En el fondo, sentado en uno de los banquillos de la celda está Yayo cuando, de pronto, entra un obrero de la construcción detenido por sospecha. Este último no tenía claro su paradero y menos qué ocurriría con él ahora que estaba encerrado.
Entre la molestia y la incertidumbre estos dos hombres comienzan un diálogo donde dan a conocer sus diferencias y afinidades, hasta que llega otro preso a completar el grupo que convertirá este calabozo en un hogar.
La obra se llama “Por sospecha” y fue escrita por el reconocido dramaturgo y librero Luis Rivano (El rucio de los cuchillos). Su estreno ocurrió en 1979, en momentos en los que la puesta en escena “no le cayó bien ni a la derecha ni la izquierda, a pesar que fue reconocida como la mejor creación por el círculo de expertos de la época”, dice el escritor a Radio Universidad de Chile.
“Creo que la obra representa algo mucho más universal que una dictadura, por eso la vez que se hizo algunas personas creyeron que era una crítica a los militares; y por otro, como no tiene el panfleto político, los de izquierda pensaron que el montaje no era contingente al momento. Por eso nos fue pésimo económicamente”, reconoce sonriendo.
Sin embargo, al término de la dictadura el montaje adquirió otra impronta y el público lo aplaudió por su certera crítica a la violencia de Estado, lo mismo que ocurre desde el 8 de mayo de este año, con el reestrenó de la obra en el Teatro Nacional Chileno.
“Lo que pasa es que ahora en democracia se siente con más crudeza, se siente más la crítica social y curiosamente se ve mucho mejor que en su momento porque habla de la violencia, ya sea en democracia o en dictadura”, estimó el autor, quien describió la obra como “una metáfora del mundo real, del mundo de los años ’50”.
“A través del conflicto se empieza a desarrollar la personalidad de estos personajes, lo que se vuelve a complicar cuando entra este tercero, cuando se generan varias miradas sobre el mismo tema, van conversando, se van haciendo amigos, se separan, se produce toda una situación de vida y experiencia hasta tal punto que este calabozo con estas personas pasa a ser una metáfora del mundo real”, explicó el dramaturgo.
Opinión compartida por el director de “Por sospecha”, Carlos Huaico, quien señaló que quisieron hacer la puesta en escena tal cual como la redactó Rivano, con el objetivo de rescatar el teatro popular chileno. “La opción que tomamos fue recorrer el camino propuesto, lo que significa que tratamos de dar con las emociones precisas, con los silencios, los espacios, lo lúdico, incluso la música, y la acción principal fue tratar de descubrir y develar estos personajes que están en la obra”.
Rescate histórico
Ambos artistas fueron reunidos por el equipo de producción del Teatro Nacional Chileno con el objetivo de montar “y rescatar el valor histórico popular” de la puesta en escena, destacó Huaico.
Situación que agradeció Rivano, pues manifiestó que “lo popular es cuando pones al hombre, a la mujer, al cabro chico y al jardinero, y todos entienden la obra perfectamente. Por eso estoy contento con este reconocimiento, porque es una obra que puede ser vista por cualquier persona con las diferentes miradas que cada uno le da a una obra artística”.
A través del lenguaje coloquial “el público logra viajar del humor a la nostalgia, y de la nostalgia a la tristeza, y eso se da porque nos conectamos con las emociones de las personas”, añadió el actual director, a lo que el dramaturgo agregó que “lo que pasa es que los reos condenados ya no tienen el mismo apuro, están entregados a lo que pasó, acá dos de ellos no saben lo que les espera, y es mucho mejor del punto de vista teatral”.
“Por sospecha” se presenta hasta el 28 de junio en Morandé 25. El valor de las entradas es de $7000 general y $3000 estudiantes y tercera edad.