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Año XVI, 29 de junio de 2024


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Claudio Alvarado Lincopi: “No hay avances en torno a una reconfiguración del Estado y su relación con los pueblos indígenas”

El historiador e investigador señaló que "sería muy relevante" que el Gobierno avance en algunas materias como el reconocimiento constitucional.

Fernanda Araneda

  Jueves 20 de junio 2024 11:29 hrs. 
El historiador Claudio Alvarado Lincopi.El historiador Claudio Alvarado Lincopi.

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Este jueves 20 de junio se conmemora en nuestro país el día de los pueblos indígenas, instancia que sirve para reflexionar respecto de distintos temas que tienen que ver con nuestros pueblos originarios y la relación que existe con el Estado chileno.

Para abordar estos temas conversamos con el licenciado en Historia con mención en Estudios Culturales de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Claudio Alvarado Lincopi, quien dio su punto de vista respecto de los diferentes debates que actualmente están abiertos respecto de este tema.

¿Cuál es la situación actual de la relación entre el Estado y los pueblos originarios en este momento?

Yo diría que desafortunadamente no ha habido muchos avances durante el último tiempo en relación con el Estado. Una reconfiguración de la institucionalidad estatal para vincularse con los pueblos indígenas no ha habido, no ha existido un procedimiento de envergadura en ese sentido. En definitiva, el Gobierno ha desarrollado algún tipo de agenda, estoy pensando en el Plan Buen Vivir y en esta Comisión de Paz y Entendimiento que se ha desarrollado durante el segundo semestre. Conoceremos el resultado de esto y en donde la noción de reparación, hasta donde entiendo, está apareciendo con mucha fuerza.

Ahí hay un gesto importante del Gobierno o algunas consultas indígenas que se desarrollaron durante esta administración, particularmente estoy pensando en la consulta indígena para una nueva ley de patrimonio en donde se logró llegar a acuerdo con las organizaciones en algunas materias vinculadas con temas patrimoniales y culturales que son elementos muy importantes en las configuraciones sociales. Ahí hay gestos desde el Gobierno, pero ahora, en términos de una reconfiguración estatal, no ha habido avances. Hasta ahora no hay reconocimiento constitucional, los pueblos indígenas no están reconocidos constitucionalmente al interior de la estructura política común, por lo tanto, ni siquiera ese avance ha existido. Mucho menos un tratamiento en torno a participación política al interior de la institucionalidad del Estado, escaños en el parlamento, en fin. Nada de eso ha existido. Mayores niveles de participación y autonomía de los pueblos indígenas, todo eso ha quedado completamente borrado al interior del debate en torno a la institucionalidad del Estado. En ese sentido diferenciaría. Hay intentos de avance de lo que ha hecho el Gobierno, pero muy poco en torno a la reconfiguración del Estado y su reconfiguración con los pueblos indígenas.

Las diputadas Nuyado y Ericka Ñanco reclamaban porque no hubo mención a los pueblos originarios en la cuenta pública.

Claro, no hubo mención, fue una mención muy escueta realmente en torno a la Comisión, esta Comisión de Entendimiento, que ha sido un proceso súper interesante de todas maneras, un proceso bien amplio que ha intentado escuchar a muchas voces en torno al tema mapuche. Ahí hay un debate muy interesante, muy fundamental para el pueblo mapuche que tiene que ver con recuperaciones de tierra y, por lo tanto, hay un mundo escuchando lo que va a decir esa comisión, particularmente en torno al tema de tierra.

Ahora, es cierto lo que dicen las diputadas, tiene que ver básicamente con esto. No hay un intento por reflexionar qué significa que los pueblos indígenas configuren la institucionalidad común, la comunidad política colectiva. No hay gestos grandes en torno a eso. No hay reconocimiento constitucional, no hay una reflexión en torno a un posible Ministerio Indígena, no hay apertura de participación democrática. Todo eso ha quedado completamente borrado de la agenda contingente y a buena hora las diputadas están señalando estos temas.

Este Gobierno puede avanzar en algunas de estas materias, estoy pensando particularmente en reconocimiento constitucional, sería muy relevante avanzar en esto, porque es importante reconocer que al interior de la comunidad política existen pueblos indígenas y eso debería estar reconocido constitucionalmente porque al mismo tiempo otorga derechos, pero también le da riqueza cultural, política, social, a la sociedad chilena en su conjunto.

Otro tema tiene que ver con el estado de excepción, se ha seguido respondiendo de esa manera a la violencia en La Araucanía. ¿Cómo ves eso? En el fondo esto se ha extendido por meses y meses y parece que no tiene fin.

Probablemente esta es la parte que más genera decepción al interior de las configuraciones políticas mapuche en particular. Es decir, el Gobierno ha mantenido el estado de excepción replicando una fórmula que a todas luces no presenta soluciones de largo plazo. Hace décadas el mundo mapuche está diciendo que es imposible solucionar la relación entre el Estado y el pueblo mapuche desde el garrote y es importante avanzar en soluciones políticas profundas y para ello un estado de excepción cierra todo campo de posibilidades en torno a estas materias. Por supuesto que es el elemento más decepcionante de la actual gestión y es un elemento que hay que decirlo, no es factible seguir con un estado de excepción hasta el final del Gobierno. Sería un gesto lamentable para la historia del progresismo y las izquierdas en Chile y sí, es preocupante.

