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Alejandra Fritis, productora nacional: “Debemos sacar adelante una experiencia televisiva e infantil”

Entre este 25 y 27 de marzo se realizará el III encuentro de “El cine es escuela”, actividad que desde 2014 convoca a profesionales de la comunicación y del audiovisual para conversar sobre el impacto del cine en los sistemas educativos. En ese contexto, la directora del Festival Ojo de Pescado manifestó que “a través del cine podemos generar todos los procesos de aprendizajes de enseñanza que, generalmente, son necesarios para la vida”.

Abril Becerra

  Domingo 24 de marzo 2019 10:17 hrs. 
alejandra fritis

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El cine puede ser un factor de cambio. Así lo concibe Alejandra Fritis, productora y realizadora nacional que, desde 2012 dirige el Festival Ojo de Pescado, instancia cuyo principal objetivo es la difusión de contenidos audiovisuales para niños, jóvenes y profesionales de la educación.

“El cine puede ser concebido como un medio que fortalece y que potencia los procesos de aprendizajes”, afirma la realizadora que, además, será parte del III encuentro “El cine es escuela” que se desarrollará entre el 25 y 27 de marzo en la Casa Central de la Universidad de Chile.

Esta actividad, que surgió luego de un trabajo en conjunto de la Red Cero Conducta, el Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) y la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VID) de la Universidad de Chile, tiene como propósito discutir sobre las metodologías existentes para acercar el cine a los niños y jóvenes del sistema educativo nacional.

En este contexto, Alejandra Fritis manifestó que es relevante que las instituciones recojan los esfuerzos por vincular el cine a las aulas. “El cine no es un recurso para poder enseñar otras cosas, sino que puede ser un modelo en sí mismo para desarrollar aprendizajes integrales”, recalca.

Encuentro El cine es escuela (7)

De acuerdo a tu experiencia, ¿qué herramientas otorga el cine dentro de los procesos educativos para niños y adolescentes?

El cine puede ayudar a potenciar los procesos de aprendizajes de enseñanzas de los niños, niñas y jóvenes en muchos ámbitos: la convivencia, el trabajo en equipo, el desarrollo de la creatividad, pero también puede ser visto como un modelo de enseñanza en sí mismo. Todavía estamos bastante lejos de imaginar los alcances de esto en nuestro país, porque a través del cine podemos generar todos los procesos de aprendizajes de enseñanza que, generalmente, son necesarios para la vida.

Pero, ¿por qué crees que les cuesta tanto a las instituciones dimensionar esta relación?

El cine como medio o como modelo educativo es algo sumamente rupturista. Se inscribe en un modelo de educación distinto. Entonces, le cuesta al Ministerio y a las instituciones cambiar y abrirse a que existan modelos y formas de generar aprendizaje de enseñanza diferentes. Pero no solo tenemos resistencia a la inclusión del cine, sino que también hay resistencia de cualquier modelo educativo diferente. Por eso, la mayoría de los proyectos que estamos trabajando con cine y educación, estamos por tratar de incidir, entrar y sensibilizar en el ámbito de la educación pública, pero llegar a cambiar curriculum escolar es algo bastante difícil y vamos a tardar años.

Pero, ¿cuánto se conoce sobre la metodología de la aplicación del cine en el medio educativo?

Poco. Hasta ahora la presencia del cine y de las artes audiovisuales en los planes y programas está presente en algunas asignaturas, sobre todo como un elemento comunicativo, no como su aporte para el desarrollo de la creatividad o como un medio que permite diversidad de aprendizaje, entonces, es muy limitado el conocimiento que existe.

¿En qué contexto nace el Festival Ojo de Pescado?

Surgimos el año 2012. Este 2019 vamos por la octava versión del festival. Nosotros nacimos como un festival de cine para poder proveer programación distinta a lo disponible a lo comercial, porque en ese momento no existía un festival de cine que promoviera esa oferta. Era como un desierto: los niños y las niñas de nuestro país no tenían nada distinto a lo que mostraba la televisión o el cine comercial.

¿Con qué tipo de audiencia se encontraron al realizar el festival? ¿Cómo fue respondiendo el público?

Hoy cuando hablamos de audiencia infantil, hablamos de una audiencia activa, que necesitan participar también de la producción de contenido. Nosotros hemos tenido la posibilidad de compartir contenidos distintos con miles de niños a lo largo de todo el país y hemos podido comprobar que se trata de miradas con capacidad de asombro, con miradas que quieren absorber y tiene la curiosidad necesaria para descubrir el mundo a través del cine.

Muchas veces se tiende a subestimar a los jóvenes, sin embargo, ustedes han planteado algo completamente diferente. ¿Cómo ha sido su experiencia en este sentido?

Estamos en una permanente de desmitificación, porque hay un pensamiento común que nos indica que los niños y niñas solamente se entretienen con películas llenas de efectos especiales, con montajes vertiginosos, con estéticas perfectas tipo Pixar y, en la práctica, nos hemos dado cuenta de que lo que pasa es que por lo general niños y niñas no tienen acceso a una oferta distinta, entonces, es natural que ellos hablen, prefieran y reproduzcan aquello que conocen. Pero hemos comprobado que ellos se entretienen y disfrutan con, por ejemplo, producciones orientales o nórdicas, porque lamentablemente en Chile nuestra producción cinematográfica para la infancia es muy escasa. Entonces, lo interesante que hemos podido constatar y desmitificar es que los niños solamente se entretienen con cosas que provienen de los estereotipos impuestos por el mercado de cine: no, los niños tienen justamente mucha más capacidad y mucha más flexibilidad que los adultos.

Cuando comenzó a discutirse el tema del canal cultural se tomó mucho de ejemplo a países como México y Argentina porque, de cierta forma, difundían mucho las producciones ligadas a este público…

Claro, pero el cine y la televisión corren por carriles distintos. La televisión, por ejemplo, es un bien público, pero como no tenemos un canal cultural se transgrede un derecho que tienen niños y adultos, porque al no hacerse cargo el Estado de proveer contenidos adecuados para la infancia, está dejando expuesto a los niños y niñas a que vean lo que encuentren en los canales de TV abierta o a través de Internet y las redes sociales. Entonces, no estamos haciendo lo necesario, como país, para garantizar derechos que están consagrados en la convención de derechos de la niñez.

En otros países existen franjas infantiles que son parte de los canales culturales que, a la vez, son parte de las señales públicas. Nosotros tenemos ese problema estructural: no tenemos un canal público, entonces estamos atrasados, pero debemos sacar adelante, aunque sea contra la corriente, una experiencia cultural televisiva e infantil. No podemos hablar de un mejoramiento real de la educación si no existe un mejoramiento de los medios de comunicación. Son cosas que van de la mano y el cine es otro componente importante.

Encuentro El cine es escuela (1)

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