Lorena Oyarzún: "Las violaciones a los DD.HH si son en Chile, Colombia o Venezuela tienen la misma gravedad"

La académica del Instituto de Asuntos Públicos (INAP) analizó para nuestro medio el conflicto sociopolítico que se está desarrollando en Colombia e hizo un parangón con lo ocurrido en nuestro país en octubre de 2019. "Cuando estos gobernantes se encuentran en situaciones críticas, cuando ha bajado su legitimidad como lo vemos en el caso de Duque y también en Chile, necesitan el apoyo de las policías para gobernar", afirmó.

La académica del Instituto de Asuntos Públicos (INAP) analizó para nuestro medio el conflicto sociopolítico que se está desarrollando en Colombia e hizo un parangón con lo ocurrido en nuestro país en octubre de 2019. "Cuando estos gobernantes se encuentran en situaciones críticas, cuando ha bajado su legitimidad como lo vemos en el caso de Duque y también en Chile, necesitan el apoyo de las policías para gobernar", afirmó.

Este miércoles, en la primera edición de Radioanálisis, la Doctora en Relaciones Internacionales y académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Lorena Oyarzún, analizó la oleada de protestas que desde hace casi una semana se han dado en diversas ciudades de Colombia y que han sido objeto de una dura represión policial y de las Fuerzas Armadas. Ha sido precisamente la respuesta de parte de las fuerzas de orden la que ha provocado las denuncias de la comunidad internacional por las violaciones a los DD.HH.

La Coordinadora del Magíster en Ciencia Política del INAP se refirió a cómo las movilizaciones han continuado pese a que se retiró la propuesta la reforma tributaria por parte del Gobierno, que era una de las principales demandas  de quienes se están manifestando, y ante la continuación de las protestas, han seguido también las acciones represivas de la policía y los militares.

“No solo ONG’s colombianas, sino organismos internacionales como las Naciones Unidas, la Unión Europea o HRW han demostrado su preocupación por los abusos cometidos, la violencia policial y por las manifestaciones que han ido al alza en la violencia, esto no ha parado desde el 28 de abril y hay convocatorias a nuevas movilizaciones. Esto demuestra un profundo malestar en la sociedad colombiana que no viene de este 2021, pues  el 2020 ya hubo movilizaciones, muchas de ellas en contra de la violencia policial”.
“En un contexto latinoamericano en que la crisis sanitaria de la pandemia ha tensionado este malestar a raíz de las condiciones económicas, la falta de recursos, todo con el gobierno de Iván Duque  muy cuestionado, como la gran mayoría de los líderes de la región, respecto de cómo se han abordado las ayudas sociales. En este sentido, claramente, las ciudades más afectadas son Bogotá, Cali, Medellín o Manizales, donde hay grandes barrios de trabajadores, y las medidas que se han tomado han sido también detonantes. Acá hay componentes más profundos para entender estas movilizaciones que creo van a seguir”.
Consultada sobre las movilizaciones y la carencia de conducción política de las mismas, Oyarzún explicó que este tipo de protestas son más bien inorgánicas y es difícil identificar en ellas ideologías de izquierda o derecha.
“Lo hemos visto en los distintos procesos eleccionarios del mundo, hay una crítica a los poderes establecidos, a la conducción que, en el caso de Colombia, ha sido de derecha, pero se trata de una sociedad que ha sufrido la violencia durante décadas con un proceso de paz incipiente que ha sido cuestionado por algunos sectores. Son varios los elementos que se conjugan y en las protestas vemos a trabajadores, pero también vemos a estudiantes, grupos medioambientalistas, de mujeres, o sea, son muchos los sectores que están protestando.
Protestas_en_Colombia_2021

Foto @The Omniversal Man, bajo licencia Creative Commons.

