"Las elites deben escuchar a las personas y sus demandas": las conclusiones del informe PNUD "¿Por qué nos cuesta cambiar?"

En el texto se destaca que "el 67% de las personas considera que los mayores obstáculos" para avanzar en modificaciones "están en los liderazgos políticos". A la ceremonia de presentación asistió el Presidente Gabriel Boric.

En el texto se destaca que "el 67% de las personas considera que los mayores obstáculos" para avanzar en modificaciones "están en los liderazgos políticos". A la ceremonia de presentación asistió el Presidente Gabriel Boric.

A diez años de su última edición y en una actividad organizada en el GAM, el Presidente Gabriel Boric recibió el Informe de Desarrollo Humano 2024, por parte de Georgiana Braga, representante del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Chile.

Se trata de un documento titulado “¿Por qué nos cuesta cambiar?“, que cuenta con más de 300 páginas, con cuatro ejes principales, entre los que se plantea una paradoja en nuestro país. Si bien desde Naciones Unidas destacan indicadores de logro en desarrollo humano durante los últimos años, tales como la reducción de la pobreza, el aumento en la esperanza de vida y la innovación en la infraestructura de transporte, recalcan que el gran problema son las dificultades para implementar cambios a las demandas de la ciudadanía.

El informe plantea que “esta dificultad se debe a las insuficientes capacidades de la sociedad chilena para conducir los cambios. La atribuye a una relación disfuncional entre ciudadanía, elites y movimientos sociales, pero también inciden en ella las personas, el sistema político y el debate público”.

Sobre este aspecto se refirió la representante de PNUD, Georgiana Braga: “La sociedad chilena ha cambiado intensamente. El país exhibe logros realmente destacables en desarrollo humano, reconocidos a nivel mundial”.

“Chile llegó a un desarrollo humano muy alto, la paradoja es que al mismo tiempo Chile está experimentando profundas dificultades para cambiar, por ejemplo, los excesivos intentos por reformar el sistema de pensiones, para resolver los problemas del área de salud o hacer los cambios constitucionales“, apuntó.

Como un gran factor para la dificultad de cambio se menciona la desconfianza de la ciudadanía en los referentes públicos. De hecho, “el 67% de las personas considera que los mayores obstáculos están en los liderazgos políticos”. 

Esto porque creen que priorizan sus intereses personales (23%), cuentan con poca experiencia (20%), no conocen los problemas de la gente (20%), que privilegian sus ideologías políticas (19%) y que no tienen voluntad para llegar a acuerdos (14%).

Pero no todo es negativo, puesto que también se recalca que existe una ventana de oportunidad, dado a ciertos elementos presentes en la sociedad, como la continua adhesión a la democracia, la alta intolerancia hacia las desigualdades y el deseo de cambio: “el 88% de las personas quiere que las cosas cambien en el país”.

Sin embargo, un 57% de las personas prefiere modificaciones con gradualidad, tal como quedó demostrado en los dos recientes fallidos procesos constitucionales.

Bajo este indicador es que el Presidente Gabriel Boric realizó una reflexión cruzada por la contingencia nacional. En una entrevista improvisada, el Mandatario dijo que “la gradualidad no significa dilatar“, apuntando, por ejemplo, al lento avance de la reforma de pensiones.

“Y yo veo muchas veces en política un ánimo de dilación. Todo problema que se patea pa’ adelante termina siendo más difícil de abordar y sus costos son mucho mayores”, afirmó.

Además, admitió que esta “gradualidad” para la nueva generación frenteamplista, que llegó a la política y luego asumió el poder en La Moneda, “nos resultó complejo el salto de la política movimental”.

¿Qué hace falta para avanzar en mayores cambios? Desde el PNUD apuntaron a condiciones como reparar la relación entre las élites y la ciudadanía.

“Para esto las elites deben escuchar a las personas y sus demandas, y reconocer sus matices y ambivalencias. A su vez la ciudadanía debe aprender que los cambios implican costos y esperas, y que el éxito de los proyectos individuales no depende sólo del esfuerzo individual sino también de las oportunidades que cada sociedad provee”, señalaron.

En esa línea, indicaron que “también es necesario reconstruir la confianza en las instituciones mediante resultados concretos en derechos y protección social, promover acuerdos pragmáticos entre las elites, y evitar la polarización del debate público”.

Cabe destacar que a la ceremonia estaba invitada la expresidenta Michelle Bachelet, en su calidad de ex comisionada de Derechos Humanos para las Naciones Unidas; sin embargo, no asistió.





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