Uruguay se impuso por 3-0 frente a Rusia este lunes, en el Cosmos Arena de Samara, y se quedó con el primer puesto del Grupo A del Mundial 2018 gracias a los goles de Luis Suárez, Denis Cheryshev (en contra) y Edinson Cavani.
La Celeste resolvió el pleito en la primera parte, en la que consiguió la ventaja y durante la cual, además, quedó con un hombre más en cancha debido a la expulsión de Igor Smolnikov, quien vio la segunda amarilla a los 36′.
El primer tanto del partido llegó a los 10′, cuando luego de una infracción sobre Rodrigo Bentancur en la medialuna del área, Suárez venció a Akinfeev con un remate directo y por lo bajo a su palo.
A los 23′ y a la salida de un tiro de esquina, Laxalt probó desde afuera del área y un desvío en Denis Cheryshev (quien llegaba con 3 goles a este encuentro) acabó en el fondo de la red para el 2-0.
En el complemento, ya con Mario Fernandes, Kuzyayev y Smolov en cancha, Rusia mejoró su imagen a pesar de jugar con 10 y tuvo la chance del descuento en más de una oportunidad. Tabárez, por su parte, mandó a la cancha a De Arrascaeta y Cebolla Rodríguez, para darles descanso a Bentancur y Nández.
El conjunto sudamericano se aprovechó de un conjunto local jugado en ataque y pudo aumentar la ventaja sobre la hora, a los 90′, cuando Cavani llegó a su primer gol en el Mundial luego de tanto buscarlo. El delantero de PSG encontró un rebote de Akinfeev ante un cabezazo de Godín en un tiro de esquina y puso cifras definitivas al marcador.
Con 9 puntos sobre 9 posibles y la valla invicta, la Celeste tiene motivos de sobra para festejar. Ahora, espera en octavos de final por el segundo del Grupo B, que definen esta tarde España, Portugal e Irán. Rusia clasificó segundo y se la deberá jugar ante el primero de esa zona.
Pizzi tuvo un premio de consuelo ante Egipto
Arabia Saudita tuvo su premio al derrotar a Egipto por 2-1, en el partido entre selecciones eliminadas dentro del Grupo A. El tanto de Salem Al-Dawsari a los 94 minutos de juego justificó la superioridad exhibida por los asiáticos.
Pese a ya no tener aspiraciones en la competencia, los seleccionados de África y Asia se las ingeniaron para disputar un entretenido partido. Y el mismo comenzó con todo un detalle histórico: Essam El-Hadary, el arquero egipcio que tuvo la posibilidad de ser titular para este último cruce, se transformó -a sus 45 años- en el jugador más longevo en disputar un partido en un Mundial.
En lo futbolístico, la historia empezó favorable a los Faraones, a partir del despliegue de Mohamed Elneny y Trezeguet. A los 21 minutos, Abdalla El Said envió un pelotazo al vacío y Mohamed Salah estuvo rápido para ganarle a los defensores, hacer el control y definir por encima del portero Yasser Al Mosailem.
Un par de minutos después, Trezeguet habilitó al atacante de Liverpool y el mismo intentó un lujo: picó el balón y lo mandó desviado, al costado del poste izquierdo.
Los de Héctor Cúper pagarían su falta de definición, sobre todo porque la posesión se revirtió y fueron los de Juan Antonio Pizzi quienes crecieron sobre el césped del Volgogrado Arena.
Una mano de Ahmed Fathi en su área derivó en el penal a favor para que Fahad Al-Muwallad pudiera convertir, pero su derechazo cruzado agigantó la figura de El-Hadary, quien vivía un estreno de ensueño.
Sobre el límite de la primera parte, una acción controvertida: Wilmar Roldán decretó la pena máxima ante un leve agarrón de Ali Gabr sobre Al-Muwallad, quien exageró la caída. La jugada demandó varios minutos mientras recurrieron al VAR y el colombiano revisó la imagen en múltiples ocasiones. Finalmente lo convalidó y Salman Al-Faraj castigó de zurda para establecer la igualdad.
El segundo tiempo mantuvo la intensidad y el combinado saudí continuó con la tónica con la que había cerrado en la etapa inicial. Los asiáticos sacaron rédito de un rival apagado y sin iniciativa, por lo que generaron varias oportunidades, algunas de ellas en las que El-Hadary debió intervenir para evitar la caída.
Elneny, el hombre del Arsenal inglés, fue partícipe de una de las acciones de relativo riesgo de su equipo mediante un remate desde afuera del área, pero la pelota no encontró red.
El conjunto que había sido goleado 5-0 en su debut con Rusia y que parecía el más débil de la zona, finalmente hizo más méritos y terminó con mejor imagen por sus ganas de buscar los tres puntos, aunque debió conformarse con un empate. Si los africanos tuvieron chances de ganarlo sobre el cierre fue a causa del desorden de los árabes: Mahmoud Kahraba falló en una escapada en solitario al provocar la tapada de Al Mosailem.
Con paciencia y con el tiempo cumplido, los saudíes tocaron hasta llegar al área rival y Salem Al-Dawsari castigó a los 94′ para provocar la explosión en el festejo. Arabia dejó a Egipto con las manos vacías y sumó su tercer éxito en un Mundial, luego de los dos obtenidos en Estados Unidos 1994.