La primera ministra británica, Theresa May, anunció este martes los pasos a seguir en el complejo proceso del Brexit.
En lo estipulado por la “premier”, los diputados deberán votar el 12 de marzo la propuesta de retirada de la Unión Europea (UE). En caso de que los legisladores rechacen la oferta ejecutiva, el día 13 de marzo deberán votar si rechazan o respaldan un Brexit sin acuerdo.
Ahora, si la Cámara de los Comunes rechaza una salida sin acuerdo de la UE, se votará la opción de extender el plazo para abandonar el bloque, plazo que, hasta ahora, debe concretarse el 29 de marzo.
“Si se rechaza el acuerdo de salida con la UE y se rechaza salir el 29 de marzo de acuerdo a los términos del acuerdo de salida propuesto, el Gobierno presentará el 14 de marzo una moción para buscar una extensión de los términos del artículo 50″, sostuvo la primera ministra.
“Reino Unido podría dejar la UE sin un acuerdo el 29 de marzo solo con el consentimiento explícito del Parlamento”, dijo May, cediendo de esta manera a las presiones opositoras, pues la “premier” ha dejado claro en todo momento que no está de acuerdo con aplazar el Brexit.
En caso de que la Cámara de los Comunes vote a favor del acuerdo ejecutivo el 12 de marzo, el próximo 29 de marzo el Reino Unido dejaría de ser un Estado miembro de la UE. Los términos del acuerdo con Bruselas pasarían a formar parte de la legislación británica y el Parlamento europeo procedería a la ratificación del Brexit en los términos negociados.
No obstante, si Theresa May pierde la votación del 12 de marzo y además los diputados se niegan a extender el plazo del Brexit, el Reino Unido abandonaría la UE el 29 de marzo y sin ningún acuerdo. Esta forma de Brexit implicaría un abandono sin reglas comerciales ni fronterizas conjuntas con Bruselas, lo que dejaría a Gran Bretaña en un escenario de inestabilidad económica que muchos advierten.
La propuesta ejecutiva que se votará el 12 de marzo es la segunda que hace el Gobierno, pues la primera fue rechazada abrumadoramente el pasado 15 de enero. En caso de no llegar a un acuerdo sobre el Brexit antes del 29 de marzo, el liderazgo de May quedaría aún más cuestionado de lo que actualmente ya está.