Este miércoles se confirmó que el cien por ciento de las acciones de TV Chilevisión, que pertenecían al Presidente Sebastián Piñera, pasarán a manos de la multinacional de telecomunicaciones Time Warner. De esta forma, se concreta una de las promesas de campaña del mandatario, cinco meses después de que asumiera su cargo.

Turner Broadcasting System Inc., matriz que se hará cargo de la gestión del canal, es parte de uno de los conglomerados más importantes a nivel mundial en el área de las comunicaciones. Entre sus propiedades se cuentan las cadenas CNN, TNT y HBO y las revistas People, Fortune y Time, entre otros negocios.

Con esta transacción Chilevisión pasa a formar parte de los canales de televisión controlados por capitales foráneos, al igual que La Red, propiedad del mexicano Ángel González.  Una realidad que es común en las radios, donde el grupo español Prisa maneja once de las emisoras más escuchadas en el dial.

En una declaración pública, el brazo de inversiones de Sebastián Piñera, Bancard, agradeció el trabajo y colaboración de “las personas que forman parte de Chilevisión” en los últimos años. Mientras, en otro comunicado, Time Warner aclaró que el equipo gerencial de CHV se mantendrá en su cargo para manejar el canal.  Si bien la ley obliga a estas empresas a mantener una plana directiva conformada por ciudadanos chilenos, eso no asegura un real control sobre los mensajes que se entreguen a la ciudadanía.

Esta operación, que se suma a la llegada del grupo Luksic a Canal 13, consolida una industria televisiva dividida entre empresas, grupos económicos extranjeros y TV pública, dejando en un último plano a las universidades, quienes en un principio fueron encargadas por el Estado para administrar este importante bien público.

En este contexto, el sociólogo Felipe Portales, comentó que el traspaso de CHV a Time Warner vendría a confirmar un preocupante escenario, marcado por un modelo de televisión comercial, poco pluralista y controlada por grupos conservadores.

“Podría pensarse que (la compra de CHV por Time Warner) agrava más la situación, pero no de una manera importante”, apunta Portales,  dando cuenta que más allá de la nacionalidad de los dueños, “el problema que tiene la sociedad chilena es que no tiene acceso a una información plural, veraz y a las distintas opiniones que existen en la sociedad chilena, porque los canales de televisión están controlados por grupos económicos o entidades conservadoras”.

En la misma línea, la coordinadora del Programa de Libertad de Expresión del Instituto de Comunicación e Imagen de la U. de Chile, la periodista Claudia Lagos, aseveró que “tal vez lo que llama más la atención es la magnitud del actor que entra en esta ocasión y en la coyuntura de la discusión sobre la ley de televisión digital, es donde se hacen más desafiantes los cambios que se han advertido en  el último tiempo. Por eso el panorama sigue siendo oscuro”.

En tanto, la presidenta del sindicato de Trabajadores de Chilevisión, Mary Toro, dijo que los operarios de la televisora ven con cautela el cambio de propiedad y señaló que espera que los nuevos controladores respeten los acuerdos laborales pactados en la última negociación colectiva:  “Aquí hay un contrato colectivo que es sagrado y que se respeta. La negociación colectiva es intocable, viene en agosto del próximo año y se va a hacer tal como se ha hecho desde que hay sindicato en este canal”, expresó la dirigente.

¿Y las pequeñas?

Time Warner es una de las  más grandes empresas de medios y por ello también tiene las redes necesarias para quedarse con una parte importante de la torta publicitaria.

Por eso, la llegada de los nuevos dueños de CHV, sumado a los cambios en Canal 13 cuyos nuevos dueños también controlan importantes empresas como CCU o el Banco de Chile , hizo que las estaciones televisivas regionales advirtieran sobre un eventual aumento de la “competencia desleal”, cuya existencia ya acusan actualmente.

El presidente de la Asociación Regional de Canales de Televisión de Señal Abierta de Chile (Arcatel), Lorenzo Marusic, expresó que el mercado “ha sido atractivo para los grandes conglomerados o empresas que tienen un gran capital. Pero eso no significa que estén buscando una rentabilidad económica, sino que buscan tener poder a través de un medio de comunicación”.

Además, Marusic adelantó sobre una posible concentración de medios regionales en el futuro. “En algún momento, cuando ya no tengan posibilidades de adquirir canales nacionales, pueden interesarse en algunos de estos canales más pequeños, e ir juntándolos a través de las diferentes regiones”, dijo.

Fuentes de la industria aclaran que la venta se materializará una vez que la Fiscalía Nacional Económica autorice la promesa de compra y venta. También se espera que las autoridades de la Universidad de Chile, que es dueña de la señal donde canal once trasmite sus contenidos, den su parecer sobre la adquisición de los derechos de explotación de la frecuencia de espectro, los cuales pueden renovarse con un acuerdo de las partes y con la venía del Consejo Nacional de Televisión el año 2018.