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Segunda vuelta: Una oportunidad para el despegue de la ciencia

Columna de opinión por Rocío Mayol Troncoso
Miércoles 8 de diciembre 2021 15:50 hrs.


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Hablar de tiempos revueltos en Chile no es una exageración. Son muchos los procesos continuados y acumulados. Al estallido social del 18 de Octubre se sumó la crisis sanitaria y económica desatada por el Covid-19. A ello se debe añadir el impacto del cambio climático que cobra dimensiones globales. Todos ellos, de una u otra forma, interrogan a la ciencia y, por tanto, se hubiera esperado que ésta tuviera un rol protagónico en las candidaturas presidenciales.

Contrario a ello, no solo vemos que a la ciencia no se le otorga la importancia esperada sino que nos encontramos, para la segunda vuelta presidencial, con dos visiones programáticas muy opuestas. Por un lado la de José Antonio Kast, en cuyo programa la ciencia apenas aparece y pone en duda el cambio climático. Aún así, postula dos planteamientos dirigidos a las mujeres. Con el primero, promete que se apoyará en el Ministerio de Ciencia para la incorporación y desarrollo de mujeres en carreras científicas a todo nivel a través de un trabajo en educación básica, media y superior. El segundo busca empoderar a las mujeres en el uso de la tecnología, creando un programa de mujeres en STEM (acrónimo en inglés con las siglas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) en el Servicio Nacional de la Mujer (SernamEG). Lo que propone son lineamientos genéricos y muy vagos mostrando desconocimiento, no solo de lo que acontece en torno a la ciencia sino también en relación a las condiciones que viven las científicas. Chile, por lo demás, cuenta ya con una política de igualdad de género para la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI) que  fue elaborada a través de una consulta pública con el objetivo de recoger una amplia diversidad de opiniones sobre la manera en que podemos alcanzar la igualdad de género que necesita el sistema CTCI. Si el foco se pone en el conocimiento (como ya lo he señalado en Marie Curie: ¿Una anti modelo?) y no en barreras como sesgos de enseñanza y dificultades que enfrentan las científicas para permanecer en su profesión, el programa del candidato del Partido Republicano llevará al retroceso.

Por otro lado, el candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, presenta variadas medidas que aspiran a contribuir al desarrollo científico de Chile.  Se propone duplicar el presupuesto que entrega el Estado para CTCI, alcanzando una inversión del 1% del Producto Interno Bruto (PIB) lo que sería en sí un avance. Vale recordar que nuestro país invierte hoy solo 0,2% del PIB cuando el promedio de la OCDE es de 0,56%. Países desarrollados como Australia, Finlandia, Suecia, Dinamarca, Austria, Suiza, Alemania y Estados Unidos, entre otros, invierten al menos 2,8% de su PIB en investigación y desarrollo (I+D). Este tipo de inversión es fundamental para el desarrollo económico y el progreso social. No apostar por esta vía ya se ha visto y documentado que contribuye al estancamiento.

Además, el programa pone énfasis en la llamada “brecha de género” en CTCI y, para enfrentarla, un Sistema Nacional de Cuidados permitirá nivelar las condiciones de equilibrio entre vida personal y vida profesional de hombres y mujeres. A ello se añade la instalación de un sistema de cuotas que permitirá aumentar la participación de investigadoras.

Contrastando ambas propuestas, pareciera que la preocupación por la ciencia es recogida en forma más nítida por Boric. Ello se corrobora con la solidez de personas que lo asesoran como la científica Maisa Rojas, experta en cambio climático. Por otro lado, aunque ninguno de ellos ha hecho de la ciencia su bandera de campaña, hay motivos para la esperanza. Signos de ello los vemos en la convención constituyente con la creación de la Comisión de Sistemas de Conocimientos, Culturas, Ciencia, Tecnología, Artes y Patrimonios o “La comisión del futuro” como sus integrantes la denominan. Los/as convencionales están yendo mucho más allá en esta materia discutiendo y proponiendo una posible institucionalidad, gasto fiscal, presupuesto, fomento y políticas públicas de largo plazo en conocimientos, culturas y ciencia.  Por lo tanto, necesitamos no solo un presidente que no ponga en duda la evidencia científica como Kast sino que, por el contrario entienda, tal como se aprecia en el proceso constituyente, que vivimos una oportunidad histórica para el despegue de la ciencia.

Rocío Mayol Troncoso
Doctora en Ciencias Biomédicas
Fundadora @cientificamente_mujeres

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.