Aún así, es necesario avanzar en soluciones políticas, hay que seguir insistiendo en esta dimensión porque vamos a vivir juntos permanentemente. Una sociedad chilena y una sociedad indígena, la sociedad mapuche en particular, vamos a seguir viviendo juntos y hay que buscar las mejores fórmulas democráticas para reelaborar esa relación.

Tú mencionabas el tema de la Comisión por la Paz y el Entendimiento. ¿Crees que eso va a ayudar a que estos dos mundos puedan ir dialogando?

Todo ayuda. Creo que hay que avanzar. Difícilmente la Comisión va a ser un punto final a algo, eso está descartado completamente. La Comisión no va a cerrar el problema de la tierra, por supuesto que no. La Comisión no va a terminar con las tensiones políticas entre la institucionalidad del Estado y los pueblos indígenas, no lo va hacer. Pensar eso es colocar las expectativas muy altas. Yo creo que eso no va a ocurrir, pero por supuesto que hay que ir avanzando y consolidando posibilidades. En ese sentido que una Comisión de este tipo, tenga la factibilidad luego y eso es lo más importante, de comprar tierra para las comunidades y ejecutar procedimientos de reparación frente a lo que significaron los procedimientos de despojo y ocupación territorial en la segunda mitad del siglo XIX por el Estado de Chile al territorio mapuche, eso es una herida que hay que reparar y si esta Comisión puede avanzar en algo en torno a eso a buena hora, pero por supuesto no va a ser un punto final.

Como decías, se dejó fuera del debate político todo lo que tiene que ver con la participación política de los pueblos originarios. ¿Por qué pasó? ¿Se borró del mapa con el tema del rechazo a la propuesta constitucional, qué otras razones ves tú?

Yo creo que es eso fundamentalmente. Lo que significó el rechazo para la composición política, intelectual, ideológica del Frente Amplio, de lo que fue Apruebo Dignidad, golpeó fuertemente y hay un desplome de algunas ideas fundamentales que lo llevaron al Gobierno. Ahí hay una falta de visión, es importante que los sectores políticos construyan con las fuerzas sociales que le permitieron llegar al Gobierno, pero bueno, la coyuntura política del rechazo nos afectó a todos, no solamente a las fuerzas políticas que están gobernando, sino implicó un retroceso en muchos debates de la vida pública y lo que estamos intentando muchos y muchas es reinterpretar, reconfigurar el lenguaje para reinstalar estos temas en el debate público y seguir avanzando en conquistas de derechos y en conquistas democráticas también. Hay que pensar que el tema de los pueblos indígenas no es solamente algo para los pueblos indígenas, sino que democratiza el país, lo pluraliza, transforma a Chile en algo más heterogéneo y más vivo que finalmente es la carne de su vida. Chile es un país profundamente heterogéneo, muy rico, muy vivo y los pueblos indígenas somos parte fundamental de esa riqueza. Pero esa riqueza no implica solamente un reconocimiento cultural, folclórico, debe ser un reconocimiento político, territorial y hay que seguir avanzando en esas materias porque si no, es solamente multiculturalismo, pintar de múltiples colores la democracia. Lo que hay que hacer es democratizar efectivamente el Estado desde múltiples lugares, entre ellos también la riqueza que traen los pueblos indígenas.

¿Qué consideras tú que es relevante destacar respecto de la fecha que se conmemora hoy?

Yo creo que el We Tripantu en particular es una oportunidad no solamente para que los pueblos indígenas tengan un momento de reconocimiento de sus profundas ontologías, que hablan precisamente de una relación distinta con la naturaleza, con el cosmos, instalados y situados en el sur del mundo. Ese punto de vista debería ser habitado por todos y todas. La chilenidad debería comprometerse también con estas ciclicidades de la naturaleza, del tiempo, del espacio, porque lo vemos, es cosa de que cada uno y que cada una de nosotras pueda salir un momento hacia la calle y mirar la cordillera y ver lo nevada que está para darse cuenta que estamos en un momento específico del año, de los ciclos propios de esta parte de la tierra y creo que a buena hora sería que la chilenidad también se comprometiera con esa posibilidad. No es algo únicamente de los indígenas, debería ser todos y todas porque lo habitamos, es cosa de comprometerse con eso y creo que eso es un elemento muy importante a traer.

¿Cómo hacemos para no folclorizar únicamente este día, si no para politizarlo en el sentido más amplio de la palabra? No solamente politizarlo para hablar de política contingente por supuesto, sino también para repolitizar nuestra vida sobre la base de otro tipo de relaciones humanas factibles de desarrollar desde las ontologías de los pueblos indígenas que habitan nuestros territorios. Un llamado más bien a intentar comprometerse con esos ciclos también. Ahí hay un elemento que puede ser muy importante para la reconfiguración del pensamiento en Chile y a buena hora sería esa reconfiguración.

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