Gran parte de las demandas que presentan estos movimientos diversos exhiben un rechazo a la conducción actual, pero no necesariamente están en contra de una determinada derecha, porque quienes están ganado elecciones hoy son grupos que se presentan más bien como alternativa de cambio y que se podrían asociar más bien como grupos antisistema”, detalló la académica de nuestra casa de estudios.
“Hay más de 100 demandas en el pliego que presentó este movimiento, una de ellas está asociada a una economía más igualitaria y, si bien, esto tiene que ver con el movimiento político, también se relaciona con el contexto de la pandemia porque la reforma que se pensaba hacer para tener más recaudación en las arcas públicas es una iniciativa en la que hay mucha desconfianza porque se trata de un gobierno vinculado al sector privado y que proviene de un partido muy conocido por su carácter terrateniente con su líder principal en el ex presidente Uribe. De hecho el ministro de Hacienda que dimitió era muy conocido por la ortodoxia neoliberal en pro de las grandes empresas, por lo tanto, representaba un modelo económico que se está cuestionando en un país que iba creciendo en índices pero cuya redistribución es muy criticada”.
“En eso hay similitudes con el caso chileno porque había tenido estabilidad macroeconómica, pero también forma parte de los países más desiguales de América Latina según las últimas cifras. Es una economía muy anclada donde muchos se han eximido de impuestos y no hay una competencia abierta, sino que hay grandes oligopolios y eso generó mucho  descontento específico por esta reforma”, agregó la especialista.
“La desconfianza que existe no es solo con el Gobierno, sino con la fuerza pública que es una institución que, en un país que ha sufrido un conflicto armado por décadas, es sumamente importante. El papel que ha tenido sobre todo las fuerzas especiales en Colombia y el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) más todos estos elementos combinados con un proceso de paz que se está llevando a cabo y que necesita una mejor implementación, donde se está repensando un modelo económico, un papel distinto en la policía, donde debe haber una reforma porque la generación que está protestando en las calles anhela que la política supere estos traumas de los conflictos anteriores y se ponga énfasis en la educación, los derechos sociales etc. y que claramente en un contexto que se ha visto muy desfavorecido en el mundo por la crisis sanitaria, política, de gobernabilidad, económica y social. Esto deja en claros problemas a muchos países pero en Colombia no ha habido una respuesta en concordancia con las demandas que no son de un grupo político específico pero necesitan respuestas inmediatas”, precisó.
Respecto de las semejanzas entre lo que está ocurriendo en Colombia y lo sucedido en Chile en 2019 tanto por el tipo de movilizaciones ciudadanas como por la respuesta de las autoridades, la doctora manifestó que así como el chileno, el gobierno colombiano  cuestionó duramente las violaciones a los derechos humanos en Venezuela, sin embargo, cuando ocurren situaciones tensionadas en contextos como el actual, hay una tradición en la que muchas veces se recurre a una violencia totalmente desmedida.
Eso lo vimos en Chile, lo vemos en Colombia y en varios países de la región y eso nos obliga a pensar en reformas sobre todo en países que sufrieron dictaduras, autoritarismo y donde el cuerpo policial y las fuerzas de orden y las FF.AA. han tenido un rol muchas veces con poco control. Aparece en el debate político una reforma policial como lo que está en la palestra en Chile.
Cuando estos gobernantes se encuentran en situaciones críticas, cuando ha bajado su legitimidad como lo vemos en el caso de Duque y también en Chile, necesitan el apoyo de las policías para gobernar, entonces se van dispersando las preferencias y se debilitan los procesos o incluso puede fracasar. Es importante ver cómo se logra identificar este  tema y producir cambios para obligar a un trabajo de mediano y largo plazo donde haya diagnósticos independientes y proyectos de ley para abordar estos hechos”, detalló.
Las violaciones a los DD.HH si son en Chile, en Colombia o en Venezuela tienen la misma gravedad independientemente de cómo se han cometido. El abuso de la violencia claramente debe ser frenado y hay que poner en el tapete cómo dar soluciones a la ciudadanía que es en definitiva la que está en las calles”, concluyó la experta.





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