Juicio a la TV: “Las sanciones del CNTV nunca le han importado a los canales”
A propósito de la cobertura de distintos hechos y la necesidad de alcanzar audiencias, las transgresiones a la ética periodística y la vulneración de la dignidad de los afectados se han vuelto comunes. Desde distintos sectores aseguran que las sanciones del CNTV no son suficientes, además del peligro que representa la asociación entre las líneas editoriales y los intereses económicos e ideológicos.
Martes 6 de mayo 2014 19:04 hrs.
El reciente suicidio de un hombre en el edificio Costanera Center, imágenes luego emitidas por Chilevisión, se suman a los montajes del programa En su propia trampa de Canal 13, como también a las estrategias comunicacionales de TVN para conseguir el llanto de una niña damnificada por el incendio de Valparaíso.
Son este tipo de situaciones las que han llevado al Consejo Nacional de Televisión (CNTV) a sancionar a los canales por vulnerar la dignidad de las personas. Lo más reciente, la formulación de cargos que hará contra Mega, por “los sarcásticos comentarios” e “injustificada subestimación de sus capacidades personales” respecto del periodista Javier Candia, asesor de la diputada Camila Vallejo.
Distintos expertos plantean que se trata de una televisión que se rige por leyes del mercado y el rating, y no por la calidad y ética del contenido, con bloques de noticias que recurren a la espectacularidad y el sensacionalismo, así como a un relato narrativo dramático.
La directora del Observatorio Fucatel, Manuela Gumucio, si bien reconoce que la gente toma conciencia sobre sus derechos frente a los medios de comunicación, la debilidad de la legislación sigue siendo tarea pendiente.
“Las sanciones que da el Consejo Nacional de Televisión no son muy importantes. Nunca le han importado mucho a los canales, porque no son monetariamente muy fuertes. Hay temas éticos que están sancionados, como que no se pueden mostrar cadáveres en la televisión, eso está dentro de los códigos de ética. En el fondo, lo que existe es un atentado a la dignidad de las personas”, critica.
Su preocupación también apunta a que “se repite tanto un video, por ejemplo, que efectivamente es a partir de ese exceso de repetición que esa noticia, ese suicidio, toma un rol demasiado importante en el conjunto de la agenda noticiosa. Y eso es grave”.
En consecuencia, existe una necesidad de discutir y redefinir el rol de la televisión, donde el CNTV se desempeñe como un ente regulador de los contenidos.
Así lo plantea Pedro Santander, director del Observatorio de Comunicación y Medios de la Universidad Católica de Valparaíso, para quien siempre está el peligro de que los canales argumenten que “lo que entregan es lo que las personas quieren ver”.
En ese sentido, se detiene en una particular relación, donde “lo que se ha apoderado de las líneas editoriales o de la dirección de los canales, más que la política, son los intereses económicos. El mundo financiero ya ingresó a la televisión abierta chilena, tanto por intereses comerciales, como políticos e ideológicos”.
Además, destaca la situación de Televisión Nacional, afirmando que “sería el caso más político, donde de todas maneras existe una preocupación por mantener al canal dentro de una lógica comercial, al exigirle que se autofinancie y establecer una relación que podríamos definir como media castrada con su dueño, que es el Estado”.
Una idea para corregir las transgresiones en pantalla consiste en establecer límites al momento de otorgar concesiones de radio y televisión, tal como ocurre en otros países, donde se define en el contrato el cumplimiento de una serie de estándares de desempeño.
La propuesta es de Sergio Godoy, académico de la Universidad Católica, quien además reconoce que la fiscalización resulta incómoda, así como la aplicación del derecho a réplica, que los canales tampoco aplican.
Según el académico, “en lo que podría trabajarse es en lo que tiene que ver con la dignidad de las personas. Sin embargo, el marco regulatorio que existe es poco adecuado para estas cosas. Lo que tenemos en nuestro ordenamiento vigente es el artículo uno de la Ley del Consejo de Televisión que habla del correcto funcionamiento, que es este listado de principios de buena crianza, los que se han ido añadiendo históricamente, según las sensibilidades políticas del momento”, agregando que “la manera de irse a lo fácil es un problema de las empresas llamadas canales de televisión”.
