¿Qué es el temido Batallón Azov?

En la guerra ruso-ucraniana un grupo militar ha cobrado una reputación inesperada. Se trata del Batallón Azov, formado por elementos de extrema derecha con tintes neonazis que, desde 2014, combate a las milicias prorrusas en las fronteras del Donbás.

En la guerra ruso-ucraniana un grupo militar ha cobrado una reputación inesperada. Se trata del Batallón Azov, formado por elementos de extrema derecha con tintes neonazis que, desde 2014, combate a las milicias prorrusas en las fronteras del Donbás.

La Presidencia de Ucrania indicó el viernes 29 de abril a través de un comunicado que durante esa jornada esperaba poder evacuar a los civiles que aún permanecen dentro de la enorme planta acerera Azovstal, sitiada por las tropas rusas que hace ya más de una semana tomaron el puerto de Mariúpol donde se sitúa esa industria. “Una operación destinada a evacuar civiles de la fábrica está prevista hoy”, indicó la oficina de Volodimir Zelensky en un comunicado, luego que el mandatario se reuniera con el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien visitó Kiev el jueves. De hecho, la ONU pidió una tregua “inmediata” en Mariúpol para permitir la evacuación de unos mil civiles atrapados -entre los cuales hay niños- en una ciudad que contaba con medio millón de habitantes antes de la invasión rusa y donde, según las estimaciones de las autoridades ucranianas, unas 20 mil personas habrían perdido la vida en medio de los combates hasta ahora.

Lo que no está claro es si esos civiles han permanecido allí por voluntad propia, colaborando en la defensa de la enorme metalúrgica y apoyando a los tres mil combatientes que se atrincheraron en ese lugar, o si, por el contrario, han sido mantenidos allí a la fuerza. De hecho, existe la sospecha que han podido haber sido usados en algún momento como “escudos humanos” por los integrantes de esta suerte de fuerza de élite: el Batallón Azov. Transformado en el blanco de las informaciones sobre Mariúpol por su controvertido origen, representa una mínima parte de un ejército ucraniano que cuenta con más de 200 mil efectivos y podría estar en la huella del nazismo, como lo ha retratado el presidente ruso Vladimir Putin.

En medio del vendaval de informaciones, fake news, manipulación comunicacional y propaganda bélica principalmente a través de las redes sociales, pero también de modo importante, en grandes medios que ahora han tomado partido por la OTAN, se ha hecho correr el rumor de que los integrantes del Batallón Azov se distinguen por su fiereza en el combate. La veracidad de esta afirmación no está comprobada, que se sepa, pero sí consta su fanatismo. Partiendo por la simbología de la que han hecho gala sin disimulo. El escudo que lucen sus miembros en la manga y cuello de sus uniformes, un elemento que recuerda de inmediato aquellos del Tercer Reich. O sus manifestaciones encabezadas por símbolos como el Wolfsangel, que inevitablemente evocan las divisiones panzer de las temibles Waffen-SS. O las runas que recuerdan el Sonnenrad (Rueda del Sol Negro) grabado en las sedes de las unidades más sanguinarias de Adolf Hitler.

Por cierto que el gobierno de Kiev se defiende e insiste en que ha cumplido con la ‘desnazificación’ de sus fuerzas armadas a la que se comprometieron en 2014. Sea como fuere, no son pocos los analistas que no aceptan esa versión. Es más, sugieren otras hipótesis. Como Yago Rodríguez, director del medio español The Political Room y del canal de YouTube “Cosas Militares”, quien sostiene que el posible aniquilamiento del Batallón Azov en Mariúpol, donde este grupo militar tiene su base principal, borraría de un plumazo a un grupo que se ha convertido en un problema para el gobierno de Zelenski desde hace ocho años. Muchos medios de comunicación los han definido como “la principal fuerza neonazi del mundo”. Otros grupos como el Centro para la Seguridad Internacional y la Cooperación de la Universidad de Stanford afirman que “promueven el neonazismo”.

Un poco de historia. Los orígenes del Batallón Azov se encuentran en la ‘Secta 82’, los elementos ultristas de la barra del club FC Metalist. Fundado por militantes de extrema derecha como Andriy Belitsky (surgido a su vez de la organización paramilitar “Patriotas de Ucrania”) no fue sino hasta mayo de 2014 cuando se hizo conocido. Ese año, después de que Rusia enviara fuerzas a la región del Donbás y anexara a su territorio la península de Crimea, el Batallón Azov recibió armas e inició una guerra de guerrillas contra las milicias prorrusas de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk. Fue entonces que, después de eliminar su simbología nazi por orden del gobierno de Kiev, fue integrado a la Guardia Nacional.

El batallón, que toma su nombre del mar de Azov que baña el puerto de Mariúpol, forjó el halo de leyenda con que se le ha querido presentar en junio de 2014, durante la reconquista de esta ciudad portuaria, combatiendo a los separatistas prorrusos respaldados por Moscú. Ocho años después, ahora se han vuelto a ver cara a cara en la ciudad bombardeada, donde es posible que las tropas rusas tengan su primera gran victoria en su ‘operación militar especial’ lanzada el 24 de febrero por Vladimir Putin.
Antes de la guerra, el Batallón Azov contaba con unos tres mil miembros, todos entrenados y preparados para el combate. Habrá que ver cuántos quedarán después de la batalla de Mariúpol. La controversia, como la guerra, sigue abierta.

(Imagen principal: Alexander Maximenko – Sputnik).





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