremos evitar mayores perjuicios a la salud pública.

¿Qué es lo que le falta a la actual discusión sobre el VIH en nuestro país para que pueda generar protocolos y mensajes que por fin reviertan el aumento de las cifras?

La base de todo es la educación en sexualidad. Esta debe ser establecida en los planes de estudios, desde la educación parvularia hasta la educación superior. Aunque, obviamente, debe ser entregada de forma concordante con las edades de los niveles educativos.

Por otro lado, debemos asegurarnos que todas las personas notificadas por VIH accedan al tratamiento ya que está comprobado que las personas en tratamiento no trasmiten el virus, y por tanto, eso contribuye a cortar la cadena de transmisión

Ahora, sobre las campañas masivas, por supuesto que tienen un rol, pero no podemos esperar que tengan un efecto permanente sobre todo si estas no son de buena factura, sino que han sido campañas que han atemorizado a la población, como la última campaña realizada por el ministerio de salud.

¿Cómo visualiza el panorama del VIH en nuestro país, teniendo en cuenta el nivel de la discusión y la efectividad de las medidas actuales?
Creo que no es claro el panorama. Es importante intensificar el uso del test rápido para identificar a las personas que han adquirido el virus, y en la medida que eso ocurra, se cortará la cadena de transmisión. No obstante, si no hacemos nada en términos de prevención primaria, es decir, antes de que se adquiera el virus, el panorama es aún menos claro.

Como ves, uno no puede hablar de una sola arista, sino que debe hablar de un conjunto completo.





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