Cabe destacar que, por ejemplo, el CNTV sancionó a Canal 13 y Chilevisión con algo más de ocho millones de pesos, por vulnerar la dignidad de menores de edad supuestamente abusados, como parte de los bloques de noticias emitidos el 29 de noviembre de 2013.
El reciente suicidio de un hombre en el edificio Costanera Center, imágenes luego emitidas por Chilevisión, se suman a los montajes del programa En su propia trampa de Canal 13, como también a las estrategias comunicacionales de TVN para conseguir el llanto de una niña damnificada por el incendio de Valparaíso.
Son este tipo de situaciones las que han llevado al Consejo Nacional de Televisión (CNTV) a sancionar a los canales por vulnerar la dignidad de las personas. Lo más reciente, la formulación de cargos que hará contra Mega, por “los sarcásticos comentarios” e “injustificada subestimación de sus capacidades personales” respecto del periodista Javier Candia, asesor de la diputada Camila Vallejo.
Distintos expertos plantean que se trata de una televisión que se rige por leyes del mercado y el rating, y no por la calidad y ética del contenido, con bloques de noticias que recurren a la espectacularidad y el sensacionalismo, así como a un relato narrativo dramático.
La directora del Observatorio Fucatel, Manuela Gumucio, si bien reconoce que la gente toma conciencia sobre sus derechos frente a los medios de comunicación, la debilidad de la legislación sigue siendo tarea pendiente.
“Las sanciones que da el Consejo Nacional de Televisión no son muy importantes. Nunca le han importado mucho a los canales, porque no son monetariamente muy fuertes. Hay temas éticos que están sancionados, como que no se pueden mostrar cadáveres en la televisión, eso está dentro de los códigos de ética. En el fondo, lo que existe es un atentado a la dignidad de las personas”, critica.
Su preocupación también apunta a que “se repite tanto un video, por ejemplo, que efectivamente es a partir de ese exceso de repetición que esa noticia, ese suicidio, toma un rol demasiado importante en el conjunto de la agenda noticiosa. Y eso es grave”.
En consecuencia, existe una necesidad de discutir y redefinir el rol de la televisión, donde el CNTV se desempeñe como un ente regulador de los contenidos.
Así lo plantea Pedro Santander, director del Observatorio de Comunicación y Medios de la Universidad Católica de Valparaíso, para quien siempre está el peligro de que los canales argumenten que “lo que entregan es lo que las personas quieren ver”.
En ese sentido, se detiene en una particular relación, donde “lo que se ha apoderado de las líneas editoriales o de la dirección de los canales, más que la política, son los intereses económicos. El mundo financiero ya ingresó a la televisión abierta chilena, tanto por intereses comerciales, como políticos e ideológicos”.
Además, destaca la situación de Televisión Nacional, afirmando que “sería el caso más político, donde de todas maneras existe una preocupación por mantener al canal dentro de una lógica comercial, al exigirle que se autofinancie y establecer una relación que podríamos definir como media castrada con su dueño, que es el Estado”.
Una idea para corregir las transgresiones en pantalla consiste en establecer límites al momento de otorgar concesiones de radio y televisión, tal como ocurre en otros países, donde se define en el contrato el cumplimiento de una serie de estándares de desempeño.
La propuesta es de Sergio Godoy, académico de la Universidad Católica, quien además reconoce que la fiscalización resulta incómoda, así como la aplicación del derecho a réplica, que los canales tampoco aplican.
Según el académico, “en lo que podría trabajarse es en lo que tiene que ver con la dignidad de las personas. Sin embargo, el marco regulatorio que existe es poco adecuado para estas cosas. Lo que tenemos en nuestro ordenamiento vigente es el artículo uno de la Ley del Consejo de Televisión que habla del correcto funcionamiento, que es este listado de principios de buena crianza, los que se han ido añadiendo históricamente, según las sensibilidades políticas del momento”, agregando que “la manera de irse a lo fácil es un problema de las empresas llamadas canales de televisión”.
