Guillermo Larraín, sobre "nuevo pacto fiscal": "Es crucial que haya una regla que permita ordenar el debate político"

El académico de la FEN consideró fundamental estabilizar el debate tributario mediante el nuevo pacto fiscal al que llamó el Presidente. En él debería aumentar la carga al impuesto a la renta para nivelar al país con Estados de bienestar intermedios.

El académico de la FEN consideró fundamental estabilizar el debate tributario mediante el nuevo pacto fiscal al que llamó el Presidente. En él debería aumentar la carga al impuesto a la renta para nivelar al país con Estados de bienestar intermedios.

El economista de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile, Guillermo Larraín, abordó la reforma tributaria a ingresar por el Gobierno al Congreso Nacional a finales de este mes de junio, la que tiene por objetivo recaudar 4 puntos del PIB, vale decir cerca de 12 mil millones de dólares, mediante modificaciones en el pago de impuestos, la erradicación de la evasión y elusión tributaria, la eliminación y limitación de ciertas exenciones, la modificación del royalty minero y el aumento de la recaudación de los impuestos verdes.

Ésta es una política rectora para materializar el programa de gobierno del Presidente Boric, considerando que de ella dependen, por ejemplo, compromisos fundamentales como la eliminación del Crédito con Aval del Estado para el 2023. Pero, materializarla requeriría detenerse en las circunstancias por la que cruza la macroeconomía. Al respecto, Larraín consideró complejo el que la Reforma logre llegar a su meta de recaudación por las circunstancias en las que se encuentra el país, que es de objetiva incertidumbre, señaló el economista, lo que hará difícil que logre crecer la base de recaudación que fije la Ley y que se complementa a la tasa de impuestos.

Necesitamos que la economía recupere una capacidad de crecimiento para que la base tributaria sobre la cual se aplican esos impuestos pueda ir creciendo a través del tiempo. Eso en parte requiere un poco de paciencia porque estamos en un proceso que es importante para el país y que hay que terminarlo bien. Luego hay que fijar, creo que todo el mundo político, pero particularmente el Gobierno, tiene que fijarse como una meta recuperar una capacidad de crecimiento significativa porque no sacamos nada con cobrar impuestos a una base que no crece. Para que podamos dar derechos sociales de forma satisfactoria tiene que crecer la base tributaria también y eso implica crecimiento económico”, sostuvo.

Por otro lado, consideró adecuado el relato del Gobierno sobre enmarcar la discusión de la reforma tributaria dentro de un contexto más amplio, hacia la idea de un nuevo pacto fiscal, que a juicio del economista debe contemplar un nivel de gasto público al cual aspirar en unos díez años más. Esto, porque habrá que ponderar el programa del Presidente Boric y el gasto público que radicará en la nueva constitución, señaló.

Además, este pacto fiscal, afirmó, “debiera tener alguna noción respecto de la composición tributaria porque este proyecto que va a presentar el Gobierno no va a cambiar sustantivamente la composición tributaria chilena, va a incrementar algunos impuestos, pero la composición tributaria va a seguir siendo la misma, y para poder entregar los beneficios que entregan los estados de bienestar medianamente desarrollados, estoy pensando en países como Portugal, se requiere que el impuesto a la renta de las personas en particular adquiera un nivel de importancia en la recaudación tributaria mucho mayor que la que tiene hoy día y probablemente eso tenga que hacerse en desmedro del IVA. Creo que ese debiera ser una discusión de este pacto fiscal, que deberíamos darnos en 10 años plazo, tratar de reducir la carga del IVA y aumentar la carga de impuesto a la renta”.

Por otro lado, consideró relevante retomar la discusión de una regla fiscal que permita ordenar el debate público que se desdibujó tras el terremoto del 2010 y que ha radicado en que el mundo político no “tenga ancla” para ver hasta dónde se debe debatir. “Es crucial que haya una regla fiscal que permita ordenar el debate político y creo que eso también hay que meterla en la lógica de un pacto fiscal nuevo”, afirmó.

Los impuestos tienen la capacidad de cambiar mucho el comportamiento de la gente, por eso mismo hay que tratar de que no cambien demasiado seguido los impuestos. Nosotros llevamos varios años tratando de hacer reformas tributarias, al menos desde Bachelet 2, una reforma tributaria detrás de otra y eso genera mucha inestabilidad en las decisiones de lo que nos interesa, que es que las empresas inviertan más, a plazos largos. No queremos empresas que inviertan a dos años porque ahí no está la ganancia de productividad que necesita el país para desarrollarse, necesitamos empresas que inviertan a 20 años plazo, pero para que así sea, tenemos que estabilizar el debate tributario y eso en parte se logra con este pacto fiscal, con estos componentes”, señaló.

En su cadena nacional, el Presidente Boric aseveró que el Gobierno va a dar los pasos necesarios hacia un nuevo modelo de desarrollo. Desmenuzando las medidas que pueden hacer avanzar al Ejecutivo en esta meta a través de una reforma tributaria, el economista de la FEN destacó el rol de los impuestos verdes, pero no pensados para recaudar, sino para cambiar la asignación de recursos. 

“En toda discusión, que es tan fuerte en la Convención, de avanzar hacia una economía más verde, con mayor respeto al medioambiente, más sustentable, debiera ser acompañada en un paquete tributario que penalice ciertas fuentes de emisión pero que favorezca otras. En el neto como queremos que la gente se cambie de tecnologías sucias a tecnologías limpias, ese impuesto probablemente no recaude mucho, porque si es efectivo, si es que logra cambiar el modelo productivo hacia un modelo productivo más eficiente, las tecnologías van a cambiar hacia actividades que no están gravadas, que justamente son las que queremos que se desarrollen en desmedro de la que sí están gravadas pero son sucias. Entonces los impuestos verdes no deben tener como objetivo gravar para gastar sino cambiar la asignación de recursos y por lo tanto cambiar el modelo de desarrollo”, afirmó.

Finalmente Larraín se refirió a la meta que fijó el mandatario en la Cuenta Pública sobre aumentar la productividad del país a 1,5 por ciento. Un guarismo que el académico consideró factible sobre la base de impulsos a la demanda, no obstante reparó en que eso no hace que el crecimiento sea sustentable en el largo plazo. Para estos efectos, “necesitamos movilizar también al sector productivo, a la oferta y eso pasa por generar condiciones para que haya confianza y que las empresas inviertan, para que tomen riesgos a plazos largos”.

“Tenemos que hacer que las empresas tomen acciones productivas, que les permitan cambiar su oferta de productos, que avancen hacia niveles de elaboración productiva mayor, que encuentren mercados donde puedan vender productos que antes no vendían y eso requiere que inviertan mucha plata y por lo tanto que esa inversión esté segura, entonces requiere seguridad jurídica, estabilidad en las reglas del juego, incluyendo la tributaria, entonces eso es lo que no veo bien cómo el Gobierno la va a implementar, aunque me parece muy bien la declaración de parte del Presidente”, señaló.





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