El doctor Manuel Almeyda, uno de los destacados personeros históricos del Partido Socialista, cerca del final de su vida enarboló lo que él llamó “el derecho a una muerte digna”. Envió una carta al Colegio Médico pidiendo una comisión para poder proceder sobre su solicitud, la que no está incluida en la legislación chilena.
Algunos meses después, esta idea inspira a otros médicos socialistas que integran la comisión de Salud de ambas cámaras a abrir un debate sobre la eutanasia. Petición que se consolidará en un encuentro del PS en el mes de octubre.
En conversación con Radio Universidad de Chile, Manuel Monsalve (PS) profundizó sobre la propuesta. En la ocasión, el parlamentario explicó que el Partido está organizando conferencias regionales de salud, la que el 11 de octubre será nacional. En esa reunión debería salir lo que los socialistas plantean como el proyecto de salud partidario para los próximos años.
En esa línea, Monsalve aclaró que no es intención del partido poner el tema de la eutanasia en el programa de Gobierno de Michelle Bachelet, sino que responde al deber que tienen de “pensar más allá” y así ofrecer un nuevo proyecto de salud al país. Es así como rescatan las ideas del fallecido Manuel Almeyda.
¿Qué significa estar preparado para legislar en torno a la eutanasia?
Hay países que ya han legislado. En otros no se permite como tal, pero han bajado las penas y castigos para quienes colaboran con pacientes que están en estado terminal y han permitido que esos pacientes puedan acceder a la colaboración para terminar con su vida.
Ahora, digo que hay que ver si Chile está preparado, porque legislaciones de esta naturaleza -con fuertes componentes éticos, religiosos y morales- van abriéndose espacio en el debate y, lentamente, van generando consenso en las sociedades. Las sociedades van madurando, lo que hace posible legislar en temas que hace veinte años no podríamos haber hecho.
La idea del Partido Socialista es abrir un debate que permita llegar al fondo del problema. Hay que ponerse en la realidad de ese paciente. Estamos hablando de alguien con cáncer terminal, por ejemplo, alguien fuera de todo tratamiento médico, que va a morir igual. Un ser humano con un dolor intolerable que tampoco puede ser paliado por los tratamientos médicos.
A nivel internacional existen tratados que protegen la dignidad de la persona, no solo para morir sino también para vivir.
¿Cuáles son las diferencias, desde la concepción médica y también legal, entre no prolongar un tratamiento y ayudar a morir?
En el caso de la eutanasia se habla de pasiva y activa. En el caso de la pasiva significa que el paciente está en estado terminal, donde se evita que reciba tratamientos que prolonguen artificialmente su vida. En la práctica se evita que reciba tratamientos cuando ya está en fase terminal.
En el caso de la activa un médico o familiar puede administrar un medicamento que puede ser letal para acelerar la muerte del paciente.
¿Cómo se ha legislado en estos dos casos?
La eutanasia activa es algo que permite solo Holanda, Bélgica y Luxemburgo. Respecto de la eutanasia pasiva, está legislada en prácticamente todos los países del mundo.
En Chile hay una ley de derechos y deberes de las personas, que si leemos el artículo 16 –el primer inciso que hoy es ley de la República- ahí aparece que una persona que está en estado terminal tiene el derecho a negarse a recibir tratamiento que prolongue de manera artificial su vida. Es cierto que ese artículo suma una frase que explica que es en la medida que esta decisión no acelere el proceso de muerte. Pese a ello, ya hay un buen acercamiento a lo que es la eutanasia en Chile.
¿Resulta complejo establecer consensos al interior de la Nueva Mayoría sobre estos temas?
A los llamados temas valóricos, que van más allá de las posiciones ideológicas, nosotros hemos planteado que el debate abre consensos, porque visibiliza el tema, además, deja escuchar testimonios. En tercer lugar, permite abrir la escucha a los expertos desde el punto legal y médico, lo que permite que las personas vayan formándose un criterio, una opinión y que puedan persuadir respecto de un determinado tema.
Hay personas que critican el debate (argumentando que no contempla) el principio más importante que la Constitución resguarda –y que los socialistas validamos- que es el derecho a la vida. Ahora, voy a poner de ejemplo el caso de la UDI. Ellos, cada cierto tiempo, levantan la bandera de la pena de muerte y, por lo tanto, parece ser que la vida es importante solo en algunos casos y, en otros, se entregan instrumentos al Estado para matar.
A nosotros nos parece que esto es un debate legítimo, que no está en contra al derecho a la vida. El derecho a la vida no está en cuestión, sino al derecho a la muerte digna. En el caso chileno, muchas personas mueren de cáncer, entonces, es frecuente para las familias chilenas el tema y, por ello, bien merece ser debatido.