Cabe destacar que, por ejemplo, el CNTV sancionó a Canal 13 y Chilevisión con algo más de ocho millones de pesos, por vulnerar la dignidad de menores de edad supuestamente abusados, como parte de los bloques de noticias emitidos el 29 de noviembre de 2013.
El reciente suicidio de un hombre en el edificio Costanera Center, imágenes luego emitidas por Chilevisión, se suman a los montajes del programa En su propia trampa de Canal 13, como también a las estrategias comunicacionales de TVN para conseguir el llanto de una niña damnificada por el incendio de Valparaíso.
Son este tipo de situaciones las que han llevado al Consejo Nacional de Televisión (CNTV) a sancionar a los canales por vulnerar la dignidad de las personas. Lo más reciente, la formulación de cargos que hará contra Mega, por “los sarcásticos comentarios” e “injustificada subestimación de sus capacidades personales” respecto del periodista Javier Candia, asesor de la diputada Camila Vallejo.
Distintos expertos plantean que se trata de una televisión que se rige por leyes del mercado y el rating, y no por la calidad y ética del contenido, con bloques de noticias que recurren a la espectacularidad y el sensacionalismo, así como a un relato narrativo dramático.
La directora del Observatorio Fucatel, Manuela Gumucio, si bien reconoce que la gente toma conciencia sobre sus derechos frente a los medios de comunicación, la debilidad de la legislación sigue siendo tarea pendiente.
“Las sanciones que da el Consejo Nacional de Televisión no son muy importantes. Nunca le han importado mucho a los canales, porque no son monetariamente muy fuertes. Hay temas éticos que están sancionados, como que no se pueden mostrar cadáveres en la televisión, eso está dentro de los códigos de ética. En el fondo, lo que existe es un atentado a la dignidad de las personas”, critica.
Su preocupación también apunta a que “se repite tanto un video, por ejemplo, que efectivamente es a partir de ese exceso de repetición que esa noticia, ese suicidio, toma un rol demasiado importante en el conjunto de la agenda noticiosa. Y eso es grave”.
En consecuencia, existe una necesidad de discutir y redefinir el rol de la televisión, donde el CNTV se desempeñe como un ente regulador de los contenidos.
Así lo plantea Pedro Santander, director del Observatorio de Comunicación y Medios de la Universidad Católica de Valparaíso, para quien siempre está el peligro de que los canales argumenten que “lo que entregan es lo que las personas quieren ver”.
En ese sentido, se detiene en una particular relación, donde “lo que se ha apoderado de las líneas editoriales o de la dirección de los canales, más que la política, son los intereses económicos. El mundo financiero ya ingresó a la televisión abierta chilena, tanto por intereses comerciales, como políticos e ideológicos”.
Además, destaca la situación de Televisión Nacional, afirmando que “sería el caso más político, donde de todas maneras existe una preocupación por mantener al canal dentro de una lógica comercial, al exigirle que se autofinancie y establecer una relación que podríamos definir como media castrada con su dueño, que es el Estado”.
Una idea para corregir las transgresiones en pantalla consiste en establecer límites al momento de otorgar concesiones de radio y televisión, tal como ocurre en otros países, donde se define en el contrato el cumplimiento de una serie de estándares de desempeño.
La propuesta es de Sergio Godoy, académico de la Universidad Católica, quien además reconoce que la fiscalización resulta incómoda, así como la aplicación del derecho a réplica, que los canales tampoco aplican.
Según el académico, “en lo que podría trabajarse es en lo que tiene que ver con la dignidad de las personas. Sin embargo, el marco regulatorio que existe es poco adecuado para estas cosas. Lo que tenemos en nuestro ordenamiento vigente es el artículo uno de la Ley del Consejo de Televisión que habla del correcto funcionamiento, que es este listado de principios de buena crianza, los que se han ido añadiendo históricamente, según las sensibilidades políticas del momento”, agregando que “la manera de irse a lo fácil es un problema de las empresas llamadas canales de televisión”.
Cabe destacar que, por ejemplo, el CNTV sancionó a Canal 13 y Chilevisión con algo más de ocho millones de pesos, por vulnerar la dignidad de menores de edad supuestamente abusados, como parte de los bloques de noticias emitidos el 29 de noviembre de 2013.
Síguenos en 
